martes, 17 de septiembre de 2024

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


MARTES, XXIV SEMANA

De las cartas de San Agustín, obispo
(Carta 130, 11, 21-12, 22 a Proba: CSEL 44, 63-64)
Sobre la oración dominical

A nosotros, cuando oramos, nos son necesarias las palabras: ellas nos amonestan y nos descubren lo que debemos pedir; pero lejos de nosotros el pensar que las palabras de nuestra oración sirvan para mostrar a Dios lo que necesitamos o para forzarlo a concedérnoslo.

Por tanto, al decir: Santificado sea tu nombre, nos amonestamos a nosotros mismos para que deseemos que el nombre del Señor, que siempre es santo en sí mismo, sea también tenido como santo por los hombres, es decir, que no sea nunca despreciado por ellos; lo cual, ciertamente, redunda en bien de los mismos hombres y no en bien de Dios.

Y cuando añadimos: Venga a nosotros tu reino, lo que pedimos es que crezca nuestro deseo de que este reino llegue a nosotros y de que nosotros podamos reinar en él, pues el reino de Dios vendrá ciertamente, lo queramos o no.

Cuando decimos: Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, pedimos que el Señor nos otorgue la virtud de la obediencia, para que así cumplamos su voluntad como la cumplen sus ángeles en el cielo.

Cuando decimos: El pan nuestro de cada día dánosle hoy, con el hoy queremos significar el tiempo presente, para el cual, al pedir el alimento principal, pedimos ya lo suficiente, pues con la palabra pan significamos todo cuanto necesitamos, incluso el sacramento de los fieles, el cual nos es necesario en esta vida temporal, aunque no sea para alimentarla, sino para conseguir la vida eterna.

Cuando decimos: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, nos obligamos a pensar tanto en lo que pedimos como en lo que debemos hacer, no sea que seamos indignos de alcanzar aquello por lo que oramos.

Cuando decimos: No nos dejes caer en la tentación, nos exhortamos a pedir la ayuda de Dios, no sea que, privados de ella, nos sobrevenga la tentación y consintamos ante la seducción o cedamos ante la aflicción.

Cuando decimos: Líbranos del mal, recapacitamos que aún no estamos en aquel sumo bien en donde no será posible que nos sobrevenga mal alguno. Y estas últimas palabras de la oración dominical abarcan tanto, que el cristiano, sea cual fuere la tribulación en que se encuentre, tiene en esta petición su modo de gemir, su manera de llorar, las palabras con que empezar su oración, la reflexión en la cual meditar y las expresiones con que terminar dicha oración. Es, pues, muy conveniente valerse de estas palabras para grabar en nuestra memoria todas estas realidades.

Porque todas las demás palabras que podamos decir, bien sea antes de la oración, para excitar nuestro amor y para adquirir conciencia clara de lo que vamos a pedir, bien sea en la misma oración, para acrecentar su intensidad, no dicen otra cosa que lo que ya se contiene en la oración dominical, si hacemos la oración de modo conveniente. Y quien en la oración dice algo que no puede referirse a esta oración evangélica, si no ora ilícitamente, por lo menos hay que decir que ora de una manera carnal. Aunque no sé hasta qué punto puede llamarse lícita una tal oración, pues a los renacidos en el Espíritu solamente les conviene orar con una oración espiritual.


lunes, 16 de septiembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 24 de tiempo ordinario

 

Año Par

 

1Corintios 11, 17-26. 33



REFLEXIÓN

 

En primer lugar, he oído que cuando se reúne vuestra Iglesia os dividís en bandos; y en parte lo creo, porque hasta partidos tiene que haber entre vosotros, para que se vea quiénes resisten a la prueba.

Parece más bien una ironía de Pablo o un sarcasmo, para sensibilizar mejor al daño de la división en bandos enfrentados dentro de la comunidad. Llevamos la competencia y el afán de sobresalir hasta el extremo de dañar el clima de colaboración, propio del ágape de fraternidad. 

Hoy nuestras iglesias constituidas y con una historia de vida de años, que pudiera ser garantía de Espíritu, se ven divididas en su seno por facciones que interpretan desde la diversidad de sus circunstancias la Palabra, para mantenerse en pie y dominar al resto. El resultado es la ausencia de Espíritu y un testimonio deficitario de unión fraterna.

resulta imposible comer la cena del Señor, pues cada uno se adelanta a comerse su propia cena y, mientras uno pasa hambre, el otro está borracho. tenéis en tan poco a la Iglesia de Dios que humilláis a los pobres? 

La preocupación por asistir a misa por parte de los fieles, porque es un mandamiento eclesiástico es vana. 

Más bien el orden evangélico sería preocuparse por no humillar a los pobres y según eso celebrar la eucaristía.

Cada vez que me dispongo a celebrar es acción de gracias me debo examinar sobre mi conducta en ese renglón hasta el punto de dejar mi ofrenda pendiente y primero ir a reconciliarme con el pobre humillado. 

el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía 

"Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía."

Judas fue invitado a salir de ese convite porque no estaba ya en comunión fraterna y pensaba en la traición al maestro y por consiguiente al grupo.

cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva. Así que, hermanos míos, cuando os reunís para comer, esperaos unos a otros 

Porque se trata de una espera comunitaria en unión de corazones.

 

Salmo responsorial: 39



REFLEXIÓN

 

"-Como está escrito en mi libro- / para hacer tu voluntad."

Esta voluntad expresa que no le interesa nuestra acción de gracias si humillamos al pobre.

 

 

Lucas 7,1-10



REFLEXIÓN

 

le rogaban encarecidamente 

Jesús se fue con ellos.

no soy yo quién para que entres bajo mi techo

No obstante que Jesús no busca para sí fama y fortuna, sino vive en función del Padre y su Reino, el evangelio hace lugar a la fe en Jesús como aspecto primordial del advenimiento en salud de ese Reino.

Todo en la palabra hoy mueve hacia el rico y penetrante sentido de orar. Algo tan importante como respirar. Jesús se admira que una persona que no es profesional de lo religioso y el rezo, capte el sentido salvífico de su persona. 

Porque en la raíz de la plegaria se encuentra la fe, que abre las compuertas de la confianza en el Señor y su enviado, valorando su oferta de intervención en la vida cotidiana, nutrida de limitaciones y anhelos hacia el empoderamiento y la resiliencia. 

Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía dijo: "Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe". Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

Un pagano que trata bien a un criado israelita y no lo humilla tiene una actitud fraterna que cruza las divisiones y es apta para un encuentro sanador con Jesús de Nazareth.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1569294023742849026?s=20&t=fOnTXQyNktK8F0ohK5IVkQ

motivaciondehoy


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Lunes 24 de tiempo ordinario

Año Par

 

1Corintios 11, 17-26. 33

Salmo responsorial: 39

Lucas 7,1-10