lunes, 19 de febrero de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 1 de Cuaresma

Levítico 19,1-2.11-18



REFLEXIÓN

Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo

קָדוֹשׁ=qadosh=santo, puesto aparte, consagrado, sagrado, perfecto y libre de culpa

Se trata del proyecto para su pueblo, el del Señor: deben llegar a ser como Él, Santo.

Deberán por lo tanto, comportarse en una forma digna de Él, como Él.

Honradez y honestidad, amor a la verdad, justicia y misericordia, es su perfil eterno y para el cual somos llamados.

Así el proyecto trata de un modo de ser, una identidad, una ética.

La incongruencia, incoherencia, con o sin culpa, es una marca de nuestra humanidad, que nos hace suspirar y desfallecer por alguna realidad creíble, confiable, sólida, sin grietas, imperfecciones, medias verdades, o simulaciones.

Echamos de menos más santidad en nuestro Cosmos, porque aun lo que parece firme como la naturaleza y el universo, también da visos de imperfección.

En el adn del universo parece inscrita la imperfección constitutiva que genera consecuencias perjudiciales.

La proclama de la Palabra es un desafío al pueblo, aun no creyente. Se trata de perfección o muerte, como consigna. Santidad o nada. 

Y así vivimos matriculados en un proceso de ascensión, mal que nos pese, a la sombra del llamado a la perfección o al perfecto.

No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis a ninguno de vuestro pueblo

La santidad debe expresarse como una conducta social bienechora y no perjudicial. Nada de “humano lobo para el humano”. 

Nada se dice en esta asamblea, de los miembros menos favorecidos, que quizás podrían ser dispensados de esa conducta para que a través del engaño, el robo y la defraudación puedan sobrevivir. 

Incluso entre los acogidos por Jesús, se hallan elementos que han perjudicado como los publicanos: gente odiada que recogía el tributo de ocupación de los romanos. 

Incluso hay ladrones que lo acompañan en la hora de la muerte. Qué ha cambiado de la expresión de santidad como conducta social a Jesús? La conversión. 

No al pecado: robo, fraude y engaño. Sí al pecador arrepentido.

No explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás

Dañar a otro es ir en sentido contrario de la vocación humana inscrita por el Señor: santidad.

Teme a tu Dios.

Todas estas sanas conductas que se abstienen de hacer daño al vulnerable, al excluído, son solicitadas como muestra de que se teme al Señor. Es un temor que indica una sabiduría de vida, de convivencia, de comunidad. No es un temor de castigo. Nos da a entender que Dios es amor de convivencia y está donde nos amamos unos a otros activamente, y nos abstenemos de dañarnos

No daréis sentencias injustas

Todavía las impartimos en cualquier cultura. En esto no hay una cultura superior a otra, porque todas se han mostrado corruptibles.

En todas, aun en las del buen salvaje, se da la ausencia de justicia en la aplicación de la justicia en nombre de la justicia.

No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico.

Algo así debemos tener en cuenta para administrar la opción por los pobres.

No odiarás de corazón a tu hermano

Conflictos entre hermanos y desaveniencias parecen inevitables. Discrepar es un aspecto del proceso de búsqueda de la verdad y un ejercicio de amor. 

Pero si la discrepancia llega al odio de corazón, que puede venir por el daño que se nos inflige, no queda más que convertirse por medio del perdón al enemigo.

No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo

El rencor es el odio del corazón, y se sabe que existe por el deseo de venganza, o al menos de compensación. 

Sin embargo son algunos los que para librarse del odio en el corazón y la venganza dicen: lo dejo en manos de Dios. Se trata de abrir la puerta a un posible perdón, al que se ha hecho nuestro enemigo.

sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo

Una regla de oro para normar todas las relaciones individuales y comunitarias. 

Una clave para ser felices, porque la felicidad no es el fin sino la consecuencia de la santidad, que es el fin.

La Palabra nos convoca pues a una ética de contracultura que enfrenta a las que vive el mundo, para quien la felicidad se produce por el placer y la justificación de los caminos que nos lleven al mismo.

Salmo responsorial: 18



REFLEXIÓN

La ley del Señor es perfecta

Expresa un proyecto de perfección aunque la torcemos para la iniquidad.

la norma del Señor es límpida / y da luz a los ojos

La ética como norma de la conciencia no siempre coincide con la norma legal, o la sabiduría de los pueblos, apoyada en la presión, la sanción y la fuerza, pero incapaz de promover la santidad como fin.

De ahí nuestra frustración sin fin, constante, por el incumplimiento generalizado de la norma de la norma legal, la insatisfacción con la sanción y la represión.

Esa norma tiene que ser ayudada desde la norma ética de la Palabra, para que el corazón se ponga al servicio de la justicia.

Si no hay una ética trascendente desde un absoluto personal, ni la ética laica fundada en la sanción moral de una autoridad creíble, funciona del todo.

llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,

Es lo que tú mismo nos inspiras con este reflexionar en tu palabra.

Mateo 25,31-46



REFLEXIÓN

como un pastor separa las ovejas de las cabras.

Funcionalmente se separan. No es deseable para un pastor tener cabras y ovejas mezcladas. 

Son cabritos, en diminutivo, como figura de los que creen poco.

los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos

Sorpresa de recibir lo inimaginable que supera toda expectativa, por actuar con solidaridad. 

Tanto que se pregunta uno desde ahora: por qué no hice más?. Porque saberlo ahora mueve a hacer más en solidaridad, por Jesús y por lo bueno que en él nos espera.

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme

Porque más importante, superior y perfecto es hacer bien al necesitado, que preocuparse por no hacer daño. 

Son dinámicas ambas de santidad y perfección, pero Jesús de Nazaret expresa una dinámica proactiva, benéfica, de servicio de amor al necesitado.

Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis

Hacerlo es cooperar con el proyecto ético y trascendente del Padre de Jesús, como nos enseñó personalmente

La ignorancia de la identificación de Jesús con el necesitado no impide que el Padre lo acoja como propio.

El seguimiento de Jesús y su ética puede ser sin conocerlo y sólo al final se sabrá.

El proyecto ético del Padre y del Hijo para todos y todas se centra en la necesidad del vulnerable, para empoderarlo y ascender hacia la santidad, para que alcance así la felicidad anhelada.

El bien hecho al necesitado, la solidaridad con el colectivo con carencias, es la concreción de la perfección del Señor, en proceso.

El vínculo de Jesús con sus humildes hermanos semeja una reencarnación.

Jesús está siempre entre nosotros, como un memorial, en sus-nuestros- humildes hermanos, formando un cuerpo, una colectividad, una sociedad de solidarios, en el espacio tiempo, como prolepsis o anticipo del juicio final.

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Levítico 19,1-2.11-18

Salmo responsorial: 18

Mateo 25,31-46

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


LUNES I SEMANA DE CUARESMA

San Gregorio Nacianceno Sermón sobre el amor a los pobres 14,23-25 

Reconoce de dónde te viene que existas, que tengas vida, inteligencia y sabiduría, y, lo que está por encima de todo, que conozcas a Dios, tengas la esperanza del reino de los cielos y aguardes la contemplación de la gloria (ahora, por cierto, de forma enigmática y como en un espejo; pero después de manera más plena y pura); reconoce de dónde te viene que seas hijo de Dios, coheredero de Cristo, y, dicho con toda audacia, que seas, incluso, convertido en Dios. ¿De dónde y por obra de quién te vienen todas estas cosas? 

REFLEXIÓN

El reconocimiento es un aspecto fundamental de la opción de fe, porque admite haber sido amado y amada por Otro, para propósitos óptimos, que ningún otro pudiera ofrecer y comprometer. El reconocimiento surca toda la peregrinación de la Palabra de Dios en las Escrituras, y ha sido celebrado multisecularmente por hombres y mujeres en diferentes comunidades de etnias, lenguas, simbologías. Aunque también ha sido negado, obstruído, vilipendiado por muchos y muchas, que no encuentran la evidencia suficiente, fuera y dentro de su corazón.

Limitándonos a hallar en las realidades pequeñas que se hallan al alcance de nuestros ojos, ¿de quién procede el don y el beneficio de que puedas contemplar la belleza del cielo, el curso del sol, la órbita de la luna, la muchedumbre de los astros, y la armonía y el orden que resuenan en todas estas cosas, como en una lira? ¿Quién te ha dado las lluvias, la agricultura, los alimento, las artes, las casas, las leyes, la sociedad, una vida grata y a nivel humano, así como la amistad y familiaridad con aquellos con quienes te une un verdadero parentesco ? ¿A qué se debe que puedas disponer de los animales, en parte como animales domésticos y en parte como alimentos? ¿Quién te ha constituido dueño y señor de todas las cosas que hay en la tierra? ¿Quién ha otorgado al hombre, para no hablar de cada cosa una por una, todo aquello que le hace estar por encima de los demás seres vivientes

REFLEXIÓN

Los detalles de la existencia, aun con un sabor agrario, distante de nuestro universo tecnológico, plantean la complejidad de la vida que se nos muestra favorable para medrar. Como una bendición en cascada permanente y constante. Quien descifra las cantidades de etapas y secuencias que constituyen el tejido de la vida, pueden sentir que dominan la misma, o que son dominados por Alguien que dejo esta maravilla en nuestras manos, y no para destruir.

¿Acaso no ha sido Dios, el mismo que ahora te solicita tu benignidad, por encima de todas las cosas y en lugar de todas ellas? ¿No habríamos de avergonzarnos, nosotros, que tantos y tan grandes beneficios hemos recibido o esperamos de él, si ni siquiera le pagáramos con esto, con nuestra benignidad? Y si él, que es Dios y Señor, no tiene a menos llamarse nuestro Padre, ¿vamos nosotros a renegar de nuestros hermanos ? No consintamos, hermanos y amigos míos, en administrar de mala manera lo que por don divino se nos ha concedido, para que no tengamos que escuchar aquellas palabras: Avergonzaos, vosotros, que retenéis lo ajeno, proponeos la imitación de la equidad de Dios, y nadie será pobre. No nos dediquemos a acumular y guardar dinero, mientras otros tienen que luchar en medio de la pobreza, para no merecer el ataque acerbo y amenazador de las palabras del profeta Amós: Escuchadlo, los que decías: «¿Cuándo pasará la luna nueva para vender el trigo, y el sábado para ofrecer el grano?» Imitemos aquella suprema y primordial ley de Dios, que hace llover sobre los justos y los pecadores, y hace salir igualmente el sol para todos; al mismo tiempo que pone la tierra, las fuentes, los ríos y los bosques a disposición de todos sus habitantes; el aire se lo entrega a las aves, y las aguas del mar a los peces, y a todos ellos los subsidios para su existencia con toda abundancia, sin que haya autoridad de nadie que los detenga, ni ley que los circunscriba, ni fronteras que los separen; se lo entregó todo en común, con amplitud y abundancia, y sin deficiencia alguna. Así enaltece la uniforme dignidad de la naturaleza con la igualdad de sus dones, y pone de manifiesto las riquezas de su benignidad.

REFLEXIÓN

Benignidad que llama y convoca a la benignidad de nosotros y nosotras. Es otro nombre para la solidaridad entre hermanos y hermanas. Benignidad es la sombra que proyectamos, del Señor que está a nuestras espaldas, como un sol, siguiéndonos, cuidándonos, amándonos. El Padre que ama en sus hijos la unión que produce la equidad.