sábado, 27 de julio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 16 de tiempo ordinario

Jeremías 7, 1-11



REFLEXIÓN

Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré con vosotros en este lugar.Si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones, si juzgáis rectamente entre un hombre y su prójimo, si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, si no seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para siempre. 

Los cristianos nos enorgullecemos de haber superado la creencia del templo como lugar exclusivo de la habitación del Señor. 

Incluso la presencia sacramental en el santísimo, para muchos de nosotros no motiva ala visita asidua al Señor. 

Más bien manifestamos en las nuevas generaciones que el Señor está dentro de nosotros, que sólo hay que caer en cuenta de la presencia automática del Señor.

La voz del profeta, la Palabra nos quiere sacudir de ese conformismo: sin conducta y acciones justas no hay presencia ni convivencia.

La paradoja y escándalo de un continente bautizado cristiano en su mayoría, que mantenga la injusticia en sus acciones, como se mantiene la fe mágica en la presencia del Señor, es lo que nos debe inquietar.

No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: 'Es el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor.'

Por qué no tenemos verdadera seguridad en nada. Tu palabra enfatiza que sólo tú eres la seguridad. Y eso en la práctica, no se siente siempre, sino que nos asalta la duda, el temor, la incertidumbre. 

Quizás por nuestra poca fe. Quién se encarga que nuestra fe permanezca y se mantenga sólida, o de pie? 

Si tú no vienes a socorrernos aún en la fe que debemos tenerte, no permaneceremos. 

Estar contigo es como lo contrario de estar en el mundo de hoy, que subraya la autonomía y la seguridad en uno mismo, sin subsidios. 

Estar contigo es aceptar la dependencia de tu amor y que te necesitamos siempre. 

Pero aun en esto según nuestro siglo, podemos resultar tan disminuídos que nos alejamos del ideal de un ser humano digno. 

Es entonces una calle sin salida? Es otro modo de ser humano? Es otro sentido de dignidad? Está pasado de moda, e indigno de nosotros como seres humanos esta alianza de protección contigo? 

O más bien tenemos que abrirnos a una comprensión y significado sin estrenar, que nos será revelado por ti oportunamente? 

Ven Señor Jesús.

entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para siempre

Porque la Tierra Prometida lo es en la medida que el bienestar está de acuerdo con los términos del Señorío de Dios. 

Es leche y miel con el Señor. Si no es así el bienestar es una trampa degenerativa.

¿Creéis que es una cueva de bandidos este templo que lleva mi nombre?

Jesús expulsó del templo a los que comerciaban. 

Sería una reducción hipócrita centrarse exclusivamente en el mecanismo del poder del mercado. Como si la denuncia al mercado nos librara de la hipocresía de actuar dolosamente e invocar al Señor con aires de justicia en su templo.

El pasaje evangélico que narra cómo Jesús de Nazareth expulsa a los mercaderes del templo, es una activación de la profecía de Jeremías, y según eso, el motivo de su acción no sería sólo lo que atañía a los comerciantes, sino también a toda presunción de seguridad de los creyentes sobre la presencia del Señor a pesar de sus iniquidades.

Porque la presencia del Señor ocurre mientras nos esforzamos en el proceso de realización del reino de justicia y amor. 

Mientras proclamamos con la voz y las acciones la novedad de Jesús.

Salmo responsorial: 83



REFLEXIÓN

Dichosos los que viven en tu casa, / alabándote siempre. / Dichosos los que encuentran en ti su fuerza; / caminan de baluarte en baluarte

El paralelismo de este verso del salmo nos ayuda a ampliar el sentido de la presencia del Señor, ya que la alabanza se hace sinónimo de caminar, por lo que quedarse en la alabanza verbal, como indicio de la presencia del Señor, es ignorar que sólo es cumplida cuando actuamos la voluntad del Señor.

Si no, es otro género de hipocresía.

Mateo 13, 24-30



REFLEXIÓN

mientras la gente dormía,

dormir no es un lujo que puede permitirse la gente del Reino. Estar siempre alerta es lo recomendable.

"Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?"

En nuestro afán de coherencia de la fe que profesamos y buscando conducirnos de acuerdo al designio del Señor, hemos de topar con la iniquidad mezclada con el bien en el mundo, en la realidad, aun en nuestro obrar de buena fe.

Es posible que reaccionemos, una vez caigamos en cuenta, llenos de celo para aniquilar ese mal, condenando y ejecutando su destrucción. 

Sin embargo el juicio no es nuestra misión, sino la alerta. Porque el juicio está en manos del Señor a su debido tiempo.

Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero

Sin embargo el crecimiento de la cizaña es imparable. 

La esperanza es que tiene su hora para ser eliminada. 

Sólo podemos discernirla mientras llega esa hora, para que no malogre el trigo.

La discusión y debate entre los que disciernen lo que es o no cizaña puede llegar hasta la división y la formación de partidos o bandos.

En la historia de las iglesias y agrupaciones religiosas es común la discrepancia entre los asociados y miembros hasta llegar a la intolerancia y el cisma.

Por eso una voz que asuma el carisma de autoridad es importante para ofrecer un punto de referencia y orientación, para guiarse y mantenerse unidos en la misión del discernir en el reino de Dios.

Es importante desarrollar y mantener la capacidad autocrítica para no caer en el dogmatismo, que paradójicamente niega libertad después de haber exigido libertad de expresión.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1550805018709823489?s=20&t=MFc-j-jBy1PsK66aVp5yaA

motivaciondehoy


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Sábado 16 de tiempo ordinario

Jeremías 7, 1-11

Salmo responsorial: 83

Mateo 13, 24-30

DOCTORES DE LA IGLESIA

SÁBADO, XVI SEMANA

San Agustín de Hipona, Confesiones
(Lib 13, 35, 50—38, 53: CSEL 33, 386-388)
Señor, nos lo has dado todo: la paz del descanso, la paz del sábado, la paz sin ocaso

Señor Dios, danos la paz. Tú que nos lo has dado todo, danos la paz del descanso, la paz del sábado, la paz sin ocaso. Pues todo este hermosísimo orden de cosas muy buenas, cumplida su misión, deberá desaparecer: por eso en ellas pasó una mañana, pasó una tarde.

Pero el día séptimo no tiene ni tarde ni ocaso, porque tú lo santificaste para que durase eternamente, de modo que así como tú —después de tus obras maravillosas realizadas sin cansarte— descansaste el séptimo día, así la voz de tu libro nos advierte que también nosotros —después de nuestras obras, también muy buenas por tu gracia— descansaremos en ti el sábado de la vida eterna.

Pues incluso entonces descansarás en nosotros, lo mismo que ahora actúas en nosotros, y así tu descanso será entonces nuestro descanso, como estas obras nuestras son tuyas. Tú, Señor, actúas siempre y siempre descansas, ni ves en el tiempo, ni te mueves en el tiempo, ni descansas en el tiempo; y, sin embargo, eres tú el autor de las visiones temporales, del tiempo mismo y del descanso en el tiempo.

Así pues, nosotros vemos estas cosas que has hecho porque existen; en cambio tú, porque las ves, existen. Nosotros las vemos externamente porque existen, e internamente porque son buenas; tú, en cambio, las viste hechas en el mismo instante en que viste que debían ser hechas. En un tiempo, nosotros nos sentimos impulsados a obrar el bien, después de que nuestro corazón concibió de tu Espíritu; anteriormente nos sentíamos impulsados a obrar el mal, abandonándote a ti; tú, en cambio, único Dios bueno, nunca dejaste de hacer el bien. Es verdad que hay algunas obras nuestras que, gracias a ti, son buenas, pero no sempiternas: después de ellas esperamos descansar en tu infinita santidad. Tú, en cambio, como eres el bien que no necesita de otro bien, estás siempre en tu descanso, porque tú eres tu propio descanso.

¿Y qué hombre es capaz de hacer comprender esto a otro hombre?, ¿o un ángel a otro ángel?, ¿o qué ángel a un hombre? A ti hay que pedirlo, en ti hay que buscarlo, a ti hay que acudir: así, así se recibirá, así se encontrará, así se nos abrirá