miércoles, 21 de febrero de 2024

BEATO CARLO

BEATO CARLO



 De las Demostraciones de Afraates, obispo
(Demostración 11, Sobre la circuncisión, 11-12: PS 1, 498-503
 
LA CIRCUNCISIÓN DEL CORAZÓN

 

La ley y la alianza antiguas fueron totalmente cambiadas. Primeramente, el pacto con Adán fue sustituido por el de Noé; más tarde, el concertado con Abraham fue reformado por el de Moisés. Mas como la alianza mosaica no fue observada, al llegar la plenitud de los tiempos vino la nueva alianza, ésta ya definitiva

En efecto, el pacto con Adán se basaba en el mandato de no comer del árbol de la vida; el de Noé en el arco iris; el de Abraham, elegido por su fe, en la circuncisión, como sello característico de su descendencia; el de Moisés en el cordero pascual, propiciación para el pueblo.

Todas estas alianzas eran diversas entre sí. Ahora bien, la circuncisión grata a los ojos de aquel de quien procedían todas estas alianzas es la que dice Jeremías: Circuncidad el prepucio de vuestros corazones. Pues si el pacto concertado por Dios con Abraham fue firme, también éste es firme e inmutable, y ninguna ley se le puede añadir, ya venga de los que están fuera de la ley, ya de los que están sometidos a la ley.

Dios, en efecto, dio a Moisés la ley con todas sus observancias y preceptos, mas, como ellos no la observaron, anuló la ley y sus preceptos; prometió que había de establecer una nueva alianza, la cual afirmó que sería distinta de la primera, por más que él mismo sea el autor de ambas. Y ésta es la alianza que prometió darnos: Todos me conocerán, desde el pequeño al grande. Y en esta alianza ya no existe la circuncisión carnal como signo de pertenencia a su pueblo.

Sabemos con certeza, queridos hermanos, que Dios impuso, en las diversas generaciones, unas leyes, que estuvieron en vigor hasta que él quiso y que más tarde quedaron anuladas, tal como dice el Apóstol, a saber, que el reino de Dios subsistió antiguamente en multitud de semejanzas, según las diversas épocas.

Ahora bien, nuestro Dios es veraz y sus preceptos son fidelísimos; por esto cada una de las alianzas fue en su tiempo firme y verdadera, y los circuncisos de corazón viven y son de nuevo circuncidados en el verdadero Jordán, que es el bautismo para el perdón de los pecados. Jesús, hijo de Nun, o sea Josué, circuncidó al pueblo por segunda vez con un cuchillo de piedra, cuando él y su pueblo atravesaron el Jordán; Jesús, nuestro salvador, circuncida por segunda vez, con la circuncisión del corazón, a todos los que creen en él y reciben el baño bautismal, los cuales son circuncidados con la espada, que es la palabra de Dios, más tajante que espada de dos filos.

Jesús, hijo de Nun, introdujo al pueblo en la tierra prometida; Jesús, nuestro salvador, ha prometido la tierra de la vida a todos los que atraviesen el verdadero Jordán, crean y sean circuncidados en su corazón.

Dichosos, pues, los que han sido circuncidados en el corazón y han renacido de las aguas de la segunda circuncisión; éstos recibirán la herencia junto con Abraham, guía fidedigno y padre de todos, ya que su fe le fue reputada como justicia

martes, 20 de febrero de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Martes 1 de Cuaresma

Isaías 55,10-11



REFLEXIÓN

así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo

Amén. Así será, así tenemos esperanza que sea. 

Aunque no aparezcan los cambios favorables del designio del Señor en el corto tiempo, y aun en el prolongado.

Nos sostenemos los creyentes, nos colgamos de esta certidumbre, que también se opaca o aparece radiante.

Así es nuestro norte, el rumbo al que apunta nuestra navegación: hacia la Palabra cumplida o por cumplirse.

Una Palabra eficaz que logra lo que se propuso en su designio.

Pero una Palabra mediada que va por etapas y madura a su tiempo: lluvia que empapa, fecunda, germina, da semilla y pan.

Una Palabra que acompaña las etapas asegurando su eficacia y su maduración.

La fe en la Palabra nos provee de un ser en la realidad multiforme del mundo, de la vida, de la existencia, del Espíritu.

Se puede hablar de una paradoja: instalarse en la dinámica del Espíritu mediante una fe activa, alerta, abierta, flexible, esperanzada y amorosa.

Impresiona el alcance de la Palabra, por la abundancia de consecuencias benéficas y saludables que desata, saneando la corriente contaminante de la injusticia.

La palabra que siempre da fruto. No es ociosa. No para de laborar, no para de hablar, comunicar, interpelar, denunciar. 

El habla humana en su diversidad, muestra la riqueza de esa constelación de significantes y significados.

En ello hay unidad de fondo, entre los propósitos humanos, los pueblos y sus culturas y el designio.

Salmo responsorial: 33



REFLEXIÓN

me libró de todas mis ansias

Las ansias o ansiedades, son esa tensión sorda que subyace en nuestra existencia y que no siempre logramos vivenciar y especificar. 

Es el indicio de nuestra condición humana frágil y necesitada-nefesh- que requiere ser vigorizada y potenciada con frecuencia, porque si no desfallece en el andar por la senda de la vida.

lo salva de sus angustias

Profesionales de la salud física y mental señalan el estrés como una concausa que es importante en la génesis de la enfermedad y la infelicidad.

Casi no se dice nada de la fe en la Palabra eficaz en su peculiar dinámica de maduración, como contribución a un estilo de vida que aporta serenidad, gozo, comprensión, tolerancia y amor, como antioxidantes frente a la corrosión de la tensión y ansiedad contemporáneas.

Contempladlo, y quedaréis radiantes

Lo vemos si contemplamos. Con fe abrimos el corazón y nuestra profundidad más venerable y digna, a los signos de su presencia y actuar en favor nuestro.

Hoy se da una resistencia a contemplar por exceso de suspicacia. Es un comienzo de milenio crispado de recelo, inconforme, inquieto, ansioso.

Toda la ideología de la sospecha y la conspiración se ha concentrado y precipitado ahora.

Nos enturbia la contemplación del designio.

Como el sol que se nos pega a la piel y nos tuesta. Su calor y brillo se nos pegan. Así la gloria y el favor del Padre pule nuestra existencia y atrae a otros a su alabanza.

Mateo 6,7-15



REFLEXIÓN

como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso

No se puede asegurar que eso haya dicho Jesús literalmente, porque puede ser cosecha del evangelista, que a su vez recoge el prejuicio cultural del judaísmo de entonces sobre los no judíos.

Como los llamados gentiles eran gente de muchos dioses y se fraccionaban en varias deidades, tal como tenemos todavía hoy en entre algunos pueblos, multiplicaban sus ruegos entre varios intercesores.

Aun hoy en nuestra religiosidad popular vemos creyentes que se multiplican entre diferentes advocaciones buscando la más propicia y pertinente para la ocasión.

Sin embargo la fe judía en su monoteísmo puro había simplificado el trámite de las rogativas, porque sólo tenía al Santo de los Santos para invocar.

Pero Jesús en medio de la cultura aporta su propia experiencia de relación con el Dios único. Es su Padre a quien podemos llamar nuestro.

pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis.

Jesús de Nazareth es una persona que expresa su vivencia del Padre a cada paso. 

Vive instalado en una dinámica: su confianza ciega en su Padre.

Y así nos comunica una divinidad que antes que nada se dispuso a escucharnos. Antes que salga nuestra palabra hacia Él, ya nos entregó la suya, dando a entender que nos está escuchando.

Sabernos escuchados aun antes de que clamemos nos elimina el estrés, la ansiedad gentilicia frente a una divinidad sorda.

Moisés reveló un Dios en el éxodo que escuchó el clamor del pueblo. 

Jesús nos revela un Padre que antes de clamar nosotros, ya escuchó.

Un extremo es la garrulería: hablar intensamente para obtener algo. Otro es la confianza, que deja en su conocimiento nuestra necesidad.

"Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno

Esta es nuestra sustancia de fe, donada por la Palabra del Señor, la cual no necesita comentario, sino contemplación.

Porque nos sorprende con su escucha, nos dirigimos a él apoyados en las actitudes de Jesús, que nos hace saber en el Padrenuestro.

Que se den estas constantes en nuestra oración y la prelación que se muestra, es suficiente. Lo que pasa de ahí es ansia, desconfianza, mal espíritu, incluso en algo bueno.

Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas

Eso sí es nuestro. Una clave para que se mantenga la familia sana. Porque no hay exlusividad individual sobre el Padre, ni debe haber envidia y celotipia con el hermano. 

Y así, si no perdono al hermano, el Padre no me perdona. Porque la unidad la hace el ágape entre Padre y hermanos.

Ningún hermano merece odio, separación, estigma, venganza, explotación en esta hermandad universal.

Hay que reconocer con honestidad, que a la vista de tanta desunión humana, no hemos aprendido el Padre Nuestro.

Aprendemos también en Jesús que no sólo es cuestión de clamar, sino también de expandir este reino nuevo perdonando, fraternizando, amando.

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saías 55,10-11

Salmo responsorial: 33

Mateo 6,7-15