miércoles, 1 de mayo de 2024

PALABRA COMENTADA

Miércoles 5 de Pascua

Hechos 15,1-6



REFLEXIÓN

unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse

Los grupos que toman la vocería y claman por encima de otros creen que así serán más tomados en cuenta sobre sus posturas y convicciones.

No estamos libres en cada comunidad de tales representatividades, y es parte de nuestra pedagogía del discernimiento controlarnos y controlarlos, con paciencia y tolerancia.

Las reacciones violentas en asuntos de creyentes son más índices de debilidad, que de fortaleza en la fe. 

La violencia y la imposición no son buenas consejeras.

Qué se hace para lograr ese grado de serenidad y objetividad, que no se confunda con la renuncia a sus valores más apreciados? El aporte de la espiritualidad es muy importante: una espiritualidad para la pastoral.

algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia

En èpocas de contaminación afectivo-conceptual como la que vivimos, paradójicamente, en momentos de exultación comunicacional mediática, incluídos internet y redes sociales, el recurso a la consulta con la autoridad o responsables superiores debiera aumentar, si a la vez estos responsables tienen conciencia y sensibilidad de lo que se les solicita y la coyuntura contextual.

A la consulta pertinente es a lo que siempre debemos inclinarnos, porque nos da oportunidad de moderar y madurar nuestra opinión, así como de fundamentar las estrategias de respuesta.

Algunos pronunciamientos altisonantes e impositivos son más un clamor y urgencia de ser escuchados, y esto puede y debe concederse. Lo cual no es lo mismo que aceptar todo lo que se grita.

algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, intervinieron, diciendo: "Hay que circuncidarlos y exigirles que guarden la ley de Moisés."

La claridad que logra Pablo en su reflexión sobre la calidad y la extensión de la intervención salvadora de Jesús el Señor, se da en un proceso difícil entre bandos y divisionismo de judíos, judeocristianos, judíoshelenos, gentiles prosélitos del judaísmo y cristianos gentiles.

Es un cuadro propio de una babel. 

Tiene sentido el texto inicial de Hechos con la venida del Espíritu Santo y cómo todas las nacionalidades escuchaban en sus lenguas el mismo mensaje. 

Quizás más un anhelo que una realidad. 

En todo tiempo y lugar se dan enfoques diversos y algunos encontrados. 

Incluso la elección de un Papa cuenta con corrientes de adeptos a una u otra figura. Hasta que se produce el consenso o la mayoría representativa.

Nuestro proceso de fe por ser humano pero inspirado por el Espíritu requiere someterse y abrirse a la realidad de las diversas tendencias. Escucharlas y examinarlas no es sinónimo de claudicar, sino de discernir.

Más bien nuestro tiempo se muestra reacio a la escucha de las voces que parecieran diferentes, sucumbiendo a la tentación del integrismo fundamentalista.

Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.

La palabra y el Espíritu empujan la historia hacia adelante con novedades que superan tradiciones que se van viendo desfasadas por la realidad. 

El cambio sobreviene desde la misma realidad, pero se autoriza mediante un proceso de deliberación, oración y negociación, buscando lo que sea el designio del Señor, más que sólo la propia comodidad o proyecto.

Pablo hubiera podido afincar su liderazgo con una decisión unilateral. Naturalmente tenía una posición menor como apóstol en ese momento y quizás no era estratégico. 

Pero decidió consultar con los demás apóstoles. Era el estilo de deliberación en comunidad y no de decisiones aisladas.

En la Historia de la Iglesia hemos asistido a varios tipos de liderazgo. Unos que prefieren el rompimiento con la comunidad. Otros prefieren acatar la autoridad.

No podemos juzgar porque se invoca la objeción de conciencia, que sólo Dios juzga.

Pero el efecto de la división es duro de sobrellevar para las comunidades, que dejan de dar el testimonio que necesita el mundo de unidad y diálogo no solo como valor de fe sino de desarrollo humano.

Hay quienes incluso de buena fe solo miran desde sus costumbres y tradiciones. En la actualidad se aprecia más el cambio de costumbres para nuevas tradiciones.

El evangelio habla de una combinación hecha por el que verdaderamente sabe. 

Es la discreción, el sentido común, el reconocimiento de la sabiduría de las anteriores generaciones y las nuevas circunstancias.

Ignacio de Loyola con sus ejercicios espirituales y en ellos las reglas de discernimiento aportó algo fundamental, aunque no era algo totalmente nuevo, a la vida espiritual: el examen intencional, constante y cotidiano para pulsar el Espíritu y según ello tomar decisiones agradables al Señor.

Las nuevas circunstancias llevarían a Pablo a desentenderse de ciertas regulaciones mosaicas y reconocer que en otras tradiciones y culturas también inspiraba el Espíritu.

Curiosamente los fariseos que fueron la mentalidad más avanzada en tiempos de Jesús, se rezagaban en una rigidez y fundamentalismo una vez fueron ingresando los gentiles al camino.

Salmo responsorial: 121



REFLEXIÓN

"Vamos a la casa del Señor"

Al acercarse el final natural de la vida, la aproximación del mundo nuevo definitivo, que es la casa del Padre, debe ser un valor creciente para la fe. 

En Jesús vivo que nos ha acompañado desde el bautismo, esta esperanza de vida nueva y definitiva debiera llenarnos de gozo con la convicción serena de la nueva realidad de la que haremos parte en breve tiempo.

Será una bendición poder exclamar esta alegría en la hora del tránsito definitivo.

Sin miedo, con esperanza, aceptar que nuestra morada terrenal se deshaga.

en ella están los tribunales de justicia

Pero cuál justicia: meramente humana?. 

Cuando el Vaticano optó por su multisecular procedimiento secretista y ocultista, en previsión de un mayor daño por escándalo, hizo lo adecuado?

Fue suficientemente sensible a las víctimas? Fue más bien protector de sus miembros jerárquicos sacerdotes, religiosos, obispos, cardenales o papas? 

Falló el discernimiento del bien verdadero según Dios? O hicieron lo correcto a pesar del anatema mediático?

Juan 15,1-8



REFLEXIÓN

A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto

Una cosas es podar y otra arrancar. Esto último sólo es potestad del labrador, ni siquiera de la vid.

La poda pueden ser las tribulaciones en las que se procesa el reino.

La poda es para dar más fruto. Las circunstancias limitantes y dolorosas de la existencia podemos verlas bajo esta perspectiva alentadora. 

El Padre nos ama para dar más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado

También las palabras de la Palabra limpia. Escucharla asiduamente con el corazón de publicano infunde un perdón asentado que se  refleja en el estilo de vida.

Caer en cuenta que la Palabra purifica como el sacramento. La Palabra es el núcleo del sacramento, porque desde ella fue instituído. Lo que se da en la dramatización sacramental está inspirado por la Palabra que en ella alienta e inspira.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada

Cómo pudo Juan reflexionar tan abundantemente estas palabras recordadas como de Jesús, pero que sólo él publicó?

Mediante un vivir más que los otros y vivenciar a Jesús, con un carisma de sabiduría diferente al de los otros apóstoles y discípulos. 

Mediante un acumular experiencias de persecuciones, divisiones heréticas y otras mentalidades y culturas le permitió a su intuición amorosa sintetizar y converger hacia una reflexión única e inspiradora.

En sus palabras Jesús es el único y no puede ser vivenciado igual por nadie, porque de su multiforme riqueza nos apropiamos todos por fe.

Jesús el único, como Dios el único.

Y este hombre que compartió tanto afecto e intimidad con Jesús, debió posponer su encuentro definitivo y morir de edad avanzada, según una tradición y su evangelio. 

Porque así sirvió mejor al amor que lo eligió. 

Así realizó la unión con Jesús de la parábola de la viña: con él todo se puede hacer, sin él nada.

Como el trabajo dignifica y da sentido al hombre, dar fruto da sentido y dignifica la fe. 

En la escucha permanente se da la permanencia al Jesús Palabra y en esperanza se fructifica.

luego los recogen y los echan al fuego, y arden

Hoy no se tolera un pensamiento así. Más bien es como un dogma popular que nadie arde. Y todos se perdonan.

Lo cierto es que se arde de amor, se quiera o no.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1526895722410528769?s=20&t=XXfMcZq-o0y4Bss4wd6qzw

motivaciondehoy


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Miércoles 5 de Pascua

Hechos 15,1-6

Salmo responsorial: 121

Juan 15,1-8


BEATO CARLO

BEATO CARLO


 
De la Carta a Diogneto
(Cap. 5-6: Funk 1, 317-321)

LOS CRISTIANOS EN EL MUNDO

Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.

Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.

Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida.

Los judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.

Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el mundo, pero su religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres.

El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantiene unido el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero ellos son los que mantienen la trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal; también los cristianos viven como peregrinos en moradas corruptibles mientras esperan la incorrupción celestial. El alma se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del que no les es lícito desertar.