jueves, 24 de octubre de 2024

DOCTOR DE LA IGLESIA

BEATO CARLO



 Del comentario de San Cirilo de Alejandría, obispo, sobre el libro del profeta
Isaías
(Lib 4, Sermón 2: PG 70, 975-978)
En Cristo nos convertimos en una criatura nueva

El mismo nombre de «iglesia» connota ya una pluralidad de personas que creen en Cristo: ministros y pueblo, pastores y doctores, súbditos. Todos éstos fueron a su debido tiempo renovados en Cristo, a saber, cuando el Señor Dios brilló en nuestros corazones. Entonces sí, entonces fuimos conducidos a una novedad de vida, de costumbres y de instituciones, y también de culto.

Nos despojamos del inveterado hábito de pecar y, en Cristo, nos convertimos en una criatura nueva, iniciados en sus leyes y pedagogía y conducidos a una conducta noble y amable. Por lo cual, el sapientísimo Pablo escribe a los llamados por medio de la fe, y unas veces les dice: Despojaos de la vieja condición humana, corrompida por deseos de placer, y revestíos de la nueva

condición, que se va renovando como imagen de su creador. Y otras añade: No os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.

Nos habla asimismo de crucificar nuestra vieja condición humana, para nrevestirnos de la nueva mediante una conducta y una vida en Cristo.

Renovémonos, pues, también en razón del culto: unos —los seguidores del culto

judío— abandonando las sombras y las figuras; pues en lo sucesivo ya no

recurrirán a las víctimas de toros y del incienso, sino a fragantísimos

sahumerios espirituales y no materiales, otro—los requisados y reclutados de entre las multitudes paganas— pasarán a ritos mejores: a aquellos ritos sin confrontación posible, debido a su incomparable elevación y a su misma excelencia.

En efecto, ya no tendrán que soportar la antigua opacidad de la mente, sino

que, una vez recibida la divina e inteligible iluminación, se convertirán en santos y verdaderos adoradores. Dejarán de adorar a la criatura y a la materia muda e insensible, renunciarán a las adivinaciones y encantamientos y, para decirlo de una vez, dejando las costumbres más repugnantes y abandonando las pasiones mas execrables, estarán adornados de todas las virtudes y serán expertos en la doctrina de la verdad. Esta renovación nos atañe a nosotros; el

ser nuevas criaturas es obra de Cristo.

El Dios del universo ha prometido que salvará con salvación eterna a todos, es decir, tanto a los que son hijos de Abrahán según la carne, como a los que son considerados hijos de Abrahán en virtud de la promesa, a fin de que se abstengan de acciones innobles e indecorosas, y esto permanentemente. En

efecto, depuesto en Cristo el profano pecado y desatado el yugo de la diabólica tiranía, habiendo repudiado al mismo tiempo la corrupción y habiéndonos revestido de la incorrupción, permaneceremos para siempre en estas condiciones. Efectivamente, el pecado ya no nos insultará más, ni Satanás podrá

someternos nuevamente a la antigua tiranía. E incluso el imperio de la muerte será enteramente subvertido, desapareciendo para siempre, sometido en Cristo por quien y con quien le sea dado a Dios Padre la gloria y el poder, juntamente con el Espíritu Santo por siglos eternos. Amén.


miércoles, 23 de octubre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 29 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 3, 2-12



REFLEXIÓN

distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro

Unos para otros distribuimos a Dios, como la plenitud de la profecía sobre el conocimiento universal de Dios. Unos con más carisma específico y otros más en general, pero es para todos una responsabilidad.

como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas

Nos enfrentamos en la fe a un dilema radical: creemos o no creemos en estos hombres que insisten en proclamar que están llamados a distribuir la gracia y la revelación del Misterio de Dios en Jesucristo.

Es un dilema para toda la vida, que unos soportarán con más tranquilidad que otros.

Porque casi todos y todas en algún momento de su existencia han albergado dudas, resentimientos, odios y fobias contra la Iglesia, sus ministros, sus líderes, sus creyentes. Y han puesto en tela de duda que sobre estas fragilidades pueda soportarse el mensaje más trascendental para una humanidad: su salvación para siempre.

anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo

Pero algunos son impulsados a dar más de sí para este anuncio, en diversas y difíciles circunstancias.

el más insignificante de todos los santos

El contraste y la desproporción son tan fuertes y grandes que se requiere una dosis de humildad en la fe para que se mantenga, muchas veces como fuego tembloroso.

Quizás en esto se está dando el signo de la presencia fuerte del Espíritu: en la debilidad de la fe que persiste.

los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios

También los cielos y los poderes, cualquiera que sean, conocen ahora la plenitud de la revelación.

realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él

En Jesús hay una garantía de cercanía y lo contrario es la secuela del poder de la malignidad, cuya estrategia es impedirlo.

Interleccional:Isaías 12, 2-6



REFLEXIÓN

confiaré y no temeré, / porque mi fuerza y mi poder es el Señor, / él fue mi salvación

El Señor ofrece signos de salvación para la fe. Éstos sostienen la esperanza en los momentos duros del peregrinaje. La esperanza se nutre de la memoria de las intervenciones del Señor.

En la existencia es importante hacer esta experiencia de reconocimiento de los signos de salvación.

Y sacaréis aguas con gozo / de las fuentes de la salvación

Constantemente, diariamente estamos sacando del pozo para el anuncio de salvación cotidiano. Anuncio que modela nuestra profundidad invitándonos a ser más como Jesús, el Hijo, el Hombre, la nueva sociedad.

"Qué grande es en medio de ti / el santo de Israel."

Lo primero es su grandeza porque de ello depende todo lo demás: el reino de Dios y su justicia…

Lucas 12,39-48



REFLEXIÓN

estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre

Significará acaso, que se nos encomienda estar preparados, dos mil cien años después, porque el hijo del hombre llegará con el final de la vida de cada uno de nosotros y que no se sabe por lo tanto, cómo y cuándo llega actualmente y en este momento?

La Iglesia de los credos habla de un juicio final, y la del catecismo de un juicio privado. 

Son lo mismo o diferentes? Acaba nuestra vida dos veces, como final y como privada? O lo que se llama final es la experiencia actual que constantemente vemos en otros cuando mueren, y que aguardamos ineluctablemente?

La mejor interpretación no es la apocalíptica, sino la existencial.

El Hijo del hombre está viniendo cada día, cuando menos lo pensamos. La vigilancia es de cada día, como la oración del Señor nos lo enseñó.

Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda al llegar", y empieza a pegarle a los mozos y a las muchachas, a comer y deber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles.

Alude a todos los llamados a algún tipo de responsabilidad sobre otros: son empleados, no dueños.

El criado que sabe lo que su amo quiere, y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá".

No hay como excusarse del todo aunque haya atenuantes. 

Un llamado a la seriedad de la misión y su actitud primordial de compromiso con otros.

"Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?" El Señor le respondió: "¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?

Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá."

Parece referirse a los que más responsabilidad tienen, pero hacemos bien en reflexionarlo para todos, porque todos somos servidores del evangelio.

Pero si el creyente debe mantener la fe en medio de las debilidades del proclamador, éste debe ser fiel y solícito para cumplir su servicio.

El que la fe pueda mantenerse aun vacilante en medio de la fragilidad, no quita la responsabilidad del que la alimenta.

Esta misión en una Iglesia de hermanos es de todos con todos. Padres con hijos, madres con hijas, educadores con pupilos, predicadores con auditorios, ministros con fieles.

No hay ser humano creyente que no pueda cumplir con su responsabilidad de servir la fe de su hermano.

Una medida de compromiso que ayudaría sin duda a superar tantas crisis que estamos viviendo.

El criado que sabe lo que su amo quiere, y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá".

No hay como excusarse del todo aunque haya atenuantes. Un llamado a la seriedad de la misión y su actitud primordial.

Conocer al Señor es una gracia, un don que requiere un compromiso de distribución entre los hermanos.

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Miércoles 29 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 3, 2-12

Interleccional: Isaías 12, 2-6

Lucas 12,39-48