lunes, 23 de octubre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

LUNES 29 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Romanos 4,20-25



REFLEXIÓN

se hizo fuerte en la fe,

νδυναμόω

Empoderarse, fortalecerse, tomar fuerzas en la fe. La fe fortalece ante los asaltos que pueden hacer titubear.

Si vemos a Jesús, la fe se nutre de oración al Padre.

dando con ello gloria a Dios, al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete, por lo cual le valió la justificación (δικαιοσύνη: Justicia, rectitud, de la que Dios es autor.)

La mentada justificación, manzana de la discordia entre reformados de Lutero e Iglesia católica en las postrimerías de la Edad media.

Una batalla entre el sujeto consciente y el objeto que evidencia la intención del sujeto.

Ninguno gana, porque el sujeto tiene una evidencia subjetiva aunque válida para su conciencia, y el objeto es evidente en la medida de los testimonios, pruebas y argumentos, los cuales pueden o no convencer.

Pero la justificación de Abraham puesta en vigencia por Jesús de Nazareth consiste en dejarle al Señor su puesto: hacer hasta lo imposible.

A la vez asumir el propio estado: confiar que el Señor hará hasta lo imposible.

Se trata de una entrega radical al Absoluto Radical, como expresión de nuestra divinización en Él.

nos valdrá si creemos en el que resucitó

para nuestra justificación

Pablo acerca nuestro momento el carisma de Abraham en Jesús, que lo consuma.

No se perdió en el tiempo sino que se nos sigue dando, porque Jesús nos los transmite en su Espíritu que nos acompaña.

Cuando las reflexiones que hacemos se centran en el proceso de la persona y su transformación según el designio, muchos no le encuentran sentido, porque tienen mayor momento e importancia las realidades sociales a transformar y respecto de las cuales somos provocados a ser activistas.

La intensidad con la que se dan, como clamor por un cambio de sistema socioeconómico, nos hacen reflexionar sobre un signo de los tiempos del cual no debemos desvincularnos ni distraernos.

Pero todo cambio pasa por la conciencia, responsabilidad y compromiso de la persona individual, que sin negar la posible conciencia de las masas inconformes es crucial para llevar el cambio a la realidad de las cosas.

En todo acecha el riesgo de la mera catarsis, y desfogue de tensiones, expresado en retóricas recurrentes.

Pero si el individuo no asume con responsabilidad ética no hay cambio posible.

Este discernimiento personal que busca la decisión justa, es un modo de entender la justificación que viene de Dios.

Ella se construye de nuestra parte, además de la responsabilidad y compromiso, con autocrítica y misericordia.

Un cóctel robusto para el que hay que educar el gusto.

Interleccional: Lucas 1,69-75



REFLEXIÓN

arrancados de la mano de los enemigos, / le sirvamos con santidad y justicia

Liberación y cambio tal como la entendemos los creyentes no es sin más aceptable a otros.

Yendo hacia el mismo objetivo, no vamos del todo hermanados.

Son alianzas transitorias, que postergan la aclaración del sentido total.

Sin embargo, siempre habrá espacio para el testimonio, el silente y el proclamado.

Lucas 12,13-21



REFLEXIÓN

dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia

guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes

Hay que estar atentos a cualquier señal de hacerse seguro, pero dependiente, en base a la acumulación de bienes.

Pueden quitar la vista de lo fundamental: la dependencia exclusiva del Señor.

"Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios."

Grandes obras, para tener más, no para distribuir mejor.

Es la filosofía de la acumulación, etiquetada como capitalismo neoliberal

Pero que es más profunda en su acechanza que eso, porque se asoma en cualquier sistema conocido en la historia, hasta el más santo.

La proclama del Reino de Dios nos debe golpear como fuerte contraste, para que en el uso de las estrategias del Espíritu y la buena voluntad, breguemos a la construcción de una mejor disposición de los bienes para muchos.

Nos rasgamos las vestiduras en hipócrita señal de escándalo por la voracidad codiciosa de las medidas neoliberales a través de sus obras socioeconómicas: fusiones, compras, consumo.

Pero no examinamos nuestra complicidad y el contagio que promovemos con nuestras obras personales.

Señalamos y anunciamos la muerte del fatídico sistema y entonamos eufóricos los cantos que celebran el mesiánico nuevo sistema solidario, sin verificar que no vayamos a contagiar con la codicia de nuestro corazón toda estructura remozada que iniciemos.

Vamos con vino viejo a odres nuevos.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1716413278463648070?s=20

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Romanos 4,20-25

La vida del Resucitado que nos apropiamos por la justificación de fe, hará expulsar la codicia de nuestro corazón

Interleccional: Lucas 1,69-75

Servimos sin codiciar bienen santidad y justicia. De que vale renunciar y purificarse si seguimos codiciando

Lucas 12,13-21

Codiciar cualquier bien no está bien, porque de ellos no depende la vida. Seguirse expandiendo a costa de otros sin distribuir equitativamente no asegura a nadie.

DOCTORES DE LA IGLESIA

 



Lunes, XXIX semana
San Agustín Carta a Proba 130,9,18- 10,20

Deseemos siempre la vida dichosa y eterna, que nos dará nuestro Dios y Señor, y así estaremos siempre orando. Pero, con objeto de mantener vivo este deseo, debemos, en ciertos momentos, apartar nuestra mente de las preocupaciones y quehaceres que, de algún modo, nos distraen de él y amonestarnos a nosotros mismos con la oración vocal, no fuese caso que si nuestro deseo empezó a entibiarse llegara a quedar totalmente frío y, al no renovar con frecuencia el fervor, acabara por extinguirse del todo. Por eso, cuando dice el Apóstol: Vuestras peticiones sean presentadas a Dios, no hay que entender estas palabras como si se tratara de descubrir a Dios nuestras peticiones, pues él continuamente las conoce, aun antes de que se las formulemos; estas palabras significan, mas bien, que debemos descubrir nuestras peticiones a nosotros mismos en presencia de Dios, perseverando en la oración, sin mostrarlas ante los hombres por vanagloria de nuestras plegarias.

REFLEXIÓN

Las palabras son signos y códigos de expresión y comunicación, que en cierta forma sobran en la oración, que es presencia ferviente ante el Señor. La atención, entonces, es la privilegiada porque se constituye en el elemento decisivo que muestra una conciencia alerta, comunicante, amorosa. Decaer en la atención nos es asunto de culpabilidad, sino de paciencia y humildad consigo mismo, porque nos da evidencia de nuestra limitación, sobre todo en el diálogo amoroso espiritual, que en el contexto del mundo y la realidad material distractiva, es una verdadera ofrenda, que acompaña al orante.