lunes, 28 de agosto de 2023

PALABRA COMENTADA

 

LUNES 21 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar


1Tesalonicenses 1,1-5.8b-10



REFLEXIÓN


A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.


Se trata de un rasgo sobresaliente del estilo de vida cristiano: acordarse en la oración perseverante de los demás, propios y extraños

Es el mínimo de solidaridad que debe manifestar un seguidor de Jesús de Nazareth.


No sólo para beneficio de otros sino de sí mismo, porque la fe se nutre de la oración; en ella la esperanza se hace fuerte y el ágape se consolida como amor discernido o discreto.


y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.


Es el que echamos de menos en los momentos de prueba.


La resistencia y el coraje para sobrellevar las condiciones adversas de la existencia que se inspira en valores evangélicos: amor, justicia, paz, trabajo honrado y honesto, verdad y transparencia, santidad y coherencia, tolerancia y respeto de lo diverso, contrario y opuesto.


Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda


De la que da cuenta la persistencia en el buen obrar y las actitudes del corazón en su relación múltiple consigo mismo,con los demás, con la creación y con el Señor


No nos llamemos a engaño, asumiendo que nada se puede saber del proceso de fe de quienes han escuchado el evangelio, porque el Señor nos ha dado criterio e inteligencia para percibir las señales del poco o mucho aprovechamiento.


En nuestro tiempo se oyen muchas opiniones que expresan indiferencia o ignorancia voluntaria por saber en realidad cuán aventajadas son las comunidades en su fe.


Se conforman con señales de asistencia a los ritos, con llenar iglesias, con multitud de inscritos en libros de bautismo y matrimonio.


Se descansa en el aumento vegetativo de las iglesias, verificado cada año en estadísticas eclesiásticas.


Pero vemos y sabemos cuán incongruente es nuestra fe en la vida ordinaria, y el poco impacto que tiene en el curso de algunas comunidades y pueblos. Porque tememos la interpelación que se levanta de esas constataciones sobre nuestro propio influjo, ejemplo, testimonio y aporte al progreso del Reino de Dios en el Espíritu.


cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo


Nuevos ídolos nos fascinan. No cesan de renovarse. La creatividad es infinita, pues cada generación trae los suyos.


Se denunció en una Jornada Mundial de la Juventud, la hostilidad de los adoradores de ídolos contra los católicos.


Habría que añadir, que entre los católicos también erigimos ídolos en la institución eclesiástica, lo que contribuye al descrédito y escándalo de otros.


Salmo responsorial: 149



REFLEXIÓN


el Señor ama a su pueblo


Saber de su amor en las pruebas, que sus pruebas son amor, es un don por el que hemos de rogar para mantener la vigilia por la justicia


Mateo 23,13-22



REFLEXIÓN

cerráis a los hombres el Reino de los cielos


Siendo cómplices con sus obras de una representación de la divinidad equívoca, conveniente a sus ambiciones, propicia para manipular desde el poder.


Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga"! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga." ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él


El reproche se basa en la idolatría práctica que hacemos al preferir la garantía del dinero y la ganancia, a la del Señor.


Denuncia la inversión de valores que manifiesta un profundo ateísmo.


Un discurso que se inauguró con la serpiente que tentó a Eva en el paraíso.


Así para algunos honrar las deudas injustas y tramposas está antes que vivir la verdad y equidad íntegras.

Qué pasaría si los acreedores llegarán a interiorizar que, lo que cobran, más bien lo deben, por las condiciones ilegítimas de su enriquecimiento?


Jurar por Dios, su templo, su altar, su presencia es más que cualquier otro juramento, por más valor que haya adquirido en las culturas humanas que son relativas.


La creación donada por el Señor es base de todo el enriquecimiento que desarrollamos culturalmente por nuestra libertad e ingenio.


No podemos seguir robando al Señor en su designio sobre lo creado, fascinados por el valor añadido que aportamos.


Es nuestra obligación de conciencia dar cuenta como administradores solamente.


Son muchos los que tienen como prioridad pagar y cobrar las deudas económicas, que no paran de crecer con los intereses, y condenan a los necesitados a mal vivir, incluso a delinquir y a parir hijos deudores para toda su vida.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1696111072279777613?s=20

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1Tesalonicenses 1,1-5.8b-10

Fe esperanza y caridad son realidades operativas porque son actividad, esfuerzo y aguante. Se transparentan en testimonio observable.

Salmo responsorial: 149

también la alabanza debe ser expresiva: resonar en la asamblea o reunión de creyentes

Mateo 23,13-22
Las comunidades cristianas deben ser espacios abiertos donde se puede entrar y no debe haber líder que pueda cerrar el acceso


19

En cambio no tienen como prioridad cumplir la palabra empeñada, la promesa ofrecida, la obra necesitada.


Su discurso es retórica de relumbrón, solo para deslumbrar y manipular.


Es el arte de halagar los oídos de los escuchas, haciéndoles creer en la realización de sus sueños y fantasías.


Un discurso que se inauguró con la serpiente que tentó a Eva en el paraíso.


Se vendría abajo ese sistema. Porque habrá uno parecido o peor, pronto a reemplazarlo.


El juramento común y corriente apela entre nosotros a garantías diferentes a la única del Padre de los cielos.


Se denuncia una sabiduría que lleva a una distinción astuta para no dejar los apegos que distancian y separan de lo que da sentido a todo.


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Pero no podemos ufanarnos que no nos contagiaremos o más bien contaminaremos de esa sabiduría, si el Señor no nos ilumina y precave contra ella.


Lámpara es tu palabra para mis pasos.


DOCTORES DE LA IGLESIA

 


San Agustín Obispo y doctor de la Iglesia

Nació en Tagaste (África) el año 354; después de una juventud algo desviada doctrinal y moralmente, se convirtió, estando en Milán, y el año 387 fue bautizado por el obispo Ambrosio. Vuelto a su patria, llevó una vida dedicada al ascetismo, y fue elegido obispo de Hipona. Durante treinta y cuatro años, en que ejerció este ministerio, fue un modelo para su grey, a la que dio una sólida formación por medio de sus sermones y de sus numerosos escritos, con los que contribuyó en gran manera a una mayor profundización de la fe cristiana contra los errores doctrinales de su tiempo. Murió el año 430.

Del libro de las Confesiones de san Agustín, obispo

Habiéndome convencido de que debía volver a mí mismo, penetré en mi interior, siendo tú mi guía, y ello me fue posible porque tú, Señor, me socorriste. Entré, y vi con los ojos de mi alma, de un modo u otro, por encima de la capacidad de estos mismos ojos, por encima de mi mente, una luz inconmutable; no esta luz ordinaria y visible a cualquier hombre, por intensa y clara que fuese y que lo llenara todo con su magnitud. Se trataba de una luz completamente distinta. Ni estaba por encima de mi mente, como el aceite sobre el agua o como el cielo sobre la tierra, sino que estaba en lo más alto, ya que ella fue quien me hizo, y yo estaba en lo más bajo, porque fui hecho por ella. La conoce el que conoce la verdad. ¡Oh eterna verdad, verdadera caridad y cara eternidad! Tú eres mi Dios, por ti suspiro día y noche. Y, cuando te conocí por vez primera, fuiste tú quien me elevó hacia ti, para hacerme ver que había algo que ver y que yo no era aún capaz de verlo. Y fortaleciste la debilidad de mi mirada irradiando con fuerza sobre mí, y me estremecí de amor y de temor; y me di cuenta de la gran distancia que me separaba de tí, por la gran desemejanza que hay entre tú y yo, como si oyera tu voz que me decía desde arriba: «Soy alimento de adultos: crece, y podrás comerme. Y no me transformarás en substancia tuya, como sucede con la comida corporal, sino que tú te transformarás en mí». Y yo buscaba el camino para adquirir un vigor que me hiciera capaz de gozar de ti, y no lo encontraba, hasta que me abracé al mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, el que está por encima de todo, Dios bendito por los siglos, que me llamaba y me decía: Yo soy el camino de la verdad, y la vida, y el que mezcla aquel alimento, que yo no podía asimilar, con la carne, ya que la Palabra se hizo carne, para que, en atención a nuestro estado de infancia, se convirtiera en leche tu sabiduría por la que creaste todas las cosas. ¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de tí aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de tí, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti. 

Oración Renueva, Señor, en tu Iglesia, el espíritu que infundiste en tu obispo san Agustín, para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de ti, fuente de la sabiduría, y te busquemos como el único amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo.

REFLEXIÓN

Consolación sin causa precedente, una experiencia que esta a la base de las conversiones que grandes hombres según la fe y seguimiento de Jesús de Nazareth, como experiencia del Misterio inenarrable que afecta la autopercepción porque dificulta su descripción en la expresión oral, y afecta un el sentido de la orientación y las proporciones. Ocasiona una mezcla de temor y gozo, un dolor gozoso.