VIERNES
29 DE TIEMPO ORDINARIO
Año
Impar
Romanos
7,18-25a
REFLEXIÓN
si hago precisamente lo que no
quiero, señal que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita
en mí.
Llamada
concupiscencia por unos, pecado por otros, esta fuerza que parece
querer controlarnos a nuestro pesar y con nuestra complicidad.
La
postura clásica católica es que el pecado está perdonado, su
fuerza, tendencia y arrastre persiste como concupiscencia, como
debilidad de un enfermo en recuperación, que si no se cuida puede
recaer.
Una
pulsión que se distingue de mi yo libre, bien intencionado.
Luego
la ciencia de la salud mental le pondrá un nombre: el inconsciente.
percibo en mi cuerpo un principio
diferente que guerrea contra la ley que aprueba mi razón, y me hace
prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo
Soy
un campo de batalla. Un choque de fuerzas.
Soy
un proceso agónico.
¿Quién me librará de este cuerpo
presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y
le doy gracias.
Pero
no estamos perdidos. Jesús significa la superación de esta agonía
para bien.
No
parece fácil salir de este problema: prisioneros de la ley del
pecado que está en nuestro cuerpo.
Y
nuestro cuerpo no nos abandona jamás.
Sólo
Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, nos ofrece la salida.
Cómo?
Es
este “cómo?” la génesis de los evangelios, a su vez orientados
al evangelio, la buena nueva, el cambio definitivo y radical.
Porque
los creyentes en Jesucristo debieron preguntarse también y siempre:
cómo? librarse del cuerpo de muerte.
Podemos
dirigirnos a los evangelios con esa expectativa: el Señor Jesucristo
nos muestra cómo librarnos del cuerpo de muerte.
Qué
entraña el cuerpo de muerte: el bien que quiero hacer no lo hago; el
mal que no quiero hacer, eso es lo que hago.
Qué
pensarán de esta solución paulina otros ofrecimientos para terminar
con el cuerpo de muerte, es más, que será para el mundo de hoy
estar prisionero de un cuerpo de muerte?
Si
la corrupción, la injusticia, el maltrato, el abuso, la opresión,
la exclusión, la discriminación, el asesinato …todo ese cuerpo de
muerte es el resultado de una prisión: no hay responsabilidad? No
hay que dar cuentas? Es pérdida de tiempo emprender la
transparencia? Es sólo asunto de creer en el señor Jesús…?
Creer
de fe bíblica, no es un mero nominalismo, ni una retórica, sino un
compromiso integral de seguimiento de Jesús de Nazareth, libre y
procesual. Con fatiga pero sin desmayo. Hasta el límite de la
existencia.
Salmo
responsorial: 118
REFLEXIÓN
Enséñame a gustar y a comprender
Necesitamos
una sabiduría que nos ayude a compensar esa fuerza que nos lleva a
la agonía en trance débil.
Necesitamos
aprender a gustarla, en su sabor contrario al gusto de muerte, que
fluye de la convivencia con nuestro egoísmo.
Lucas
12,54-59
REFLEXIÓN
¡Hipócritas!: si sabéis
interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis
juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
Hipócrita
es el adjetivo de los evangelios a una clase de seres humanos
incongruentes, hábiles y capaces para juzgar de ciertas cosas pero
incapaces de llegar hasta las últimas consecuencias de sus juicios,
y mucho menos cambiar su conducta.
Un
hipócrita es un falto de ética, incluso con bellos discursos sobre
ética. Pero pervertido, es decir, que ha cambiado el fin de las
cosas.
Un
campesino sabe del clima para su oficio: cuándo lloverá y cuándo
habrá sequía.
Por
qué no se traslada esa orientación y conocimiento de señales e
indicios al reino y su cercanía.? Porque nos resistimos al cambio de
mente y conducta.
Discernir
lo que está claro, es la excusa de la hipocresía.
Sabemos
lo que hay que hacer, pero no queremos.
Estar
enfermos de la decisión correcta no es excusa, si acaso un
atenuante.
Porque
nuestra cultura es permisiva.
¿Cómo no sabéis juzgar
vosotros mismos lo que se debe hacer?
Porque
en todo aplicamos el juicio, como parte de nuestro protocolo de
acceso a la realidad circundante.
Sin
embargo nos cuesta discernir bajo el amparo de la sabiduría, que es
la presencia del Absoluto Radical en lo más profundo de nuestro ser,
porque rehuimos su dictamen adverso.
con el que te pone pleito, haz lo
posible por llegar a un acuerdo con él mientras vais de camino
Será
que la complejidad de las situaciones nos permite la negociación con
el Señor?
Aprovechemos
el tiempo y la oportunidad que se nos ofrece por señales para el
cambio y dejar de ser hipócritas.
no sea que te arrastre ante el juez,
y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel.
No
obstante tenemos la potencialidad de juzgarnos antes de que nos
juzguen desfavorablemente.
De
negociar antes que nos castiguen.
https://x.com/motivaciondehoy/status/1717861149989835204?s=20
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Romanos
7,18-25a
El Señor Jesús libra del cuerpo de
muerte que no decide con sabiduría. Gustar y comprender como Jesús
no sin lucha y agonía nos lleva más allá de la división entre
razó y carne.
Salmo
responsorial: 118
La sabiduría del Señor es necesaria
para decidir. Ella consiste en gustar para comprender. Somos seres
con inteligencia que sabemos si gustamos, y no sólo comprendemos con
la razón.
Lucas
12,54-59
Jesús
hace una pregunta muy importante: ¿Cómo
no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
. Es aplicable al campesino
y al citadino. Uno para sembrar y cosechar y el otro para negociar
antes de que se convierta en pleito, con consecuencias de lamentar.
Algo que recomiendan los abogados: más vale un mal negocio que un
buen juicio.