viernes, 28 de julio de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 




Viernes, XVI semana
San Agustín Confesiones 10,32,68-70

Señor, el verdadero mediador que por tu secreta misericordia revelaste a los humildes, y lo enviaste para que con su ejemplo aprendiesen la misma humildad, ese mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, apareció en una condición que lo situaba entre los pecadores mortales y el Justo inmortal: pues era mortal en cuanto hombre, y era justo en cuanto Dios. Y así, puesto que la justicia origina la vida y la paz, por medio de esa justicia que le es propia en cuanto que es Dios destruyó la muerte de los impíos al justificarlos, esa muerte que se dignó tener en común con ellos. ¡Oh, cómo nos amaste, Padre bueno, que no perdonaste a tu Hija único, sino que lo entregaste por nosotros, que éramos impíos! ¡Cómo nos amaste a nosotros, por quienes tu Hijo no hizo alarde de ser igual a ti, al contrario, se rebajó hasta someterse a una muerte de cruz! Siendo como era el único libre entre los muertos, tuvo poder para entregar su vida y tuvo poder para recuperarla. Por nosotros se hizo ante ti vencedor y víctima: vencedor, precisamente por ser víctima; por nosotros se hizo ante ti sacerdote y sacrificio: sacerdote, precisamente del sacrificio que fue él mismo. Siendo tu Hijo, se hizo nuestro servidor, y nos transformó, para ti, de esclavos en hijos. Con razón tengo puesta en él la firme esperanza de que sanarás todas mis dolencias por medio de él, que está sentado a tu diestra y que intercede por nosotros; de otro modo desesperaría.

REFLEXIÓN

Son muchos los callejones sin salida que se nos presentan en la existencia, y en los que la tentación es la desesperación. Ella no llegaría a ocupar un lugar de interés permanente si impetramos y activamos en nosotros una firme esperanza, de que sanará todas nuestras dolencias, no importa cuán recónditas o desahuciadas sean.

Porque muchas y grandes son mis dolencias; sí, son muchas y grandes, aunque más grande es tu medicina. De no haberse tu Verbo hecho carne y habitado entre nosotros, hubiéramos podido juzgarlo apartado de la naturaleza humana y desesperar de nosotros. Aterrado por mis pecados y por el peso enorme de mis miserias, había meditado en mi corazón y decidido huir a la soledad; mas tú me lo prohibiste y me tranquilizaste, diciendo: Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos.

REFLEXIÓN

Ante la llamada incisiva de la desesperación en una coyuntura cualquiera, habría que levantar la vista al recordatorio , a la memoria, de quien murió por todos, y así abrirse humildemente a la posibilidad de la salida victoriosa, por quien venció la muerte por la vida para siempre.

He aquí, Señor, que ya arrojo en ti mi cuidado, a fin de que viva y pueda contemplar las maravillas de tu voluntad. Tú conoces mi ignorancia y mi flaqueza: enséñame y sáname. Tu Hijo único, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y del conocer, me redimió con su sangre. No me opriman los insolentes; que yo tengo en cuenta mi rescate, y lo como y lo bebo y lo distribuyo y, aunque pobre, deseo saciarme de él en compañía de aquellos que comen de él y son saciados por él. Y alabarán al Señor los que le buscan.

jueves, 27 de julio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 16 de tiempo ordinario


Año Impar

Éxodo 19,1-2.9-11.16-20b



REFLEXIÓN

"Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo, y te crea en adelante."

En la cadena de transmisión de esta tradición, han intervenido agentes humanos que aluden a una fuente divina y por lo mismo se autolegitiman y son creídos como tal.

El escenario de una neblina densa, probablemente ligada a un fenómeno de montaña, volcánica o no, es un recurso de realce a la solemnidad de la transmisión. Las palabras citadas como de la divinidad tienen a un agente humano en su producción, en un alto porcentaje.

Nuestra base de comparación es la propia experiencia de la inspiración divina en la actualidad, con una mentalidad desnudada de los mitos bíblicos, y mitificada con los avances tecno científicos y los prejuicios acumulados.

Y es así que no encontramos creíble un discurso-relato como el que se nos propone.

Sólo que llama la atención que la credibilidad que la tradición de las palabras del Sinaí y otras, atribuída a Yavé, se hayan suscitado y mantenido por miles de años promoviendo sentido o significatividad.

Tal persistencia convoca a una reflexión y preguntarse por la inspiración auténtica de los textos bíblicos.

Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo había dicho

O dicho de otra forma, alguien en nombre de Moisés citó sus posibles palabras, como dictadas o inspiradas por el Señor.

La fe en el Señor, que asumimos como don suyo, basados en la misma fe, ha de ser lúcida en medio de la falta de claridad e información sobre la forma precisa de la transmisión del oráculo.

Tal lucidez valiente para afrontar los detalles y etapas del proceso de transmisión con sus eventuales decantamientos, subjetividades, prejuicios y demás, de los portavoces, puede afectar nuestra inocencia y candor en la opción de fe, y hacerla recelosa y suspicaz.

Pero es preferible este tránsito para llegar a una aceptación de la palabra de Dios, que tenga más que ver con su don, aunque no tanto con las posibles e imposibles evidencias racionales a favor de su inspiración.

Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Subía humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. El Señor bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la montaña.

La experiencia inspirada del pueblo elegido es la propuesta de un paradigma de depuración de la experiencia del Señor, desde sus humildes orígenes animistas, enseñoreado por fuerzas de la naturaleza, hasta el Emmanuel trasformado en vida nueva por la resurrección.

Interleccional: Daniel 3,52-56



REFLEXIÓN

Bendito eres, Señor

El que nos asombra en la naturaleza pero también el que nos purifica en la concepción de su Trascendencia.

Mateo 13,10-17



REFLEXIÓN

se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos

El reino de los cielos el primado del don de Dios como soberanía total y absoluta. Una concesión que aboga el primado del don de Dios.

Suena horrible a nuestros oídos igualitarios de hoy. Es como discriminar: unos sí y otros no. Cómo compaginarlo con el relato sencillo de las parábolas, apto para el público común?

Hay que tener en cuenta las necesidades propias de las comunidades en las que brota el relato del evangelista para no sentirnos tan desbordados por la paradoja: transparencia del anuncio de salvación vs. Selectividad y elitismo.

Quizá en el proceso de fe de las comunidades no faltaron quienes creían tener asegurado el sentido correcto del mensaje evangélico y prescindían de la comunión fraterna.

Entonces al cabo ellos eran los que no entendían el verdadero sentido. Porque la Palabra como don del Padre se ha entregado a la fe que se plenifica en comunidad de fe.

Y como partícipe de esa comunidad de fe se encuentra el aporte del magisterio apostólico. El cual también puede perder el rumbo del sentido verdadero si se desgaja de la comunidad fraterna.

Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene

Una ley de la conservación de la energía que funciona hacia su aumento, no su disminución, a partir del tener fe.

porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure."

Terrible pero posible tal dureza y encerramiento culpable.

Entender las parábolas, como antiguamente la profecía de los profetas, requiere convertirse al amor fraterno.

¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.

La bienaventuranza o felicidad como objetivo, para vivir desde una fe, a la vez don y apertura a la Palabra viva. Porque la buena nueva es felicidad para los que la conquistan.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1684512196141666304?s=20

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Éxodo 19,1-2.9-11.16-20b

Todavía hoy el fenómeno vulcánico nos atrae la atención, para unos es admiración, para otros terror y ruina. La tecnología desarrollada se ha aproximado tanto a su lectura con pronósitico que sólo falta saber con exactitud el día y hora del estallido. Igualmente nos pasa con el huracán, porque con todo lo que se puede observar atinadamente, falta conocer dónde y cuándo tocará tierra, para salvarse de su furia. El pavor parece no haber cambiado desde hace aproximadamente cuatro mil años. Da que pensar entonces un seísmo que aun a pesar del terror se aproxima amigablemente. Es el contraste que nos ofrece la Palabra.

Interleccional: Daniel 3,52-56

Por eso eres bendito. Te nos aproximaste sin dañarnos, todo lo contrario. En todo, no obstante nuestra ingratitud, te has ido mostrando amigable, amante, salvador.

Mateo 13,10-17

De ahí que resulta indignante no aprovechar la oportunidad que tantos han anhelado: oirlo para conocerlo y servirlo. Poder dar el paso inimaginable de alcanzar la divinidad con el hermano. Ver hermano en el otro es don. Un modo de pontificar, hacer un puente hacia lo otro y desconocido.