viernes, 17 de enero de 2025

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


De la vida de san Antonio, escrita por san Atanasio, obispo
(Cap. 2-4: PG 26, 842-846)

LA VOCACIÓN DE SAN ANTONIO

Cuando murieron sus padres, Antonio tenía unos dieciocho o veinte años, y quedó él solo con su única hermana, pequeña aún, teniendo que encargarse de la casa y del cuidado de su hermana.
Habían transcurrido apenas seis meses de la muerte de sus padres, cuando un día en que se dirigía, según costumbre, a la iglesia, iba pensando en su interior cómo los apóstoles lo habían dejado todo para seguir al Salvador, y cómo, según narran los Hechos de los apóstoles, muchos vendían sus posesiones y ponían el precio de la venta a los pies de los apóstoles para que lo repartieran entre los pobres; pensaba también en la magnitud de la esperanza que para éstos estaba reservada en el cielo; imbuido de esos pensamientos, entró en la iglesia, y dio la casualidad de que en aquel momento estaban leyendo aquellas palabras del Señor en el Evangelio: Si quieres ser perfecto, ve a vender lo que tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme.
Entonces Antonio, como si Dios le hubiese infundido el recuerdo de lo que habían hecho los santos y como si aquellas palabras hubiesen sido leídas especialmente para él, salió en seguida de la iglesia e hizo donación a los aldeanos de las posesiones heredadas de sus padres (tenía trescientas parcelas fértiles y muy hermosas), con el fin de evitar toda inquietud para sí y para su hermana. Vendió también todos sus bienes muebles, y repartió entre los pobres la considerable cantidad resultante de esta venta, reservando sólo una pequeña parte para su hermana.
Habiendo vuelto a entrar en la iglesia, oyó aquellas palabras del Señor en el Evangelio: No os inquietéis por el día siguiente. Saliendo otra vez, dio a los necesitados incluso lo poco que se había reservado, ya que no soportaba que quedase en su poder ni la más mínima cantidad. Encomendó su hermana a una vírgenes que él sabía eran de confianza y cuidó de que recibiese una conveniente educación; en cuanto a él, a partir de entonces, libre ya de cuidados ajenos, emprendió en frente de su misma casa una vida de ascetismo y de intensa mortificación.
Trabajaba con sus propias manos, ya que conocía aquella afirmación de la Escritura: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma; lo que ganaba con su trabajo lo destinaba parte a su propio sustento, parte a los pobres.
Oraba con mucha frecuencia, ya que había aprendido que es necesario retirarse para orar sin cesar; en efecto, ponía tanta atención en la lectura, que retenía todo lo que había leído, hasta tal punto que llegó un momento en que su memoria suplía los libros.
Todos los habitantes del lugar, y todos los hombres honrados, cuya compañía frecuentaba, al ver su conducta, lo llamaban amigo de Dios; y todos lo amaban como a un hijo o como a un hermano.

jueves, 16 de enero de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Jueves 1 de tiempo ordinario

Año Impar

Hebreos 3,7-14



REFLEXIÓN

Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis el corazón

Es su gracia tener el corazón sensible para escuchar su voz, aunque no nos convenga y nos contraríe. No debería ser, pues su voz es la del designio que tiene sobre nosotros y nuestra salvación. Pero nos extraviamos y no podemos decir con seguridad cuál es esa salvación. Sólo con un corazón sensible y no endurecido, atinaremos con esa salvación y procederemos a una liberación.

a pesar de haber visto mis obras durante cuarenta años

Cada encrucijada de la existencia es una llamada a recordar cómo el Señor ha intervenido en nuestra existencia. Mientras más se prolonga esa vida, más deberíamos acordarnos de todo su acompañamiento, y cómo ha estado a nuestro lado y nos ha apoyado. Pero la frustración puede cegarnos coyunturalmente, y borrar o hacer ineficaces esos recuerdos para una actitud de acción de gracias.

Una actitud de acción de gracias se construye cada día con la contemplación del Señor Jesús, nuestro paradigma. Hemos de ver cómo frecuentemente se aislaba para orar, en medio de su misión, él que vivía una comunión suprema con su Padre.

no han conocido mis caminos

Hay quienes muestran no conocerlos, incluso los desprecian. Pero también, como señales  de otro mundo, algunos buscan serles fiel. Como por ejemplo los novicios y novicias religiosos, quienes son tiernos en la fe y en la entrega, pero muestran entusiasmo en la búsqueda. Animan y mueven al seguimiento, porque en ellos y ellas muestras actuante la docilidad a tu designio.

Animaos, por el contrario, los unos a los otros, día tras día, mientras dure este "hoy", para que ninguno de vosotros se endurezca, engañado por el pecado.

A esta luz hace sentido el pequeño aporte que significa compartir los dones con otros para juntos edificarnos en la fe y la esperanza.

ninguno de vosotros sea engañado(apaté:falsa impresión elaborada por engaño, falsedad, trampa) por el pecado y su corazón se vuelva rebelde(sklerino:endurecido, terco, obstinado)

para tener parte con Cristo hemos de mantenernos firmes(katejo:atado, asido) hasta el fin en la confianza(hipostasis:seguridad, confianza,garantía) que teníamos al principio

Nuestra fe consiste en un proceso recurrente que vive en nuestra historia. Se trata de mantener un actitud tal que detecte las trampas que nos llevan a la obstinación.

La acechanza de la pecaminosidad se nutre de colocar engaños, falsedades para que construyamos percepciones de fe falsas.

Por nuestra parte a la vez nuestro foco consiste en una adhesión o aferramiento a la seguridad que la Palabra nos ha concedido.

Esta garantía no se puede mantener firme sin nuestro aferramiento, requiere nuestro concurso, no produce un estado mágico de seguridad establecida mientras transitemos esta existencia.

Salmo responsorial: 94



REFLEXIÓN

Postrémonos

En absoluta adoración de su presencia en nuestras circunstancias históricas.

Bendiciendo

Por el amor que nos muestra constantemente, inexorablemente

me tentaron, aunque habían visto mis obras

Cedieron al engaño que los llevó a desconfiar sobre la intención de Dios porque no encontraban agua y tenían sed.

Las pruebas tienen su dificultad propia y se agravan cuando flaquea la confianza.

El resentimiento de Dios, si se pude decir así, es que habían visto sus obras, y aún así desconfiaron de su intención salvífica.

Cuando las pruebas de la vida nos tientan de desconfianza en la salvación y amor del Señor, son engaños del pecado y la iniquidad.

Al anti-reino no le conviene que confiemos en el Señor, en la memoria de sus obras salvíficas.

No es digno de una relación de fe que desconfiemos de su intervención salvífica, aunque no sepamos en concreto cómo se plasmará cada día.

Durante cuarenta años / aquella generación me asqueó

Incluso debemos abrirnos a la posibilidad de una prueba, o de un ataque de regiones tenebrosas, que puede ser extensa, por muchas razones, como nos los explica S.Ignacio en las reglas de discernimiento cuando se refiere a la desolación.

Marcos 1,40-45



REFLEXIÓN

se acercó a Jesús un leproso

A un líder o una superestrella hoy, difícilmente nos podríamos acercar, en una alfombra roja. Los fans de ellos madrugan para ubicarse en las mejores localidades tras las barreras y poder vitorear y fotografiar a los admirados. Damos tanto por tan poco.

Jesús es asequible: su salud como salvación integral está disponible a los necesitados, que se acercan con la esperanza de sanar.

Los mismos discípulos no entienden esto muchas veces, porque lo mantienen cercado, para protegerlo del contacto con la gente.

Jesús ha tenido que echárselos en cara, pidiendo que los dejen acercarse.

La Iglesia Católica está preocupada por la cantidad de fieles que se hacen evangélicos, y propone mayor cercanía: lo estará logrando? Más bien da que pensar que al mismo tiempo se preocupe por un resto anquilosado del pasado que busca una liturgia en latín y una celebración de espaldas al pueblo, a contracorriente de los esfuerzos pastorales del Vaticano II.

Signos contradictorios que expone la Jerarquía en sus decisiones pastorales. Entretanto mira con recelo y aun sanciona las iglesias locales más populares y liberacionistas censurando su búsqueda de liturgias más participadas.

Cómo puede sorprendernos el silencio de Dios si nuestra conducta es incongruente y poco cercana, como comunidad que sirve el Reino.

suplicándole de rodillas: "Si quieres, puedes limpiarme."

En el gesto de arrodillarse se exhibe una urgencia y el anhelo de provocar la misericordia y la compasión.

Quizá nos inhibe hacer ciertos gestos de petición porque asumimos que el Señor no lo necesita.

Pero nosotros sí necesitamos convencernos que tenemos confianza y estamos firmes en ella cuando solicitamos una gracia y por eso ponemos ciertos gestos.

Se dice que autocompadecernos puede ser tóxico, porque perdemos la energía que nos lleva a la lucha por la vida.

Sí y no. Es parte de nuestra conciencia sabernos frágiles y débiles en alguna coyuntura. Y es parte de nuestra autenticidad humana clamar por ayuda en nuestra postración.

Esa transparencia de quién soy ante el Señor es el fruto más preciado de la fe que solicita la intervención del Señor, porque mueve a una confianza firme.

Es como si dijéramos: Señor, éste soy yo y verdaderamente te necesito. Si alguien lo sabe soy yo.

Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó

La cercanía de Jesús llega hasta tocar la miseria, porque sus entrañas se abren a la misericordia, que equivale a decir: tener corazón para la miseria.

Sentir y dar lástima. No es la palabra feliz para la compasión en nuestra cultura. Porque induce al menosprecio. Es una palabra desgastada que hay que reemplazar. Pero no debe eliminar su verdadero sentido: “es un sentimiento de empatía entrañable” que hace sentir el perjuicio ajeno como propio.

empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones

Después del ajusticiamiento de Juan Bautista Jesús debió sentir que debía cuidar su seguridad. Pero sus acciones de sanación le daban tal fama que era difícil mantenerse en bajo perfil. Y el bien de la vida que dispensaba estaba por encima del propio bien de conservar su vida.

Por otro lado, el evangelista podría tener su propia catequesis con su auditorio, buscando que entendieran el sentido propio del mesianismo y la naturaleza auténtica del reino proclamado por Jesús. El cual no coincidía exactamente con las expectativas de muchos sobre un futuro mesías.

se quedaba fuera, en descampado

La actuación de Jesús no era intencionalmente estridente ni exhibicionista, como mago de feria. Por seguridad? Como estilo de trabajo? Qué transmitía ese estilo? Que quería asegurar? Qué equívocos pretendía evitar? Un modo silente y tenaz de servir, orientado más por el efecto que por los medios, buscando más al otro que a sí mismo.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1613501678854066177?s=20&t=l6hNc8UP4YPf-49kmvoCvQ

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Jueves 1 de tiempo ordinario

Año Impar

Hebreos 3,7-14

Salmo responsorial: 94

Marcos 1,40-45