lunes, 17 de abril de 2023

BEATO CARLO


 
De una Homilía pascual de un autor antiguo
(PG 59, 723-724)
 
LA PASCUA ESPIRITUAL

 

La Pascua que hemos celebrado es el origen de la salvación de todos, comenzando por el primer hombre, que continúa viviendo en sus descendientes.

 Primero fue establecida toda aquella serie de instituciones antiguas, limitadas a un tiempo, como tipo e imagen de las cosas eternas, para anunciar de un modo velado la realidad que ahora sale a plena luz; pero, al hacerse presente esta realidad, lo que era tipo e imagen no tiene ya vigencia; cuando llega el rey, nadie lo deja de lado para seguir venerando su imagen.

Queda, pues, muy claro en qué alto grado la realidad excede a la figura, ya que ésta celebraba la momentánea preservación de la muerte de los primogénitos israelitas, pero la realidad celebra la vida perpetua de todos los hombres.

 No es gran cosa verse libre de la muerte por breve tiempo si se ha de morir poco después, pero sí lo es verse libre de la muerte de un modo definitivo; y esto es lo que nos ha sucedido a nosotros, ya que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.

 Ya el mismo nombre de la fiesta encierra en sí una gran excelencia, si comprendemos lo que realmente significa. La palabra Pascua, en efecto, significa «paso», refiriéndose al hecho de que el ángel exterminador que mataba a los primogénitos pasó de largo ante las casas de los hebreos. Verdaderamente el ángel exterminador ha pasado de largo ante nosotros, dejándonos intactos y resucitados por Cristo para la vida eterna.

 ¿Qué significa, si buscamos su sentido verdadero, el hecho de que aquel tiempo en que se celebraba la Pascua y la salvación de los primogénitos fuera establecido como el inicio del año? Que también para nosotros el sacrificio de la Pascua verdadera es el inicio de la vida eterna.

 El año, en efecto, es como un símbolo de la eternidad, ya que, una vez terminado su curso, vuelve siempre a recomenzar su ciclo. Y Cristo, el padre sempiterno, se ha ofrecido por nosotros en sacrificio y, considerando como si nuestra vida anterior no hubiera pasado en el tiempo, nos da el principio de una segunda vida, mediante el baño de regeneración, imagen de su muerte y resurrección.

 Y, así, todo el que reconoce que la Pascua ha sido inmolada para él, tenga como principio de vida la inmolación de Cristo en su favor. Cada uno de nosotros nos apropiamos esta Inmolación cuando reconocemos el don y entendemos que este sacrificio es el origen de nuestra vida. El que ha llegado a este conocimiento que se esfuerce en recibir este principio de vida nueva y que no retorne ya más a la vida anterior, cuyo fin se aproxima.

 Pues, una vez que hemos muerto al pecado -dice el Apóstol-, ¿cómo continuar viviendo en él?

domingo, 16 de abril de 2023

PALABRA COMENTADA

 Domingo 2 de Pascua A

Hechos de los apóstoles 2,42-47



REFLEXIÓN

Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones

Una existencia fraterna dedicada. Un estilo de vida que parte de una fe vivenciada, que compromete la persona integralmente, y sus relaciones. Es un estilo de vida transformado en la dedicación a un bien común, familiar y social. Una vida de buena fe.

Se trata de un equilibrio cotidiano donde la privacidad tiene una parte, pero no el todo. El individuo tiene su parte pero no el todo.

Los cambios sociopolíticos y económicos que nos han ido llevando de un modelo a otro de sociedad, han ido sofocando y violentando este equilibrio de la fraternidad, y alejándose del ágape y la justicia.

A la hora de re-pensar la justicia de los hombres se le da poco relieve a tal fraternidad, que ayudaría no poco a erradicar la violencia, la explotación y el crimen.

Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.

La economía solidaria que todavía hoy parece un imposible aun para uniones de hermanos creyentes comprometidos.

Hasta el momento no se da una revolución que se oriente definitivamente a esta unión que propone la Palabra a los seguidores de Jesús de Nazareth, como antes la propuso a los de Moisés.

El precipitado de la historia sigue siendo que pocos son los que entienden el mensaje de la Palabra, y viven la felicidad en este mundo. Mientras grandes mayorías oscilan entre la fraternidad, la fratifobia y el fratricidio.

celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón

No es cierto que baste echar el reloj hacia atrás y vivir como en la primitiva comunidad, porque la madurez es proporcionada al paso del tiempo.

Sin embargo la ilusión y entrega primeras, como el primer amor, siempre serán inspiradores a la hora de buscar criterios de autenticidad y verdad en la propia existencia.

Todo reformador en la Iglesia, dentro y fuera de la estructura eclesiástica, ha buscado ese criterio, algunas veces con ingenuidad, desconociendo el peso del paso del tiempo y su maduración.

Pero su aporte nos hace bien para despertar de nuestra falsa satisfacción con la medida que ostentamos en la actualidad.

Salmo responsorial: 117



REFLEXIÓN

Éste es el día en que actuó el Señor

La transformación pascual es también un día prolongado de más de 24 horas, en el que la acción continua del Espíritu del Glorificado, va dando forma al designio del Padre.

Es un cambio a veces imperceptible como el ascenso a un monte, porque la nueva perspectiva sólo se hace notar cuando se ha caminado un buen trecho, en la altura ganada, la fatiga y otras señales de avance.

1Pedro 1,3-9



REFLEXIÓN

nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva,

aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas

os alegráis con un gozo inefable y transfigurado,

Son expresiones, son palabras, que impactan en una región significativa para el sí mismo, transmitiendo inefablemente una sensación de logro, de final de todo, de cumplimiento feliz, y que a la vez renueva fuerzas para continuar la caminata.

El gozo inefable del Espíritu no se parece en nada a la ruidosa alegría exterior que formamos y fomentamos en tantas actividades de entretenimiento.

Éstas no son ni buenas ni malas, sino naturales, propias de nuestra naturaleza humana, en la que la fiesta tiene un sitio privilegiado.

Pero como toda realidad positiva, se puede tergiversar y corromper por el abuso y la instrumentalización para otros fines menos buenos.

En cambio el gozo viene de dentro, de lo profundo del ser, de su corazón. Existe y permanece aunque no haya fiesta.

Vivimos tiempos difíciles, porque nuestro ánimo se mantiene cargado de tensiones y frustraciones, que nos crispan y entristecen.

Razón de más para buscar y recibir con mayor disponibilidad el gozo del Espíritu, que nos mantiene con fuerzas afrontando las dificultades externas e internas.

Esta puede ser una de las consignas de nuestra Pascua: Jesús resucitado.

Juan 20,19-31



REFLEXIÓN

se llenaron de alegría al ver al Señor

Debemos estar abiertos a la multiforme manifestación teofánica del Señor en la historia, en el cronos.

La que haya sido, visón colectiva, revelación trascendente, afectación de los sentidos y percepción, ha producido un cambio importante: la tristeza se mutó en alegría-gozo.

Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo

Pero no solo, sino que hay una misión para la que se estuvieron preparando, y tras la prueba se renueva.

Son enviados nuevamente, y ahora en forma definitiva.

Porque todo cristiano, aun sin conocerlo, tiene una misión hacia el otro, con sus mil rostros, en particular los excluídos.

Cantidad de veces la tristeza que nos agobia desde el mundo, muta al gozo si damos cabida al hermano con sus necesidades materiales y espirituales.

"Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos."

Se les entrega un poder salvífico como ningún otro: perdonar y no perdonar.

Una facultad de extrema responsabilidad, porque se debe discernir a qué pecado hay que retener el perdón, suspender la salvación.

Un atributo gravísimo, una carga pesada, un llamamiento a la humildad ,pero a la firmeza del juez de paz.

Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente."

Un argumento contundente a favor de la densidad de la experiencia. Como tal, fuera de serie, y que puede suscitar extrañeza.

Al fin y al cabo se trata de una revelación. Pero también se ofrece la posibilidad de un salto de calidad de una fe renuente a una fe creyente, si es posible decir.

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos

Porque la mano del Señor no se ha encogido y si creemos, seguiremos presenciando multitud de signos para profundizar la fe en el Señor Jesús crucificado y resucitado.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1647562602807959553?s=20

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Hechos de los apóstoles 2,42-47

Resumen idealizado de la comunidad primitiva, que sostiene un sueño:la bienaventuranza personal y comunitaria, e invita a vivirla actualmente en la instrucción apostólica, el compartir, partir el pan eucarístico y aun el comer juntos fraternalmente, y el orar también juntos.

Salmo responsorial: 117

Se alaba su misericordia.Como un ritual de victoria.Surge la solución menos pensada e incluso menospreciada al intervenir Dios, cuando se proclama que la piedra desechada se hizo la principal. No hay desperdicio en la construcción del Señor. Ni la jerarquización humana es la que prevalece.

1Pedro 1,3-9

Estamos llamados a vivir virtuosamente, esforzadamente bien, procurando energías incorruptibles, propias de la Revelación última cuando llegue. Por eso superar la tentación es ir acrisolándonos en la prueba.

Juan 20,19-31

El encuentro del Resucitado con los discípulos el primer día es de pacificación y donación del Espíritu, en relación directa a la persona de Jesús.

El encuentro una semana después con todos y Tomás, para responder un cuestionamiento sobre la realidad del Resucitado, nos ayuda en la confirmación de la calidad de la transformación en la vida nueva: el mismo pero distinto.