Lunes después de Epifanía
1Juan 3,22-4,6
REFLEXIÓN
y hacemos lo que le agrada
Agradar a Dios: primer y segundo mandamientos en conexión mutua para desarrollo integral y conjunto.
Desde el primer Testamento se plantea que el segundo mandamiento es semejante al primero, pero es en el nuevo que se afirma que son uno y el mismo mandamiento.
No puede ser otra cosa en una economía de encarnación, en el que la divinidad no es un plano aparte, sino que convive íntimamente con el ser humano, en sus diferencias y en su entorno creatural.
Todo tiene como el rastro del paso de la Palabra creadora.
Cuando la conciencia ha tratado de buscar prolongadamente, en nuestra vida recorrida, el agrado del Señor, se puede decir, por esa voz de la conciencia, que es un respaldo por el cual guardamos la alianza, y así pedirle algo, no obstante que lo sabe, se hace con serenidad y confianza.
creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó
Creer en Jesùs es el equivalente del primer mandamiento: Amar al Señor con todo: mente y corazòn.
Pero Jesús manda amarlo en los demás, sobre todo en los más pobres, sin eufemismos.
La audacia de los cristianos, rechazada por otros no cristianos y aun cristianos de apariencia, es haber cifrado en Jesús el absoluto del creer, como se hace con Dios.
Así el primer mandamiento es: amarás al Señor Jesús con toda tu mente, corazón y ser. Y el segundo es semejante: y al hermano como Jesús lo ama.
El hermano es todo hombre y mujer, en particular los más vulnerables.
no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios
Más que nada cuando se busca hacer el bien: hacer el mejor bien, el mayor.
Porque somos generosos en nuestro entusiasmo de arranque, pero el Maligno se cuela en la siembra, disimulando buenos propósitos, sobretodo cuando intensamente buscamos al Señor.
De modo que la prudencia en el discernimiento nos viene de perlas, para no dejarnos empujar en todo lo que nos pasa por dentro.
Algo en lo que todas las generaciones cuando son jóvenes pueden incurrir: inflación de entusiasmo. Nos corresponde aportar discernimiento en todos los ámbitos: familia, escuela, trabajo, participación ciudadana.
todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios
Porque la carne ahora es, en Jesucristo, el sacramento de Dios.
Si pudiéramos hablar de una primera herejía fundamental se diría que es ésta: rechazar, resistir, repudiar la carne del Jesús pre-existente.
La confesión no parece tener problema, porque es solo asunto de boca.
Pero no era así entre los antiguos: quien habla en lo que habla se compromete, y lo manifiesta en el todo de la vida corriente.
Confesar a Jesús como el absoluto en la temporalidad de la historia implica un compromiso persistente de trascendencia y adoración, allí donde él quiere ser encontrado.
Y nosotros, debemos reconcerlo, no siempre estamos dispuestos a adorarlo allí donde él desea ser encontrado, en particular los más vulnerables.
En esa resistencia se nutre el anticristo, como una reacción contra el reino, por acción u omisión.
el que está en vosotros es más que el que está en el mundo
El miedo al desafío puede entrar y provocarnos, pero no debe quedarse.
Salmo responsorial: 2
REFLEXIÓN
Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy
Dicho originalmente a David, rey de Israel y Judá, se cumple plenamente en Jesús de Nazareth, rey del Israel final.
servid al Señor con temor, / rendidle homenaje temblando
El temor del respeto a la seriedad del compromiso, no del miedo que acobarda.
Mateo 4,12-17.23-25
REFLEXIÓN
El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló."
Dejamos la atmósfera de la infancia, recreada como un vestíbulo introductorio a la significancia mostrada por Jesús en su itinerario.
Ahora nos adentramos en el encuentro que se nos propone del Jesús misionero, que proclama el reino.
El cual se inicia casualmente con una acción de repliegue por parte de Jesús, que evita la suerte que le cayó a Juan Bautista.
Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí
"Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos."
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo
le seguían multitudes
Presta un servicio de palabra y sanación integral, un servicio a la carne que es ahora su morada y que debe ser restaurada en su dignidad original.
En su decir, en su accionar Jesús es el reino.
Sus discípulos caminando con él aprendieron a experimentarlo. Fueron construyendo una fraternidad solidaria.
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Lunes después de Epifanía
1Juan 3,22-4,6
Salmo responsorial: 2
Mateo 4,12-17.23-25