lunes, 6 de noviembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

LUNES 31 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Romanos 11,29-36



REFLEXIÓN

Los dones y la llamada de Dios son irrevocables

La fe en la firmeza del Señor es un apoyo y alivio en un mar de dudas sobre la validez de las certezas, que nos han sostenido a través de los años, frente a las señales de cambio de los nuevos tiempos.

Sin embargo, no hemos de confundir firmeza y rigidez, porque en el Señor inédito siempre, la juventud no cesa de expresarse, sobrepujando nuestras certezas.

Nuestra ancla es la voluntad del Señor, en quien por Jesús de Nazareth, nos lanzamos a confiar en un proceso que sólo es viable cuando no cesa de confiar.

al rebelarse ellos, habéis obtenido misericordia

Qué duda cabe: los rebeldes abundan y surgen por doquier. Casi es la moda. Desmarcarse, apartarse, disentir, criticar y polemizar es la moneda corriente de uso.

Es difícil dialogar intercambiando certezas, porque por principio no se aceptan, y unos a otros no nos persuadimos o convencemos, si no que nos enunciamos. Toda una feria de protagonismos exhibicionistas, donde no nos escuchamos.

Esta rebeldía generalizada, que metodológicamente pareciera conveniente para el desarrollo del pensamiento crítico, realmente lo forma o en este exceso lo deforma?

Porque el enemigo del reino, planta cizaña, al introducirse en nuestros logros para convertirlos en extremismos.

ellos, que ahora son rebeldes, con ocasión de la misericordia obtenida por vosotros, alcanzarán misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos.

Al final confiamos en la misericordia del Señor, que complementa y completa nuestra deficiencia. Incluso la llama a intervenir.

Pidamos al Señor que intervenga porque no nos entendemos.

Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén

En esta doxología culmina Pablo el periplo reflexivo de su maltrecha seguridad de teólogo.

En realidad a él lo abandonó la seguridad sobre el Misterio del Señor cuando Jesús vivo se le apareció en su camino a la persecución.

Ahora sabe que no sabe mucho sobre la inédita identidad del Misterio.

Salmo responsorial: 68



REFLEXIÓN

Dios mío, tu salvación me levante

Ser levantado, despertado o resucitado por Dios son casi sinónimos.

Cuando en nuestro diario vivir somos levantados a mejores situaciones de todo tipo, más allá de lo pensado, también somos despertados y resucitados, porque se insinúa en esa experiencia una nueva vida o un nuevo modo de vivir, el cual nos es muy complicado expresar o comunicar.

el Señor escucha a sus pobres

Reconocer la dificultad del tiempo presente es la ocasión para que aflore la esperanza reforzada en el Señor.

Y el verdadero pobre, que no tiene nada que perder con el cambio, sino ganar sabe que puede confiar.

Lucas 14,12-14



REFLEXIÓN

no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado.

Ser correspondidos en las relaciones amistosas es la expectativa común y la motivación que nos mantiene en ellas. Es un canon del mundo y se mira mal a quien no corresponde. Pronto es aislado y orillado.

Muchos llamados a la evangelización caen en el pantano del amiguismo y la correspondencia. Se olvidan de migrar frecuente y constantemente a los pobres que no pueden o no quieren corresponder.

invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos

Si vamos a trabajar como servidores del evangelio debemos convencernos que la correspondencia es de otro nivel, de otro tipo.

Esperarla no nos corrompe como otra clase de correspondencia.

Para organizar una sociedad solidaria, como alternativa de la sociedad codiciosa, se requiere fe, esperanza y ágape orientados a la fraternidad

Y orientados también, pero no menos, al fin, cual es la comunidad eterna del Padre.

Se trata de una inversión a largo plazo, que convoca pocos inversionistas.

Éstos más bien están interesados en ganancias materiales rápidas y exorbitantes y sin tasas impositivas. Además de codicia padecen de avaricia.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1721485608688791575?s=20

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Romanos 11,29-36

Nuestras rebeldías de todo tipo, incluídas las protestas que proliferan, tienen el potencial de sanación y de misericordia, si los encuadramos en la mirada de fe que nos invita a adherir el apóstol de las gentes.

Salmo responsorial: 68

Puedo convenir que soy un pobre malherido, porque anhelo retribución. Y sólo la apropiada retribución de la vida perdurable, hará esa justicia.

Lucas 14,12-14

Se rompe con la carne y sangre para dejar espacio a la gratuidad absoluta, como imagen del Misterio gratuito de amar que es el Señor. Porque los pobres invitados, o los invitados pobres ni se lo esperan, ni tienen cómo pagar. Quienes son anfitriones deben estar dispuestos al puro amar. Los bautizados debemos preguntarnos si estamos dispuestos al amar sin retribución.

BEATO CARLO


Vaticano II
Gaudium et spes 82-83

Procuren los hombres no limitarse a confiar sólo en el esfuerzo de unos pocos, descuidando su propia actitud mental. Pues los gobernantes de los pueblos, como gerentes que son del bien común de su propia nación y promotores al mismo tiempo del bien universal, están enormemente influenciados por la opinión pública y por los sentimientos del propio ambiente. Nada podrían hacer en favor de la paz si los sentimientos de hostilidad, desprecio y desconfianza, y los odios raciales e ideologías obstinadas, dividieran y enfrentaran entre sí a los hombres. De ahí la urgentísima necesidad de una reeducación de las mentes y de una nueva orientación de la opinión pública.

 Quienes se consagran a la educación de los hombres, sobre todo de los jóvenes, o tienen por misión educar la opinión pública consideren como su mayor deber el inculcar en todas las mentes sentimientos nuevos, que llevan a la paz. Es necesario que todos convirtamos nuestro corazón y abramos nuestros ojos al mundo entero, pensando en aquello que podríamos realizar en favor del progreso del género humano si todos nos uniéramos.

 No deben engañarnos las falsas esperanzas. En efecto, mientras no desaparezcan las enemistades y los odios y no se concluyan pactos sólidos y leales para el futuro de una paz universal, la humanidad, amenazada ya hoy por graves peligros, a pesar de sus admirables progresos científicos, puede llegar a conocer una hora funesta en la que ya no podría experimentar otra paz que la paz horrenda la muerte. La Iglesia de Cristo, que participa de las angustias de nuestro tiempo, mientras denuncia estos peligros no pierde con todo la esperanza; por ello, no deja de proponer al mundo actual, una y otra vez, con oportunidad o sin ella, aquel mensaje apostólico: Ahora es tiempo favorable, para que se opere un cambio en los corazones, ahora es día de salvación.

Para construir la paz es preciso que desaparezcan primero todas las causas de discordia entre los hombres, que son las que engendran las guerras; entre estas causas deben desaparecer principalmente las injusticias. No pocas de estas injusticias tienen su origen en las excesivas desigualdades económicas y también en la lentitud con que se aplican los remedios necesarios para corregirlas. Otras injusticias provienen de la ambición de dominio, del desprecio a las personas, y, si queremos buscar sus causas más profundas, las encontraremos en la envidia, la desconfianza, el orgullo y demás pasiones egoístas. Como el hombre no puede soportar tantos desórdenes, de ahí se sigue que, aun cuando no se llegue a la guerra, el mundo se ve envuelto en contiendas y violencias.

 Además, como estos mismos males se encuentran también en las relaciones entre las diversas naciones, se hace absolutamente imprescindible que, para superar o prevenir esas discordias y para acabar con las violencias, se busque, como mejor remedio, la cooperación y coordinación entre las instituciones internacionales, y se estimule sin cesar la creación de organismos que promuevan paz.