martes, 1 de octubre de 2024

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS

BEATO CARLO

 

De la narración de la vida de santa Teresa del Niño Jesús, virgen, escrita
por ella misma
(Manuscrits autobiographiques, Lisieux 1957, 227-229)
En el corazón de la Iglesia, yo seré el amor

Teniendo un deseo inmenso del martirio, acudí a las cartas de san

Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios, y en el primero de ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo apóstoles, profetas y doctores, que la Iglesia consta de diversos miembros y que el

ojo no puede ser al mismo tiempo mano. Una respuesta bien clara,

ciertamente, pero no suficiente para satisfacer mis deseos y darme la paz.

Continué leyendo sin desanimarme, y encontré esta consoladora exhortación: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. El Apóstol, en efecto, hace notar cómo los mayores

dones sin la caridad no son nada y cómo esta misma caridad es el mejor camino para llegar a Dios de un modo seguro. Por fin había hallado la tranquilidad.

Al contemplar el cuerpo místico de la Iglesia, no me había reconocido

a mí misma en ninguno de los miembros que san Pablo enumera, sino que lo que yo deseaba era más bien verme en todos ellos. En la caridad descubrí el quicio de mi vocación. Entendí, que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos: entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que sólo el

amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si

faltase este amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los

mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno.

Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé: "Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo se verá colmado."

lunes, 30 de septiembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 26 de tiempo ordinario

Año Par

Job 1, 6-22



REFLEXIÓN

Pero extiende la mano, daña sus posesiones, y te apuesto a que te maldecirá en tu cara

Una figura útil para entender algo las calamidades que sobrevienen en la existencia como pruebas para acrisolar la fe y la confianza.

Ayuda a entender el motivo del amor a Dios por él y no sólo por sus dones.

Estar en un momento para creerlo y aceptarlo como realidad en mi vida: pruebas. Aunque sin embargo han llegado por mi complicidad, como consecuencias de mis decisiones torcidas, y de las decisiones de otros que también sufrimos en nuestra red de vida.

"Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él. EL SEÑOR ME LO DIO, EL SEÑOR ME LO QUITÓ, BENDITO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR."

Una expresión que nos provoca como una actitud de aceptación amorosa por encima de la desesperación.

Un reconocimiento al Misterio del Señor por una acción de gracias a su bondad sobre toda duda, contra la gran tentación de la malignidad del contra-reino, que busca apartarnos de Él.

Salmo responsorial: 16



REFLEXIÓN

que en mis labios no hay engaño

Eres quien nos purifica de nuestros apegos secretos para estar en tu presencia y alcanzarte con nuestro ruego

Aunque sondees mi corazón, / visitándolo de noche

Tu prueba nocturna cuando vivo el terror y la inseguridad y clamo por tu apoyo

no encontrarás malicia en mí

No puedo, no me atrevo a decir igual, porque hay malicia en mí. Si no es pecado, es afecto desordenado, no puramente ordenado para tu gloria, servicio y alabanza.

Yo te invoco porque tú me respondes

Lo he sentido de noche cuando busco pacificarme en el ruego

Muestra las maravillas de tu misericordia

Que se muestre y sepa es don del Misericordioso que abre nuestra visión para Él.

Lucas 9,46-50



REFLEXIÓN

los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante

Si no discutimos, por lo menos nos afanamos anhelando el reconocimiento de nuestra importancia.

A veces llegamos a excesos penosos por la búsqueda de gloria.

No es que no importe como un estímulo de nuestros talentos.

Pero es muy frecuente que encallemos en una obsesión y ambición ansiosa por ser reconocidos más que otros.

Hemos vivido constantemente esta competencia y celotipia envidiosa. Nos creemos merecedores del más alto sitial, y nos deprimimos cuando nos ignoran.

El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante

Un niño es un ser vulnerable y en su visión lúdica de la existencia no sobresale, aunque pueda existir como semilla de mala hierba, la ambición por la importancia sobre los demás.

El mundo al revés.

Un niño en ese contexto de competitividad qué significa: ausencia de ambición conscientemente pretendida.

El pequeño como tranquilidad de lo que se es y tiene.

El niño es pequeño, eso se ve. 

El niño, entonces más que ahora, no cuenta en la sociedad como el adulto.

Traerlo al medio de la conversación es como un acto profético de Jesús, que evidencia la pequeñez física y social, para proyectarse a la otra pequeñez: la que importa en el reino.

Las caricaturas de la pequeñez dañan el significado profundo que se quiere transmitir, incluso la que distorsiona la infancia espiritual de Santa Teresita del niño Jesús.

Pero no se trata de pusilanimidad, que contraria otros textos de la Palabra, sino de una identidad de cara al reino donde el protagonismo es del Espíritu, y la lucha por el poder se reemplaza con el esfuerzo de la solidaridad fraterna.

Ignacio de Loyola funda su Compañía de Jesús como mínima, en el sentido de la dependencia del Espíritu Santo, de quien depende el ágape discernido, más que del número de participantes.

No se lo impidáis; el que no está contra vosotros, está a favor vuestro.

Más bien nos debemos gozar que la obra se vaya haciendo, aunque sea con la gloria de otros. 

La obra del Señor es lo importante.

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Lunes 26 de tiempo ordinario

Año Par

Job 1, 6-22

Salmo responsorial: 16

Lucas 9,46-50