martes, 22 de octubre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Martes 29 de tiempo ordinario

Efesios 2, 12-22




COMENTARIO

la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos

No es popular entre algunos teólogos y tendencias religiosas actuales considerar importante la sangre histórica para la redención. Ni la de Jesús de Nazareth ni la de nadie. 

Para descalificar su presencia en la Palabra y en la herencia de la fe se acude a la voluntad del Padre, que no nos quiere dañar y a quien no se le alcanza mediante sacrificios de sangre. Eso sería desvirtuar el sentido de la misma Palabra sobre la identidad del Señor. Porque Él es amar.

Se trata de un recurso argumentativo que opone en conflicto un texto contra otro para anularlos y como resultante descalificar la Palabra como revelación verdadera.

Sin embargo la misma Palabra nos enseña la lectura íntegra y plena de la revelación que procesualmente se va encarnando hasta consolidarse en el hombre Jesús de Nazaret.

Este hombre que se mantiene por su Espíritu de resurrección alentando su mensaje total hasta el final de los tiempos.

Conviene además contextualizar el sentido de la sangre en la cultura bíblica, como ofrenda de la vida, hasta sus últimas consecuencias. Y como testimonio de realidad histórica de esa misma entrega, sin simulación o falsedad.

La sangre derramada por Jesús de Nazareth será así su testimonio de amor hasta vaciar sus venas y el realismo de su testimonio, en contra de cualquier invención redaccional, mitológica o simbólica.

Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio

Asumirlo como único revelador total es ingresar en un estilo de vida tolerante y pacífico, que sabe de la Palabra plena, total, sin conflictos.

Los conflictos provienen de los intereses de las partes que atentan contra la unidad del mensaje.

sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios

La paz y la tolerancia de todos hacia todos no es una concesión sino el reconocimiento del derecho de todos a ser familia de Dios. Un derecho otorgado por la sangre histórica de Jesús de Nazaret. Sólo esa sangre es necesaria. Y no debiera correr ninguna más.

Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

El sentido de Iglesia viene dado por este proceso de integración. Proceso histórico, conflictivo y doloroso. Pero afrontable con paz y tolerancia, en la conciencia de que todos somos familia de Dios, el Padre de Jesús.

Las iglesias particulares no tienen sentido sino en la medida que hacen de la paz y tolerancia la fe común. Hasta llegar a la Iglesia total.

Salmo responsorial: 84



COMENTARIO

Voy a escuchar lo que dice el Señor: / "Dios anuncia la paz / a su pueblo y a sus amigos.

El que quiera escuchar que escuche. El que escucha es porque quiere escuchar.

Lucas 12, 35-38




COMENTARIO

 

"Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas; 

Hay que estar dispuestos a salir a cualquier hora, aun de noche, que sin alumbrado eléctrico debe ser de una negrura enorme, pero estrellada, como en un pueblito remoto.

vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. 

Si alguien debe vivir en fiesta es Jesús ya resucitado y glorificado. 

Sin embargo volverá y hay que esperar pacientemente y en alerta, sin dormirse, ni descuidarse.

La vela de las iglesias por su fe se da en la paz y tolerancia, mantenidas como aporte a la unidad de todas las partes en conflicto, hasta que la comprensión del mensaje de la Palabra sea total, íntegra, plena.

Es una vela constante en medio de los pueblos, comunidades, colectivos y familias.

Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os seguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y les irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.

Algo que nos recuerda Juan en el cap 13 cuando el lavatorio de pies. 

Este Señor ahora glorificado no se ha olvidado, como muchos otros cuando está en gloria y esplendor, sino que aún tiene la actitud de servir a sus servidores fieles que los esperan.

No se olvida de los suyos ni del trabajo realizado.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1318520277727367168?s=20

motivaciondehoy


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Martes 29 de tiempo ordinario

Efesios 2, 12-22

Salmo responsorial: 84

Lucas 12, 35-38

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS

JUGAR AL FÚTBOL COMO ALGO PROPIO DE SU VIDA CORRIENTE ES UN AMAR QUE SANTIFICA



De los sermones del Beato Guerrico de Igny
(Sermón 5.6.7 en la solemnidad de Todos los Santos: SC 202, 508.510.512.514)
¡Oh preclara herencia de los pobres!

Gloriémonos, hermanos, de ser pobres por Cristo; pero procuremos ser

humildes con Cristo. Nada más detestable que un pobre soberbio, nada más

miserable: pues ahora lo atenaza la pobreza y la soberbia lo esclavizará para

siempre. En cambio, un pobre humilde, si bien es abrasado y purificado en el

crisol de la pobreza, exulta con el refrigerio que le procura la riqueza de la

conciencia, se consuela con la promesa de una santa esperanza, sabiendo y

experimentando que es suyo el reino de Dios, que lo lleva ya dentro de sí como

en germen o en raíz, a saber, como primicia del Espíritu y prenda de la herencia

eterna.

Le habéis sacado, si no me equivoco, gusto a vuestra tarea: adquiriendo los

bienes supremos a cambio de cosas despreciables y dignas tan sólo de ser

arrojadas por la ventana. Efectivamente, no reina Dios por lo que uno come o

bebe, sino por la justicia, la paz y la alegría que da el Espíritu Santo. Y si

estamos convencidos de esto, ¿por qué confesamos paladinamente que el reino

de Dios está dentro de nosotros? Lo que está dentro de nosotros es realmente

nuestro, pues nadie puede arrebatárnoslo contra nuestra voluntad.

¡Oh preclara herencia de los pobres!, ¡oh dichosa posesión de quienes nada

tienen! Ciertamente no sólo nos proporcionas todo cuanto necesitamos, sino

que abundas en toda clase de gloria, desbordas todo tipo de alegría, como la

medida rebosante que os verterán: Realmente tú traes riqueza, fortuna copiosa

y bien ganada.

Vosotros, pues, que sois amigos de la pobreza y os es grata la humildad de

espíritu, habéis recibido de la Verdad inmutable la seguridad de poseer el reino

de los cielos, aseverando, que es vuestro y guardándooslo fielmente en depósito,

a condición sin embargo de que vosotros mismos conservéis en vuestro pecho

esta esperanza hasta el final con la cooperación de nuestro Señor Jesucristo, a

quien sea el honor y la gloria por todos los siglos de los siglos.