JUEVES 14
DE TIEMPO ORDINARIO
Año
Impar
Génesis
44,18-21.23b-29;45,1-5
REFLEXIÓN
para salvación me envió Dios
delante de vosotros
Leer
la historia como salvación es un don del Señor que hemos de
agradecer. Permite la vivencia del agradecimiento de ser amados en
medio de las circunstancias y contingencias del flujo del tiempo y
los acontecimientos.
Permite
alentar el don de la esperanza, una actitud o disposición que nos
mantiene en la expectativa amorosa de la intervención salvadora del
Señor.
Afianza
en la serenidad durante las horas de prueba, con la resistencia a la
desesperación y la profundización de la paciencia.
Salmo
responsorial: 104
REFLEXIÓN
y la palabra del Señor lo acreditó
José
en Egipto, es el paradigma de la providencia y figura de Jesús,
quien tras la desgracia y la tragedia se convierte en alimentador de
muchos.
Su
muerte se transforma en vida nueva para compartirla con sus hermanos.
Mateo
10,7-15
REFLEXIÓN
"Id
y proclamad que el Reino de los cielos está cerca; curad enfermos,
resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis
recibido gratis, dadlo gratis.
La
cercanía del Reino que Jesús escenifica con sus colaboradores, es
la cercanía de un misterio de paternidad-maternidad, un misterio que
sobrepasa y sobrepuja todo posible cálculo. Y por ello a su paso hay
curación, liberación, amor gratuito.
Todo
lo contrario a un régimen de mercado en el que importa la mercancía
y la ganancia, más que la persona, la cual le está subordinada.
En
el momento que la mentalidad común de su tiempo ubicaba el reino de
los cielos en la lejanía e invisibilidad, como un nombre alternativo
del Dios innombrable, Jesús lo ubica al alcance de la mano, tan
cerca como el contexto social que clama solidaridad.
Sólo
hay que abrir los ojos, ser honestos con lo que se ve y compartir sin
afán de lucro.
Las
angosturas de la vida en este momento pueden significar la
purificación de la intención en el ministerio de la limosna, como
señal del Amor Providencial del Señor capaz de transformar la
desgracia en bendición.
Servir
gratis al Reino nos potencia más allá de nuestros límites y
fuerzas, transformando nuestra mirada y visión de las cosas y
personas, en el don de amor providencial del Señor.
Es
la cercanía y proximidad del dominio del Señor manifestada en los
bienes de la vida al alcance de todos.
El
servicio de Providencia que compartimos con los hermanos debe
reflejar la generosidad del Señor con nosotros y por nuestro medio
con los demás.
No
llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para
el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón; bien merece el
obrero su sustento
Cómo
se podría visibilizar la total y radical dependencia del Señor si
nos pertrechamos y atrincheramos con cosas y personas en las que
ponemos nuestra absoluta confianza? No seríamos sacramento, signo de
la cercanía y aproximación del Reino.
Nuestra
inseguridad de lo material es como nuestra ofrenda a la seguridad que
viene del Espíritu.
El
despojo de bienes y la libertad consecuente se gana como obsequio de
nuestro servicio para inspirar a otros a su despojo
Nuestro
servicio como un llamado a la solidaridad con nuestro sustento: así
convencemos y nos hacemos creíbles.
Si no se lo merece, la paz volverá
a vosotros.
Porque
la buena voluntad con la que se ofrece un servicio al reino no es
garantía automática de una respuesta equivalente y nuestra
expectativa ha de ser amplia ya que el rechazo es posible.
No
es entendible que la paz que se retira con ese rechazo sea una
retaliación de nuestra parte, sino la libertad de los demás que no
alcanzan a ver salvación en nuestro servicio.
Si
alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del
pueblo, sacudid el polvo de los pies.
En
esas regiones polvorientas, el polvo era un elemento común y
omnipresente. Por eso se lavaban con frecuencia, y al que recién
llegaba a una casa se le ofrecía agua para lavarse y quitarse el
polvo.
En
la instrucción de Jesús puede haber muchos sentidos pero una que es
consistente con todo el discurso podría ser que al sacudirse el
polvo cuando no los recibían, les hacían sentir que ni el polvo de
sus hogares se querían llevar, que todo lo que hacían era gratis,
sin interés de recompensa. Porque la salvación del Padre es
gratuita como el amor verdadero.
Porque
hay que seguir caminando, pues allí no hay nada que hacer. Allá
ellos y su responsabilidad ante el Señor.
el
día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a
aquel pueblo.
No
nos corresponde ante el rechazo de esa cercanía del Reino, ni
vengarnos ni condenar. El juicio, cual sea, es del Señor.
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Génesis
44,18-21.23b-29;45,1-5
La víctima de un secuestro y
posible asesinato, en esta revelación que hace José de sí mismo,
resulta vivo y para asombro de sus verdugos, no les toma cuenta sino
que hace a un lado el agravio y se preocupa por el padre y da
testimonio de que en este cambio de circunstancias, en las que el
poder ha cambiado de manos, está la mano de Dios, y ese Dios no es
vengativo sino perdón, misericordia y segundas oportunidades.
Salmo
responsorial: 104
Se narra la dinámica de un
liderazgo oportuno, pues actúa en el sentido de la solución de una
necesidad perentoria. Así es presentado Jesús, en su tiempo, como
alguien que aporta soluciones temporales pero también definitiva:
una vida eterna.
Mateo
10,7-15
Y así el
liderazgo que ejercerán los seguidores de esa serie de personas
oportunas en la historia de salvación se enrumba en solucionar,
aunque sea con gestos, necesidades perentorias de muchos oprimidos y
victimizados, sin culpa y aun con complicidad. Porque nadie es tan
inocente que no tome partido en la redención de la propia condición
de pobreza.