viernes, 22 de septiembre de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 



Viernes, XXIV semana
San Agustín Sermón sobre los pastores 46,10-11

Ya habéis oído lo que los malos pastores aman. Ved ahora lo que descuidan. No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las enfermas, ni vendáis a las heridas, es decir, a las que sufren; no recogéis a las descarriadas, ni buscáis a las perdidas, y maltratáis brutalmente a las fuertes, destrozándolas y llevándolas a la muerte. Decir que una oveja ha enfermado quiere significar que su corazón es débil, de tal manera que puede ceder ante las tentaciones en cuanto sobrevengan y la sorprendan desprevenida. El pastor negligente, cuando recibe en la fe a alguna de estas ovejas débiles, no le dice: Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios, prepárate para las pruebas; mantén el corazón firme, sé valiente. Porque quien dice tales cosas, ya está confortando al débil, ya está fortaleciéndole, de forma que, al abrazar la fe, dejará de esperar en las prosperidades de este siglo. Ya que, si se le induce a esperar en la prosperidad, esta misma prosperidad será la que le corrompa; y, cuando sobrevengan las adversidades, lo derribarán y hasta acabarán con él. Así, pues, el que de esa manera lo edifica, no lo edifica sobre piedra, sino sobre arena. Y la roca era Cristo. Los cristianos tienen que imitar los sufrimientos de Cristo, y no tratar de alcanzar los placeres. Se conforta a un pusilánime cuando se le dice: «Aguarda las tentaciones de este siglo, que de todas ellas te librará el Señor, si tu corazón no se aparta lejos de él. Porque precisamente para fortalecer tu corazón vino él a sufrir, vino él a morir, a ser escupido y coronado de espinas, a escuchar oprobios, a ser, por último, clavado en una cruz. Todo esto lo hizo él por ti, mientras que tú no has sido capaz de hacer nada, no ya por él, sino por ti mismo». ¿Y cómo definir a los que, por temor de escandalizar a aquellos a los que se dirigen, no sólo no los preparan para las tentaciones inminentes, sino que incluso les prometen la felicidad en este mundo, siendo así que Dios mismo no la prometió? Dios predice al mismo mundo que vendrán sobre él trabajos y más trabajos hasta el final, ¿y quieres tú que el cristiano se vea libre de ellos? Precisamente por ser cristiano tendrá que pasar más trabajos en este mundo. Lo dice el Apóstol: Todo el que se proponga vivir piadosamente en Cristo será perseguido.

REFLEXIÓN

Ni se debe, mucho menos se puede, permanecer en la permanente gratificación; ni en la permanente depresión, por malestar constante. Frente al sube y baja de la vida, o se forra uno como un estoico, inmune a lo bueno y lo malo, para no desviarse de su propio poder, o se afianza uno en el más fuerte, para con él no enajenarse con la gloria, ni sucumbir con la desgracia. Ese más fuerte es Jesús Cristo.

jueves, 21 de septiembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

San Mateo apóstol(21 de septiembre)

Efesios 4,1-7.11-13



REFLEXIÓN

el prisionero por el Señor

Pablo reconoce su condición: es prisionero. Reconoce la causa: por el Señor, por seguirlo y anunciarlo.

Reconoce su motivación: por el Señor, por compartir su suerte, por asemejársele, por ser elegido para estar cerca de Él.

Más adelante en la historia irán surgiendo muchos otros animados y motivados por tal semejanza, como si fuera una gloria, una condecoración, un renombre.

Gente así construye el reino.

andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados

Andar se trata de conducir la vida en sentido ético, tomando decisiones correctas, buenas y felices en consecuencias para todos.

humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Esta es una contribución a la paz, a la ciudadanía democrática, pluralista, equitativa e inclusiva.

Diligente y fervorosamente promoviendo fraternidad.

Con una identidad cercana y clara que aproxima a los miembros.

Podríamos reconocer un estilo de vida con estos valores en muchos que hoy promueven la paz, tolerancia, inclusión, derechos humanos.

Sería más constructivo si en su activismo se reconociera y explicitara con más énfasis aún este sentido de fraternidad, en tolerancia, en unidad.

Para que podamos superar el sentido de desquite, de justicia vengativa, insaciable en sus demandas de ojo por ojo.

Es decir que la nueva evangelización, la evangelización en la cultura, quiere mostrar un paradigma de estilo de vida alternativo a la cultura de muerte y violencia.

Pero también, como Palabra de Dios, que corta por ambos lados de la daga, sensibiliza a una autocrítica purificadora de motivaciones revanchistas y fariseas.

Procura la paz con esfuerzo, nuestra vocación y nuestra congruencia, porque trata de luchar por el entendimiento y no la guerra.

Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todoSe trata de la experiencia del Dios inefable

Descubrimos desde esta experiencia que aguardar a que se cumpla su voluntad desde la fe y esperanza, para que incluya nuestra voluntad, significa una depuración, purificación, un fuego cernidor que transforma en la medida de nuestra buena disposición.

Los motivos económicos, materiales, psicológicos, de aferramiento a lo material y su seguridad, estarán siendo puestos a prueba, para transformarse en total entrega a la confianza en su designio.

Es la experiencia subjetiva que se objetiviza en una cosmovisión: un Dios Padre que ama salvando el mundo en su Hijo, Jesús de Nazareth.

No está al alcance del esfuerzo del ateo y anti-teo, porque es un don.

Pero es una posibilidad también para ellos, escondida en el misterioso designio del Señor, que late en la voz de sus conciencias.

para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud

Los diferentes ministerios o servicios en el pueblo de Dios no son para lucrar, sino para edificar.

Son medios para luchar por la unidad de la paz.

De eso se trata en el entramado de lo profundo.

Revisemos si por egoísmo y aferramiento no hemos edificado como debíamos.

En familia, en amistad, en profesión, en vocación y servicio.

Más de lo que quisiéramos, hemos estado por debajo de la raya.

Salmo responsorial: 18




REFLEXIÓN

sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón

Una vez terminó Jesús de hablar en su ministerio, calló y murió.

El Dios Padre que en él hablaba calló y vivió con voz de Espíritu, que sin hablar resuena en las palabras de los enviados, para alcanzar toda la tierra, y las tierras si hay más vida fuera de ésta.

Debemos considerar que no somos los creyentes los únicos mediante los cuales la Palabra edifica el Reino.

Otros lo hacen también, aun sin advertirlo, para confluir en un Cristo total, que en su momento se dará a conocer plenamente.

Mateo 9,9-13



REFLEXIÓN

vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme."

Estaba este publicano haciendo lo que podía, mas no lo que debía.

Tal como estaba, cobrando impuestos le llegó el llamado.

Pero para seguirlo tuvo que levantarse de su puesto de opresión.

No debía continuar cobrando impuestos. No era congruente.

No era así como iba a evangelizar y promover la fraternidad.

Mateo como Pablo y otros apóstoles hacía lo suyo en el momento que la Palabra impactó en su vida y trastornó su existencia.

Trastornar nuestra vida en su derrotero insignificante para tornarlo significativo y enriquecido constituye la misión de la Palabra. El llamamiento del Señor que nos desubica no se dará sin nosotros, porque es una invitación, no una imposición.

Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos.

Eran las amistades y conocidos de Mateo, de su misma calaña probablemente. Los malos amigos, la gente perdida, los contaminados contaminantes, quienes debían ser puestos aparte para no dañar al resto.

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: "¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?"

Hoy diríamos que bebe, rumbea, hace vida común y amistosa con gente de mala nota.

Una cosa es sentarse y comer con ellos y otra llamarlos para seguirlos. Otra además, es prescindir de los criticones.

Unos para sanar, otros para evangelizar, y otros para dejar que se cuezan en su propia salsa de maledicencia.

No todos los sanados están en condiciones de seguir a Jesús en su ministerio. Hay quienes siguen más de cerca. Tal selección es un misterio.

Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."

Son los que descubren y aceptan gustosos el aporte que Jesús puede hacer a sus vidas.

Pecadores con inquietud de justos, no justos con actitudes de pecadores, de las que no se quieren dar cuenta.

Éstos arrojan su maldad en otros como si fuera un conjuro de liberación.

Jesús lanza una proclama semejante a la del evangelio de Juan en el caso de la adúltera : quien se vea sin pecado que tire la primera piedra.

La llamada general para pecadores es redentora, porque pretende sanarnos, y nos convoca además a sanar otros y otras.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1704821628364841204?s=20

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Efesios 4,1-7.11-13

La paz no fluye sino que hay que esforzarse. Es una construcción persistente, dedicada, y su fruto es la unidad. La paz es condición de posibilidad de la unidad. Incluso para asumir constructivamente la diversidad de carismas sin echar a pique la unidad.

Salmo responsorial: 18

Con esa eficiencia hemos de construir, casi sin hablar. Sin retórica, proceder en unidad por la paz. De tal manera que donde no hay unidad, debemos preguntarnos cómo hacemos la paz.

Mateo 9,9-13

Los estigmatizados por la sociedad, y mantenidos aparte, discriminados, muestran la desunión de la tal sociedad. No hay paz sin reconocimiento de lo propio que impide la paz. Si nos consideramos exentos de tal reconocimiento, y juzgamos que estamos bien y sanos, Jesús como pacificador y sanador, no tiene nada que hacer. Y por lo tanto, no se puede realizar la unidad del reino. Evangelizar no es solo sanar enfermos, sino también convencer sanos que están enfermos, y por lo tanto necesitan sanador, para así completar la unidad. Pero debe hacerse con la paz. La paz y no la violencia hace la unidad.