Lunes 7 de Pascua
Hechos 19,1-8
REFLEXIÓN
"¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?"
Contestaron: "Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo."
Los
relatos marcan la diferencia. Uno es el bautismo de Juan, por agua solo. Otro
el bautismo del Espíritu, en el cual no siempre se menciona el agua.
La
recién estrenada comunidad de Jesús glorificado, ostentaba fuertemente el
énfasis del Espíritu Santo como su distintivo.
Era una
forma precisa de proclamar la novedad que se estaba viviendo y cómo asumían la
realización de la promesa de Yavé a Israel, desde Abraham.
Las
iglesias de corte cristiano, incluyendo la cátolica romana latina y oriental,
ubican en lugar de honor la vigencia del Espíritu Santo, como el que rige la
vida en el espíritu de los creyentes.
Se dan
de tiempo en tiempo avivamientos de fe que se atribuyen al Espíritu Santo,
durante los cuales toda la praxis creyente se llena de energía y entusiasmo,
mediante los dones atribuídos al Señor.
Sin
embargo, como en todo lo que los humanos emprendemos, muchas de estas prácticas
saben a magia, porque se pretende lograr la ostentación de la posesión del
Espíritu Santo a base de clamores, devociones, exorcismos, ritos de sanación,
tal como se podría dar en una feria supersticiosa.
Porque
la vivencia del Espíritu más bien se manifiesta en la discreta caridad. En el
amor discernido.
Cuando
Ignacio de Loyola elaboró las constituciones de su mínima Compañía de Jesús,
fue de lleno al núcleo de la vida cristiana.
Ninguna
ley ni constitución escrita se sostiene sin la interna ley del amor, que
escribe el Espíritu Santo en los corazones de hombres y mujeres de este mundo.
Se trata
de un don del Señor, no de un cerco que impongamos. Se trata de su amor
increado y gratuito, no de un objeto de magia.
"El bautismo de Juan era signo de conversión, y él
decía al pueblo que creyesen en el que iba a venir después, es decir, en
Jesús."
Estos
dos bautismos permanecen en vigencia, como enfoques de la fe en Jesús de
Nazareth.
El de
Juan, que es conversión se queda a las puertas del reino.
El del
Espíritu hace el reino por medio del ágape y la fraternidad.
Ubi
charitas et amor, ibi Deus est.
Donde
hay caridad y amor, allí está Dios.
se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar
Eran
gestos y señales atribuídos al Espíritu santo y su posesión.
Hoy
también son apetecidas estas señales. Incluso timbre de orgullo para quienes
las manifiestan.
Hemos de
recordar que en el pasado según las Escrituras hubieron falsos de todo:
Profetas, sacerdotes, reyes y pueblo.
Y
distinguir los falsos de los auténticos era un trabajo de discernimiento y
tiempo.
Hablar
en lenguas se considera una manifestación de la presencia del Espíritu Santo.
Es algo muy apetecido, como don, por grupos pentecostalistas. No parece
significar gran cosa para quienes no pertenecen a eso. Es que tiene una versión
actual?
Parece
estar asociado a un hablar inspirado por Dios que todos entienden en su propia
lengua. Una unificación operada por el Espíritu de Dios que supera la división
de la torre de Babel.
Es un carisma
para la construcción de un cuerpo desde la diversidad de naciones y
mentalidades. Un mensaje oportuno siempre para hacer frente a nuestros
conflictos, discordias, guerras y venganzas.
Salmo responsorial: 67
REFLEXIÓN
Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios prepara casa
a los desvalidos
La
preparación es en el tiempo del Señor, en la eternidad, en el eón futuro y
trascendente.
Traducirlo
a nuestro cronograma nos acarrea tensión por la espera. La fortaleza de la
esperanza es un requisito indispensable.
Y la
esperanza para fortalecerse necesita nutrirse. Lo hace con los gestos y signos
que aportan calidad de vida al desvalido.
Un asilo
puede representar- como símbolo -la casa del Padre, porque allí encuentran
cobijo los desventurados que no tienen quién los provea.
Juan 16,29-33
REFLEXIÓN
no usas comparaciones
Solo
podemos echar mano de las comparaciones por ser criaturas cuyo lenguaje es la
creación. Aun el maestro Jesús así lo practicó.
Si lo
aceptamos a él como revelador del Padre, pero utiliza comparaciones, quiénes
somos para menospreciarlas?
Las
comparaciones abren un resquicio, un umbral mínimo por donde se cuela la luz de
la vida eterna.
Por eso
los discípulos en los momentos del encuentro con Jesús viviente apreciaron que
se estaba dando un más allá de las comparaciones. Habitaron por un tiempo
incontable la luz de la vida que no se apaga, ni termina.
"¿Ahora creéis?
os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo
Pero
curiosamente la vivencia transitoria del eón definitivo no es garantía de
congruencia de fe. Puedo subir hasta el séptimo cielo y proceder contra la
fraternidad del ágape.
Por eso
nuestra fe no brilla por la pirotecnia que las señales atribuídas al Espíritu
Santo ofrecen, sino por las obras.
no estoy solo, porque está conmigo el Padre
Jesús es
el hombre nuevo, el hombre sano. Todo lo contrario del hombre enfermo aun
mentalmente, por el conflicto con la imagen del Padre.
Porque
el Padre para los hombres y mujeres es el compendio de los padres y cualquier
figura que ejerza un rol parental.
Cuando
se profundiza en el malestar mental de nuestro tiempo, que tanto afecta las
buenas y maduras decisiones, aparece el conflicto no resuelto con el Padre y
Madre.
Por eso
los creyentes que comparten el ágape en fraternidad, van restaurando la imagen
parental y rehabilitantdo su sana vigencia.
En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido
al mundo
Si este
acaecer que me conflictúa es parte de vivir el evangelio, las aflicciones son
manifestaciones del paso del Señor Jesús.
Pero aún
en eso no hay seguridad, porque el propio amor, querer e interés del ego se
mantiene imbricado y resta todavía por purificar.
Tener
valor es necesario para subsistir en esta purificación y deconstrucción de mi
hombre viejo.
La paz con
lucha, la gloria con cáliz. Esto se nos promete. Pero no estamos solos sino
fortalecidos por el Espíritu.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1660609434740031489?s=20
COMPARTIR LA PALABRA
Hechos 19,1-8
La fraternidad conremporánea con los miembros de la
sinagoga es una benéfica sinergia que enriquece a los gentiles, pero tiene un
límite: la confesión de Jesús como el Mesías que había de venir, proclamado
como Hijo de Dios igual a Dios por los gentiles. Estamos ante un problema o
desafío para la unidad que se nos presenta complejo por los ethos en relación:
judaísmo y cristianismo. Ambos credos de fe con posibilidades de ideologías
dominantes.
Salmo responsorial: 67
Mientras los guerreristas disputan la supremacía del
poder, en todo tiempo y lugar, aun los santos, las víctimas se multiplican como
legión de damnificados, condenados a una vida sin calidad, y un futuro que imprime
miedo y angustia.
No es sólo alabar y rogar por la Paz, sino también
cooperar con ella en todo tiempo y lugar, aun los santos.
Juan 16,29-33
La ironía joanea se manifiesta en el
contraste de las afirmaciones de los apóstoles y de Jesús. Es la técnica
dialéctica por excelencia de este autor, por la cual verifica que la
profundidad del mensaje , no está en sólo entender, ni en comunicar perfecto.
Nos ayuda en nuestro servicio a la Palabra eterna, saber que Jesús se sabe solo
en la correcta comprensión, y a los que le siguen no se les depara algo distinto.