sábado, 19 de agosto de 2023

PALABRA COMENTADA

 

SÁBADO 19 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Josué 24,14-29



REFLEXIÓN

se volverá contra vosotros y, después de haberos tratado bien, os maltratará y os aniquilará."

Cuándo una teología bíblica del Señor misericordioso, orilló la del Señor castigador. Qué factores pesaron en este cambio hermenéutico?

Hasta dónde es inspirado por el Espíritu de Dios, más allá de un cielo histórico y cultural?

O debemos reconocer en la imagen auténtica de Dios, la que nos viene en su hijo Jesucristo, aspectos de Juez que no alcanzamos a correlacionar coherentemente con los aspectos de amor, compasión, misericordia y bondad?

Hemos de reconocer, en gracia a la Trascendencia del totalmente otro, que nuestra coherencia y lógica y sentido común, puede forzar y no penetrar el Misterio?

"Mirad esta piedra, que será testigo contra vosotros, porque ha oído todo lo que el Señor nos ha dicho.

Por qué una piedra? Qué significado guarda este elemento para hacer memoria de una alianza.

Fue en tablas de piedra también, que se escribieron los mandamientos de la ley.

Piedra puede ser el elemento común, más consistente, de un terreno pedregoso, abundante en la región.

Se trata de tomar en serio lo que se tiene a la mano y penetrar por fe en su significado oculto, para propiciar una revelación.

Salmo responsorial: 15



REFLEXIÓN

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; / mi suerte está en tu mano

Ante el Señor no hay posición estable y segura, como quien ha asegurado un puesto para siempre.

Sería negar nuestra condición fluída, histórica, y su misterio de libertad.

Nuestra fe, esperanza y caridad como fuerzas que vienen de Él, nos sostienen en una posición de tensión, de una realidad procesual que no podemos vivir como terminada o garantizada. Escatológica.

Resultado de la intersección de la eternidad en el tiempo.

hasta de noche me instruye internamente.

Se trata de una realidad experimentada en el desvelo nocturno, cuando el terror danza a nuestro alrededor y nos intimida.

Mateo 19,13-15



REFLEXIÓN

"Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los cielos".

No se trata de una niñez involutiva, ni de un infantilismo sicológico. Se trata de una semejanza.

En qué se centra la semejanza de los niños en este texto? En el acercarse a Jesús de Nazareth sin precondiciones, con vulnerabilidad, dispuestos a dejarse amar.

Qué difícil es dejarnos amar como nos quieren amar. Más bien actuamos en plan de un contrato: postulando requisitos y condiciones, insertando cláusulas para rescindir. Un amar como transacción.

Un escándalo mayúsculo recorre la Iglesia Católica en estos tiempos, aunque no es privativo de ella: la pedofilia y pederastia de algunos ministros suyos.

A nivel evangélico este escándalo hace escarnio de las palabras de Jesús sobre la semejanza de los niños.

Esta acción vil del pederasta representa la traición de la vulnerabilidad, que se le entregó en la confianza de un niño.

Pero el escándalo cunde si caemos en cuenta de todas las vulnerabilidades traicionadas y contaminadas en quienes alguna vez se confiaron a una persona que representaba un valor de guía, comprensión, asistencia, orientación.

En este conjunto entrarían además de los sacerdotes, los educadores, los padres y madres, las amistades. En fin todo el que se aprovecha de su ascendiente moral. Se podría asumir que los niños cumplen la bienaventuranza de los limpios de corazón, porque en ellos aún no se formado el cálculo que distorsiona la buena voluntad en el adulto.

Esa pureza es la actitud de aceptación del Misterio y la tensión de conocer al Señor, sin paralizarse por una lógica que no tiene que ver con la Trascendencia.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1692849419996037179?s=20

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Josué 24,14-29

La piedra como segundo nombre de Pedro es una ayuda en este tiempo de poco consenso, y mucha incertidumbre. No necesariamente porque todo quede sanjado, dogmáticamente hablando, sino por un carisma que nos da esperanza de que Dios sigue presente como Pastor y nos ayudará a atravesar el desfiladero

Salmo responsorial: 15

Por eso es nuestro lote y heredad, porque en esa Palabra se nos da la Palabra que es nuestra vida eterna

Mateo 19,13-15

Por lo tanto acercarnos como niños, depurando nuestros prejuicios y haciendo propia la bienaventuranza de los limpios de corazón, nos hará ver a Dios desde ya.

BEATO CARLO



 Del Sermón de san Paciano, obispo, Sobre el bautismo
(Núms. 6-7: PL 13, 1093-1094)


¿QUE DIOS HAY COMO TÚ, QUE PERDONAS EL PECADO.?

Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seamos también imagen del hombre celestial; porque el primer hombre, hecho de tierra, era terreno; el segundo es del cielo. Obrando así, amadísimos, ya no moriremos más. Porque, aunque este nuestro cuerpo se deshaga, viviremos en Cristo, como afirma él mismo: Quien a mí se una con viva fe, aunque muera, vivirá.

Tenemos la certeza, basada en el testimonio del Señor, de que Abraham, Isaac y Jacob y todos los santos de Dios están vivos, ya que, refiriéndose a ellos, dice el Señor: No es, pues, Dios de muertos, sino de vivos; en efecto, para él todos están vivos. Y el Apóstol dice de sí mismo: Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia; ansío partir para estar con Cristo. Y también: Mientras vivimos estamos desterrados lejos del Señor; caminamos sin verlo, guiados por la fe. Tal es nuestra fe, hermanos muy amados. Por lo demás, si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desdichados. La vida puramente natural, como vosotros mismos podéis comprobar, nos es común, aunque no igual en duración, con la de los animales, bestias y aves. Pero lo específico del hombre, lo que nos ha dado Cristo por el Espíritu, es la vida eterna, a condición de que ya no pequemos más. Pues así como la muerte viene por el pecado, así también nos libramos de ella por la práctica de la virtud; la vida, por tanto, se pierde con las malas acciones, se conserva con una vida virtuosa. El sueldo del pecado es la muerte; pero el don de Dios es la vida eterna en unión con Cristo Jesús, Señor nuestro.

Él es, ciertamente, quien nos ha redimido, perdonándonos por pura gracia todos nuestros pecados —como dice el Apóstol— y borrando la nota desfavorable de nuestra deuda escrita sobre el rollo de los preceptos; él la arrancó de en medio y la clavó en la cruz. Con esto Dios despojó a los principados y potestades, y los expuso a la vista de todos, incorporándolos al cortejo triunfal de Cristo. Él liberta a los cautivos y rompe nuestras cadenas, como había predicho el salmista: El Señor hace justicia a los oprimidos, el Señor liberta a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego. Y también: Rompiste mis cadenas, te ofreceré un sacrificio de alabanza. Esta liberación tuvo lugar cuando, por el sacramento del bautismo, nos reunimos bajo el estandarte del Señor, quedando así liberados por la sangre y el nombre de Cristo.

Así pues, amadísimos hermanos, de una vez para siempre somos purificados, somos libertados, somos recibidos en el reino inmortal; de una vez para siempre, dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado.
Mantened con firmeza lo que habéis recibido, conservadlo con alegría, no pequéis más. Conservaos así puros e inmaculados para el día del Señor.