domingo, 5 de noviembre de 2023

BEATO CARLO ACUTIS

 

Vaticano II
Gaudium et spes 78

La paz no consiste en una mera ausencia de guerra ni se reduce a asegurar el equilibrio de las distintas fuerzas contrarias ni nace del dominio despótico, sino que, con razón, se define como obra de la justicia. Ella es como el fruto de aquel orden que el Creador quiso establece en la sociedad humana y que debe irse perfeccionando sin cesar por medio del esfuerzo de aquellos hombre que aspiran a implantar en el mundo una justicia cada vez más plena.

 En efecto, aunque fundamentalmente el bien común del género humano depende de la ley eterna, en sus exigencias concretas está, con todo, sometido a las continuas transformaciones ocasionadas por la evolución de los tiempos; la paz no es nunca algo adquirido de una vez para siempre, sino que es preciso irla construyendo y edificando cada día. Como además la voluntad humana es frágil y está herida por el pecado, el mantenimiento de la paz requiere que cada uno se esfuerce constantemente por dominar sus pasiones, y exige de la autoridad legítima una constante vigilancia.

 Y todo esto es aún insuficiente. La paz de la que hablamos no puede obtenerse en este mundo, si no se garantiza el bien de cada una de las personas y si los hombres no saben comunicarse entre sí espontáneamente con confianza las riquezas de su espíritu y de su talento. La firme voluntad de respetar la dignidad de los otros hombres y pueblos y el solícito ejercicio de la fraternidad son algo absolutamente imprescindible para construir verdadera paz. Por ello, puede decirse que la paz es también fruto del amor, que supera los límites de lo que exige la simple justicia.

 La paz terrestre nace del amor al prójimo, y es como la imagen y el efecto de aquella paz de Cristo, que procede de Dios Padre. En efecto, el mismo Hijo encarnado, principe de la paz, ha reconciliado por su cruz a todos los hombres con Dios, reconstruyendo la unidad de todos en  un solo pueblo y en un solo cuerpo. Así ha dado muerte en su propia carne al odio y, después del triunfo de su resurrección, ha derramado su Espíritu de amor en el corazón de los hombres.

 Por esta razón, todos los cristianos quedan vivamente invitados a que, realizando la verdad en el amor, se unan a aquellos hombres que, como auténticos constructores de la paz, se esfuerzan por instaurarla y rehacerla. Movidos por este mismo espíritu, no podemos menos de alabar a quienes, renunciando a toda intervención violenta en la defensa de sus derechos, recurren a aquellos medios de defensa que están incluso al alcance de los más débiles, con tal de que esto pueda hacerse sin lesionar los derechos y los deberes de otras personas o de la misma comunidad.

sábado, 4 de noviembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

SÁBADO 30 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Romanos 11,1-2a.11-12.25-29



REFLEXIÓN

Por haber caído ellos, la salvación ha pasado a los gentiles, para dar envidia a Israel

el endurecimiento de una parte de Israel durará hasta que entren de todos los pueblos; entonces todo Israel se salvará, según el texto de la Escritura: "Llegará de Sión el Libertador, para alejar los crímenes de Jacob; así será la alianza que haré con ellos cuando perdone sus pecados." Isaías 59.20-21

los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

Israel continúa su misión de siervo de Yavé, haciendo viable la salvación de otros, mientras él se pierde. Este perderse , sustentado en la permanencia de la promesa, es provisional o aparente, porque Israel también se salvará.

Salvarse en Israel, es un paradigma para los demás, porque prefigura una situación en la que el fin se anuncia victorioso, pero en el caminar histórico puede suceder de todo, como el crisol de la esperanza. Allí se funde y emerge.

Salmo responsorial: 93



REFLEXIÓN

Dichoso el hombre a quien tú educas

Cuando me parece que voy a tropezar, / tu misericordia, Señor, me sostiene

Dos ideas: una, la bendición que alguien sea educado, sacado de la ignorancia hacia la alianza

Otra, hasta el último momento la verdadera esperanza confía.

Lucas 14,1.7-11



REFLEXIÓN

Notando que los convidados escogían los primeros puestos,

Jesús actúa como un buen educador: observando una situación y buscando que emerja de ella una lección cercana y comprensible.

todo el que se enaltece será humillado,

y el que se humilla será enaltecido

Se relaciona con los fariseos, educadores también, que ejercen un poder con su ciencia, pero que también discriminan, dictando lo que debe ser.

Solo una perspectiva desde la fe que tenga como prioridad el designio y su servicio podrá ayudarnos en esta consigna de contra-cultura: todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Solo una consigna así hecha vida nos hará fuertes en nuestra autoestima frente al coro del mundo que nos dice que somos perdedores.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1720760939031441414?s=20

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Romanos 11,1-2a.11-12.25-29

Conocedor como nadie de la Ley, Pablo se mortifica por la promesa de elección del pueblo al que pertenence, no obstante su novedad cristiana. No es que Dios no sea fiel. Sino que no lo ha sido Israel. Y se abra la interrogante si todo pueblo creyente en la historia podrá vivir la misma suerte

Salmo responsorial: 93

No es Dios el que se desdice, sino Israel, así que su lugar llegará cuando se convierta al agape de servicio

Lucas 14,1.7-11

No se trata de una regla de urbanidad, discreción o decoro. Es un autoconcepto sobre el verdadero valor del creyente, quien no es alguien por encima de otro. Aun en el banquete del Reino la ubicación en la mesa es gratuidad, no derecho. No depende de carne y sangre. Si nos esforzamos por la santidad, no sabemos cuán santos seremos en el concierto de los demás. No es competencia. Sino agape de servicio el que posiciona