San
Bartolomé apóstol
Apocalipsis
21,9b-14
Reflexión
me enseñó la ciudad santa,
Jerusalén, que bajaba del
cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria
de Dios.
La
reunión final de todos, la Jerusalén que baja del cielo como un
don, es un anhelo profundo de las diferentes sociedades que desean
la paz.
Una
paz que abarca todos los ámbitos y diversidades humanas.
Una
verdadera unión, una comunión.
La
Jerusalén que baja del cielo es una ciudad que existió, pero al
final transformada por la gloria de Dios y su cordero.
La
búsqueda y esfuerzo humano constructivo de la ciudad de paz será
recompensado con el don de una ciudad que baja del cielo,transformada
por la paz.
Una
semejanza de los símbolos del Israel terrenal se incorporan en ese
don de la Jerusalén celestial, como signos para nuestra esperanza,
porque nuestros aportes han sido tomados en cuenta en esta
transforamción definitiva.
La
gloria de Dios, la mayor, fue la obsesión apostólica de Ignacio de
Loyola, para sí y sus compañeros.
Qué
se entendió por eso? Còmo se puede entender hoy, para que mueva
como entonces a asumir estilos de vida apostólicos?
La
gloria, el prestigio, el brillo, la fascinación de la presencia y
actividad del Señor, en su creación y su pueblo. Dónde ubicarla
hoy?
Hay
festejos, celebraciones, efectos especiales que nos dejan sin
respiración por la admiración que despiertan.
Podrá
sobrepujar la gloria de Dios estas creatividad humana efímera?
los nombres de los apóstoles
del Cordero.
Los
que estuvieron con Jesús, y murieron por su nombre. Como los
jesuitas que murieron por su nombre en San Salvador.
Gente
entregada a su milpa y en apariencia cotidiana, que fueron
transformados en testigos.
Salmo
responsorial: 144
REFLEXIÓN
que proclamen la gloria de tu
reinado
Quienquiera
se dedique a su parcela del Reino proclama la gloria de su reinado,
sino se busca exclusivamente a los intereses propios y de su grupo.
Explicando tus hazañas a los
hombres,
Esta
es su gloria entre nosotros:hacer entender sus hazañas porque somos
sus dispensadores.
cerca está el Señor de los que lo
invocan, / de los que lo invocan sinceramente
El
esfuerzo por la sinceridad es un reto de cada día cuando venimos a
su encuentro. Entonces nos debemos enfrentar al Señor, a nuestro
vacío y a la esperanza.
La
cercanía del Señor está disponible siempre, pero al orar nosotros
nos abrimos a ella.
La
oración nos persuade que está con nosotros como el que escucha y
salva.
Juan
1,45-51
REFLEXIÓN
Felipe encuentra a Natanael y le
dice: "Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los
profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret."
Felipe
comunica un hallazgo, una experiencia cumbre:se ha dado con el
Mesías.
La
construcción de la fe en él inicia con la aceptación de la carne
común de Jesús:hijo de José, de Nazaret.
Si
Natanael logra superar esta dimensión común, y por lo oído, ir más
allá, su fe podrá crecer.
Son
los encuentros con otros creyentes los que nos permiten crecer,
afianzados en sus testimonios y experiencias de fe.
Porque
nuestra fe es comunitaria, eclesial, apostólica.
Natanael le replicó: "¿De
Nazaret puede salir algo bueno?"
Felipe le contestó: "Ven y verás."
Es
preciso atravesar nuestros prejuicios y verificar por nosotros
mismos.
La
búsqueda y encuentro de una verdad de salvación-algo bueno-requiere
una voluntad personal, una decisión intransferible, no delegable.
Todos
debemos asumir “Soy yo quien tiene que correr ese riesgo”.
Ahí tenéis a un israelita de
verdad, en quien no hay engaño
Todo
un ideal de transparencia porque se deja ver, escrutar, discernir.
Como
la mirada que debe practicar el que acompaña al ejercitante de los
ejercicios ignacianos, para colaborarle en el discernimiento de las
mociones que experimenta.
Como
la mirada que debemos experimentar en cualquier relación de amistad,
pareja o conyugal, para que se construya la mutua confianza y
lealtad.
cuando estabas debajo de la higuera,
te vi.
La
expresión con reminiscencia de las escrituras es suficiente para
abrir al apóstol a un horizonte nuevo.
Para
él la palabra se había hecho carne en Jesús, y cualquier
resistencia a su avasallamiento era inútil, excepto rendirse.
Natanael respondió: "Rabí, tú
eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel."
En
el juego y re-juego de quién ve qué o a quién, Natanael pierde
terreno, porque su ver, percibir y conocer lo bueno de Nazaret es
deconstruído por otro ver que lo percibe a él con tal penetración
y profundidad que no puede menos que vivenciar una experiencia del
misterio de Jesús de Nazareth y su carisma.
"¿Por haberte dicho que te vi
debajo de la higuera, crees?
La
experiencia de fe que se da en el encuentro con Jesús de Nazareth
implica la experiencia humana de ser conocido y amado. De ahí brota
una expectativa de bien cada vez más grande, cada vez más abierta
al despliegue que el Espíritu va haciendo del reino en la historia,
de camino hacia el final de paz.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1694665294109716579?s=20
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LA PALABRA
Apocalipsis
21,9b-14
La nueva construcción es un encuentro
entre el don y el martirio apostólico. Cada uno pone su parte.
Salmo
responsorial: 144
Cercanía de Dios de los que son
sinceros, sin doblez, como Natanael
Juan
1,45-51
Ser conocido por Jesús desarma
y provoca una anhelo de conocerlo. Tal conocimiento visceral está a
las puertas de la grandeza por revelarse.