sábado, 17 de agosto de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 19 de tiempo ordinario

Año Par

Ezequiel 18, 1-10. 13b. 30-32



REFLEXIÓN

Sabedlo: todas las vidas son mías; lo mismo que la vida del padre, es mía la vida del hijo; el que peca es el que morirá

La Palabra nos ayuda a entender y tomar en serio la unicidad de la única vida personal y su correspondiente responsabilidad.

Los conocimientos científicos actuales plantean la complejidad del ejercicio de la libre autodeterminación, ya que somos conexiones de una extensa red humana. 

Y así nos preceden y suceden eventos, decisiones y circunstancias, que escapan a nuestro control absoluto.

Contra esta realidad compleja que ubica y aun determina la decisión libre personal, la Palabra nos alienta a ejercer nuestra responsabilidad, porque no somos marionetas de un destino ciego.

Hoy es más popular la fórmula de supervivencia de la muerte en la figura de la re-encarnación. 

Pero fuera de la cultura en la que nació este concepto, su adopción por occidentales más parece evasión de la responsabilidad personal que preocupación por la otra vida.

La responsabilidad del mal actuar es propia, y no delegable.

que no roba, sino que da su pan al hambriento y viste al desnudo

Porque no es suficiente con no robar, expresión negativa del respeto a la propiedad del prójimo, sino que hay que perfeccionarse con el compartir de los propios bienes. 

No se santifica la propiedad exclusiva para mí y los míos, sino que se establece una responsabilidad para toda propiedad: su dimensión solidaria.

Un perfil del justo y las consecuencias de su conducta.

os juzgaré a cada uno según su proceder

Aunque estemos en desventaja por nuestra genética y circunstancias determinantes fuera de nuestro control

Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos, y no caeréis en pecado

Porque el PECADO con mayúscula se concentra en el empecinamiento de la desviación, no en el error y la debilidad, contra las que persiste la lucha.

El pecado es como un estado endurecido, donde no hay lugar para el arrepentimiento y se dificulta la conversión

estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo

Lo que no debemos perder es la juventud del corazón que espera la salvación definitiva.

Salmo responsorial: 50



REFLEXIÓN

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, / renuévame por dentro con espíritu firme

Dicho en otra forma: no te canses de crear; recrea sin cansarte nuestro corazón hasta que sea puro. 

Que tu energía se renueve en nosotros sin agotamiento, para mantener la firmeza del rumbo.

Mateo 19,13-15



REFLEXIÓN

"Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los cielos".

No se trata de una niñez involutiva, ni de un infantilismo sicológico. Se trata de una semejanza. 

En qué se centra la semejanza de los niños en este texto? En el acercarse a Jesús de Nazareth sin precondiciones, con vulnerabilidad, dispuestos a dejarse amar.

Qué difícil es dejarnos amar como nos quieren amar. Más bien actuamos en plan de un contrato: postulando requisitos y condiciones, insertando cláusulas para rescindir. Un amar como transacción.

Un escándalo mayúsculo recorre la Iglesia Católica en estos tiempos, aunque no es privativo de ella: la pedofilia y pederastia de algunos ministros suyos. 

A nivel evangélico este escándalo hace escarnio de las palabras de Jesús sobre la semejanza de los niños. 

Esta acción vil del pederasta representa la traición de la vulnerabilidad, que se le entregó en la confianza de un niño. 

Pero el escándalo cunde si caemos en cuenta de todas las vulnerabilidades traicionadas y  contaminadas en quienes alguna vez se confiaron a una persona que representaba un valor de guía, comprensión, asistencia, orientación. 

En este conjunto entrarían además de los sacerdotes, los educadores, los padres y madres, las amistades. En fin todo el que se aprovecha de su ascendiente moral. Se podría asumir que los niños cumplen la bienaventuranza de los limpios de corazón, porque en ellos aún no se formado el cálculo que distorsiona la buena voluntad en el adulto. 

Esa pureza es la actitud de aceptación del Misterio y la tensión de conocer al Señor, sin paralizarse por una lógica que no tiene que ver con la Trascendencia.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1558429709737795588?s=20&t=B7fnh-1CCfJmCk5BNoT6xw

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Sábado 19 de tiempo ordinario

Año Par

Ezequiel 18, 1-10. 13b. 30-32

Salmo responsorial: 50

Mateo 19,13-15

DOCTORES DE LA IGLESIA




Santo Tomás de Aquino, Conferencia sobre el Credo

(Opúsculos teológicos 2, Turín 1954, pp. 216-217)

Me saciaré de tu semblante

Adecuadamente termina el Símbolo, resumen de nuestra fe, con aquellas palabras: «La vida perdurable. Amén». Porque esta vida perdurable es el término de todos nuestros deseos.

La vida perdurable consiste, primariamente, en nuestra unión con Dios, ya que el mismo Dios en persona es el premio y el término de todas nuestras fatigas: Yo soy tu escudo y tu paga abundante.

Esta unión consiste en la visión perfecta: Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. También consiste en la suprema alabanza, como dice el profeta: Allí habrá gozo y alegría, con acción de gracias al son de instrumentos.

Consiste, asimismo, en la perfecta satisfacción de nuestros deseos, ya que allí los bienaventurados tendrán más de lo que deseaban o esperaban. La razón de ello es por-que en esta vida nadie puede satisfacer sus deseos, y ninguna cosa creada puede saciar nunca el deseo del hombre: sólo Dios puede saciarlo con creces, hasta el infinito; por esto, el hombre no puede hallar su descanso más que en Dios, como dice san Agustín: «Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón no hallará reposo hasta que descanse en ti».

Los santos, en la patria celestial, poseerán a Dios de un modo perfecto, y, por esto, sus deseos quedarán saciados y tendrán más aún de lo que deseaban. Por esto, dice el Señor: Entra en el gozo de tu Señor. Y san Agustín dice: «Todo el gozo no cabrá en todos, pero todos verán colma-do su gozo. Me saciaré de tu semblante; y también: Él sacia de bienes tus anhelos».

Todo lo que hay de deleitable se encuentra allí super-abundantemente. Si se desean los deleites, allí se encuentra el supremo y perfectísimo deleite, pues procede de Dios, sumo bien: Alegría perpetua a tu derecha.

La vida perdurable consiste, también, en la amable compañía de todos los bienaventurados, compañía suma-mente agradable, ya que cada cual verá a los demás bien-aventurados participar de sus mismos bienes. Todos, en efecto, amarán a los demás como a sí mismos, y, por esto, se alegrarán del bien de los demás como del suyo propio. Con lo cual, la alegría y el gozo de cada uno se verán aumentados con el gozo de todos.

PRIMERA PARTE
LA PROFESIÓN DE LA FE

SEGUNDA SECCIÓN:
LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA

CAPÍTULO TERCERO
CREO EN EL ESPÍRITU SANTO

ARTÍCULO 12
“CREO EN LA VIDA ETERNA”

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