martes, 2 de julio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Martes 13 de tiempo ordinario

Amós 3, 1-8; 4, 11-12



REFLEXIÓN

"A vosotros solos os escogí, entre todas las familias de la tierra; por eso os tomaré cuentas por vuestros pecados.

La exclusividad de la elección divina es un patrimonio de Israel, que los cristianos le arrebatamos, por nuestra fe en Jesús de Nazareth, crucificado y resucitado.

En medio de otros pueblos, culturas y civilizaciones Israel fue formando su dogma de fe en cuanto a la vocación y elección única por parte del Señor.

Otros tiempos, en los que los pueblos guerreaban, y las divinidades eran concebidas por territorio. 

Sin embargo Israel rompió con la territorialidad, cuando probó la humillación del exilio, y le fue donada la visión de un Dios más allá de los límites geográficos.

Los cristianos, inicialmente sectarios y minoritarios, entre judíos y gentiles, crecieron y aupados por el Imperio bizantino, medraron como los únicos y absolutos y verdaderos salvados por Dios en su Hijo, el unigénito.

Hoy el panorama es más bien de anhelos de paz, y hastío de divisiones, por el daño que nos ha traído desde antiguo.

En ese contexto el énfasis se enfoca en la igualdad de las religiones, creencias y credos. Se sepulta la selección exclusiva para que no incomode a otros creyentes y todos nos hagamos la ilusión de la salvación universal.

Que no hará cosa el Señor sin revelar su plan a sus siervos, los profetas.

Nuestra fe bíblica es fe en una revelación, pero de un misterio de voluntad benévola y salvífica.

Las causalidades con las que nos tropezamos en nuestro diario vivir, más que aciertos científicos, son una sabiduría revelacional que el mundo nos pone a nuestra disposición para que asimilemos con menos trauma la propia autoapertura del Señor.

En el mundo y en la naturaleza se encuentra una metodología de comuniación del misterio, que didáctica y pedagógicamente nos encamina a un amén creyente y gozoso.

Por eso, así te voy a tratar, Israel, y, porque así te voy a tratar, prepárate a encararte con tu Dios

No hemos cambiado gran cosa, en nuestra pretenciosa era tecnológica, pues seguimos duros de cerviz. Indispuestos para agachar la cabeza, aun conscientes de nuestros errores.

Según las teorías últimas en educación, los errores son oportunidades de aprendizaje. Tal aserto es otro error, que no sirve para aprender, si no se cae en cuenta que el verdadero aprendizaje emerge cuando nos arrepentimos del error, y resolvemos superarlo, es decir, flexibilizamos la cerviz.

Salmo responsorial: 5



REFLEXIÓN

Tú no eres un Dios que ame la maldad, / ni el malvado es tu huésped, / ni el arrogante se mantiene en tu presencia

Porque el malo no entiende a un Dios que ama, ni el malvado se deja hospedar, ni el arrogante entra en una presencia que le pueda hacer competencia.

Detestas a los malhechores, / destruyes a los mentirosos; / al hombre sanguinario y traicionero / lo aborrece el Señor

Hoy día no es de buen gusto pensar un Dios capaz de hacer daño, ni de vengarse.

Por eso recurrimos a la autodestrucción del mentirosos, la autoexclusión de los malehechores, al autoaborrecimiento de los sanguinarios y traicioneros.

Nosotros mismos nos hacemos daño solitos, no necesitamos ayuda de nadie más.

Mateo 8,23-27



REFLEXIÓN

se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.

Una confianza a prueba de tormentas. Para pensarlo en el insomnio de las noches, cuando las preocupaciones y miedos atenazan.

La confianza es un bien donado para ser conquistado, asumido. Hasta que descienda a los profundos lugares inconscientes de donde salen los miedos y cobardías que nos empujan a claudicar.

"¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!" Él les dijo: "¡Cobardes! ¡Qué poca fe!"

Aceptar que sí lo somos, para comprometerlo a actuar su confianza en nuestra poquedad.

Ellos se preguntaban admirados: "¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!"

Ojalá la resonancia que recoge el evangelista de la fama de Jesús entre sus contemporáneos, nos alcanzara para despertar y avivar nuestra confianza en su presencia en medio de nosotros. Esa fue su intención al escribir un evangelio.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1541742218209382400?s=20&t=uY2TDdAkJKdWBzDEW8XiDw

motivaciondehoy


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Martes 13 de tiempo ordinario

Amós 3, 1-8; 4, 11-12

Salmo responsorial: 5

Mateo 8,23-27

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


San Agustín Sermón 47, sobre las ovejas 12-14

Si de algo podemos preciarnos es del testimonio de nuestra conciencia. Hay hombres que juzgan temerariamente, que son detractores, chismosos, murmuradores, que se empeñan en sospechar lo que no ven, que se empeñan incluso en pregonar lo que ni sospechan; contra esos tales, ¿qué recurso queda sino el testimonio de nuestra conciencia? Y ni aun en aquellos a los que buscamos agradar, hermanos, buscamos nuestra propia gloria, o al menos no debemos buscarla, sino más bien su salvación, de modo que, siguiendo nuestro ejemplo, si es que nos comportamos rectamente, no se desvíen. Que sean imitadores nuestros, si nosotros lo somos de Cristo; y, si nosotros no somos imitadores de Cristo que tomen al mismo Cristo por modelo. Él es, en efecto, quien apacienta su rebaño, él es el único pastor que lo apacienta por medio de los demás buenos pastores, que lo hacen por delegación suya. Por tanto, cuando buscamos agradar a los hombres, no buscamos nuestro propio provecho, sino el gozo de los demás, y nosotros nos gozamos de que les agrade lo que es bueno, por el provecho que a ellos les reporta, no por el honor que ello nos reporta a nosotros. Está bien claro contra quiénes dijo el Apóstol: Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo. Como también está claro a quiénes se refería al decir: Procurad contentar en todo a todos, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos. Ambas afirmaciones son límpidas, claras y transparentes. Tú limítate a pacer y beber, sin pisotear ni enturbiar. Conocemos también aquellas palabras del Señor Jesucristo, maestro de los apóstoles: Alumbre vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo, esto es, al que os ha hecho tales. Nosotros somos su pueblo, el rebano que él guía. Por lo tanto, él ha de ser alabado, ya que él es de quien procede la bondad que pueda haber en ti, y no tú, ya que de ti mismo no puede proceder más que mal dad. Sería contradecir a la verdad si quisieras ser tú alabado cuando haces algo bueno, y que el Señor fuera vituperado cuando haces algo malo. 

REFLEXIÓN

Nuestro individualismo, proverbial del occidente desde el Renacimiento, acrecentado desde el existencialismo y en la actual mentalidad de redes sociales, nos lleva a fundamentarnos exclusivamente en el testimonio, supuestamente depurado de nuestra conciencia, caiga quien caiga contra nosotros. Nos hemos quedado con una parte que es el ojo de agua del totalitarismo y el dogmatismo, el fundamentalismo y todo tipo de extremismos autoritarios. El desprecio por la oposición y por los demás. Sin embargo se alzan ya en el horizonte las huestes contrarias: el daño a los demás, la afectación de los más débiles, la piedra de tropiezo del mal ejemplo.