jueves, 7 de marzo de 2024

BEATO CARLO

BEATO CARLO



 Del Tratado de Tertuliano, presbítero, Sobre la oración
                               (Cap. 28-29: CCL 1, 273-274)


NUESTRA OFRENDA ESPIRITUAL

La oración es una ofrenda espiritual que ha eliminado los antiguos sacrificios. ¿Qué me importa -dice- el número de vuestros sacrificios? Estoy harto de holocaustos de carneros, de grasa de becerros; la sangre de toros, corderos y chivos no me agrada. ¿Quién pide algo de vuestras manos?
El Evangelio nos enseña qué es lo que pide el Señor: Llega la hora -dice- en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque Dios es espíritu y, por esto, tales son los adoradores que busca. Nosotros somos los verdaderos adoradores y verdaderos sacerdotes, ya que, orando en espíritu, ofrecemos el sacrificio espiritual de la oración, la ofrenda adecuada y agradable a Dios, la que él pedía, la que él preveía.
Esta ofrenda, ofrecida de corazón, alimentada con la fe, cuidada con la verdad, íntegra por la inocencia, limpia por la castidad, coronada con el amor, es la que debemos llevar al altar de Dios, con el acompañamiento solemne de las buenas obras, en medio de salmos e himnos, seguros de que con ella alcanzaremos de Dios cualquier cosa que le pidamos.
¿Qué podrá negar Dios, en efecto, a una oración que procede del espíritu y de la verdad, si es él quien la exige? Hemos leído, oído y creído los argumentos que demuestran su gran eficacia.
En tiempos pasados, la oración liberaba del fuego, de las bestias, de la falta de alimento, y sin embargo no había recibido aún de Cristo su forma propia.
¡Cuánta más eficacia no tendrá, pues, la oración cristiana! Ciertamente, no hace venir el rocío angélico en medio del fuego, ni cierra la boca de los leones, ni transporta a los hambrientos la comida de los segadores (como en aquellos casos del antiguo Testamento); no impide milagrosamente el sufrimiento, sino que, sin evitarles el dolor a los que sufren, los fortalece con la resignación, con su fuerza les aumenta la gracia para que vean, con los ojos de la fe, el premio reservado a los que sufren por el nombre de Dios.
En el pasado, la oración hacía venir calamidades, aniquilaba los ejércitos enemigos, impedía la lluvia necesaria. Ahora, por el contrario, la oración del justo aparta la ira de Dios, vela en favor de los enemigos, suplica por los perseguidores. ¿Qué tiene de extraño que haga caer el agua del cielo, si pudo impetrar que de allí bajara fuego? La oración es lo único que tiene poder sobre Dios; pero Cristo no quiso que sirviera para operar mal alguno, sino que toda la eficacia que él le ha dado ha de servir para el bien.
Por esto, su finalidad es servir de sufragio a las almas de los difuntos, robustecer a los débiles, curar a los enfermos, liberar a los posesos, abrir las puertas de las cárceles, deshacer las ataduras de los inocentes. La oración sirve también para perdonar los pecados, para apartar las tentaciones, para hacer que cesen las persecuciones, para consolar a los abatidos, para deleitar a los magnánimos, para guiar a los peregrinos, para mitigar las tempestades, para impedir su actuación a los ladrones, para alimentar a los pobres, para llevar por buen camino a los ricos, para levantar a los caídos, para sostener a los que van a caer, para hacer que resistan los que están en pie.
Oran los mismos ángeles, ora toda la creación, oran los animales domésticos y los salvajes, y doblan las rodillas y, cuando salen de sus establos o guaridas, levantan la vista hacia el cielo y con la boca, a su manera, hacen vibrar el aire. También las aves, cuando despiertan, alzan el vuelo hacia el cielo y extienden las alas, en lugar de las manos, en forma de cruz y dicen algo que asemeja una oración.

¿Qué más podemos añadir acerca de la oración? El mismo Señor en persona oró; a él sea el honor y el poder por los siglos de los siglos.

miércoles, 6 de marzo de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 3 de Cuaresma

Deuteronomio 4,1.5-9



REFLEXIÓN

Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar

Ahora y siempre no hay pueblo sin una organización, asi sea mínima, que a su vez es su constitución, su identidad, su ethos.

Termina expresándose oral o por escrito en fórmulas preceptuales que exigen respeto y obediencia, y así aseguran cierta estabilidad y orden.

Así es viable vivir en alguna forma y con alguna calidad y de lo contrario morir, si se transgrede.

Sin embargo tal conveniencia no es evidente ni de consenso general, porque se dan periodos de inestabilidad y desorden.

Para unos tales crisis son manifestación de caos y para otros de crecimiento y ajuste.

Lo cierto es que trigo y cizaña crecen juntos y hay que discernir constantemente

La actitud y habilidad de escuchar abarca poner atención, entender el lenguaje, comprender el significado, y disponerse a poner en práctica y actuar.

Lo que queda fuera de este control humano es el logro o éxito absoluto de tal práctica.

La Palabra humana no asegura que se la escuche. Lo pueden decir los padres que se quedan hablando a los hijos que ni escuchan, ni siquiera oyen.

Lo pueden decir también los maestros cuyos discípulos están distraídos en otra cosa.

La Palabra del Señor es poderosa porque se hace escuchar a pesar de nuestra falta de atención y voluntad de escuchar.

Sin embargo Ella también lo hace y enseña a hacer en forma sutil, paciente ante la falta de atención y voluntad del escucha.

Solicita suavemente la fe de la adhesión y la obediencia, aguardando los tiempos para la maduración de la libertad humana, tan arisca y recelosa de cualquier sombra de imposición.

Porque hombres y mujeres aun creyentes, repudian que se les arranque la escucha con violencia.

El islamismo cobija una gran cantidad de creyentes en diversas partes del planeta. Hoy se encuentra en el foco por las actuaciones de sus miembros más radicalizados y fundamentalistas, porque se perciben provocados históricamente por el occidente, sus creencias y estilo de vida laico.

Algunos pensadores islámicos han llegado a expresar que esa violencia sectaria es constitutiva de todo el islam, porque nunca ha superado su perspectiva tribal y que temprano o tarde hacia la violencia se desliza.

Otros no están de acuerdo por los ejemplos de convivencia pacífica que muchos de los creyentes islámicos han practicado a lo largo de la historia.

En todo caso occidente, excepto en caso de legítima defensa de la vida, deberá intentar sin descanso el diálogo razonable si quiere dar testimonio de poseer una actitud más constructiva y positiva que la de la violencia. 

para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar 

Nos quejamos generación tras generación de las estructuras que hemos ido levantando a través de la historia y cómo no han conseguido del todo paz, amor y justicia.

Nos dolemos hasta el cansancio por esta incompetencia y hasta nos culpamos unos a otros, irreconciliada y fratricidamente.

No hemos hecho en forma permanente el sentido o la conciencia sobre la necesidad de escuchar la Palabra, sus mandatos, y ponerlos en práctica, para así entrar en la tierra y vivir con calidad.

A pesar de eso el Designio avanza y nosotros con él.

Moisés hace de voz de Yavé Dios. Un pueblo, un grupo escucha y acepta esa encarnación. Para ello el líder ha hecho méritos: luchado con persistencia, asumido riesgos, confrontado autoridades, renunciado a comodidades y seguridades. Pero aún así ha tenido que recibir la rebeldía de la gente impaciente, por el tiempo que toman ciertas medidas a su favor.

Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos

Se da la percepción de que los pueblos no aprecian la sabiduría judeocristiana, ni estiman el legado de Jesús. 

Incluso entre cristianos, la lucha por la estructura y su cambio, como señal del Reino de Dios, semeja una especie de guerra política, con poco aprecio del servicio humilde que se ofrezca hacer por el corazón humano para propiciar su proceso de conversión. 

La mentalidad de sospecha, de conspiración, de crítica, está en un nivel que hace muy difícil la transmisión de un mensaje transparente, viable.

El emotivismo que se exacerba con las injusticias no deja entrar el equilibrio y ponderación que puede aportar el razonamiento o lo dificulta mucho. 

Es un tiempo de paciencia, para dar testimonio de servicio y no de poder.

El sueño bíblico de Israel era un paradigma de justicia y derecho para el débil. Un orden salvador por misericordia, que corregía la justicia injustamente aplicada.

Sigue siendo el paradigma de muchos israelitas, cristianos y otros que de lejos lo miran como referente.

Los cristianos creen en la cristalización de ese sueño en Jesús de Nazaret, paradigma de realización auténtica de la salvación por una justicia misericordiosa.

entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar

Mirar la tierra en la que te adentras como prometida por un líder que habla en nombre de su Dios, supone un acto de fe, una convicción religiosa, pero tiene un impacto político que todavía se deja sentir, y es fuente de guerras y derramamiento de sangre.

Pudo el Señor de la Paz, y dueño de la historia concebir un designio que significara muerte para muchos, cuando lo que prometió era tierra para tener vida?

Más bien de su parte siempre hemos oido a través de los enviados designios de paz y fraternidad. Los torcidos somos nosotros, que no atinamos a cumplirlos en su verdadero Espíritu.

Por eso requerimos una constante autocrítica de nuestra praxis, una verificación honesta de la distancia que se da entre lo que confesamos y lo que ejecutamos, y lo que queda en pie.

Es en esta reciprocidad de obediencia de fe en la que hacemos crisis y dañamos todo plan de paz

No terminamos por convertirnos a gran escala en un pueblo de Dios 

¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. No sabemos lo que hacemos. Y como dijo Jesús en cruz, que nos perdonen porque no sabemos el daño que nos hacemos.

Los convertidos al evangelio son los mejores testigos de la bondad de lo que muchos asumimos y vivimos con mediocridad, porque su conversión es una muestra de que escucharon una Palabra mejor que los convenció más y la aprecian con todo su ser y corazón.

Tal sueño nos entrega un Dios y Señor cercano y justo, humanizado en Jesús de Nazareth.

La motivación de obediencia es el memorial de su intervención constante en la historia y en su escucha a nuestra invocación.

Cómo será en otros pueblos la vivencia de la cercanía de sus divinidades?

cuidado, guárdate muy bien de olvidar los sucesos que vieron tus ojos,

Por eso es tan importante el memorial que siempre presente ante nuestra conciencia su cercanía favorable.

Salmo responsorial: 147



REFLEXIÓN

con ninguna nación obró así, / ni les dio a conocer sus mandatos

El error ha sido entender nación o pueblo en un sentido étnico, cuando más bien la Palabra se ha dirigido a todos los pueblos-etnias, para formar un solo pueblo.

En tres mil o cinco mil años de civilización documentada no hemos alcanzado aún ese sentido único universal.

Incluso la globalización actual mediática, tecnológica y económica no logra armar el único corazón que se unifica en la escucha de la Palabra.

Cuando este don de la elección se convierte en motivo de triunfalismo y no de misión, Israel pervierte su sueño. 

La Iglesia Católica también cayó en la tentación del triunfalismo y su humillación secular hasta el presente se puede tomar como intervención del Señor para que retome la misión original.

Mateo 5,17-19



REFLEXIÓN

No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas

No solo pudo haberlo dicho Jesús para que los que le seguían no fueran a malentender que los convocaba a la desobediencia y la anarquía, sino también para aquellos que temían les arrebataran sus apreciados valores tradicionales.

Dos temores o actitudes: que no seamos suficientemente radicales en el cambio, o que no seamos suficientemente arraigados e inmovilistas en la tradición.

no he venido a abolir, sino a dar plenitud

Después de Moisés necesitábamos a Jesús, quien nos aporta el don del Espíritu que consiste en sabiduría y discernimiento, para escuchar y cumplir a la perfección la Palabra: ley y profetas.

Y así no sólo entrar en la tierra prometida sino construir el reino del Señor que dure siempre.

Jesús, más que Moisés, conoce el Espíritu de la Tora, y puede ir más allá de sus interpretaciones para cumplir a fondo con el designio. 

Puede suceder un poco como la ley reglamenta la constitución, y alguien propone una interpretación más perfecta que cumple a cabalidad la norma constitucional.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos

Sólo Jesús ha saltado y enseñado como quien observa más de cerca el precepto más pequeño. 

Un ejemplo es su observancia del descanso del sábado que contrasta con la minuciosidad de su práctica entre algunos pasados y presentes.

quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos

Ordinariamente las vidas humanas tienen existencias pequeñas. Una ínfima minoría lleva un trayectoria grandiosa a los ojos de los hombres. 

En lo pequeños se suele tejer lo grande a los ojos de Dios. En la fidelidad pequeña se elabora el martirio sin sangre, pero testimonio del amor de Dios.

Se trata por tanto de una grandeza destinada para los obedientes discernientes que saben perfeccionar la tradición en el cambio de hombres y mujeres, corazones y estructuras, definitivo y eficaz.

Mínimo y grande implican una radicalidad en el cumplimiento de la Torá que llega hasta el mínimo detalle. Rigorismo vs.laxitud? 

Se buscaba tranquilizar a los judeocristianos, más ortodoxos que los gentiles convertidos a las comunidades seguidoras de Jesús, después de su muerte? 

O Más bien, un llamado a ir detrás de Jesús en sus propuestas interpretativas de la Alianza, asumiendo que él es el maestro y Espíritu de la Ley.

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Deuteronomio 4,1.5-9

Salmo responsorial: 147

Mateo 5,17-19