miércoles, 26 de noviembre de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Miércoles 34 de tiempo ordinario

Año Impar

Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28



REFLEXIÓN

Apurando el vino, alababan a los dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera

Estaban en un colmo de la ofensa, desfachatez y desvergüenza: profanaban utensilios del templo y adoraban representaciones de dioses.

Para un piadoso israelita era una situación envilecedora e irritante.

Estas insensibilidades para el credo de algunos por parte de otros, minorías o no, se dan con alguna frecuencia en nuestro tiempo, y no sólo por parte de particulares sino también por gobiernos, incluso de estados antiguamente cristianos.

Con decir que se trata de un valor meramente cultural se piensa haber superado la afrenta a la conciencia, y se falla en el respeto, consideración y fraternidad que debemos construir.

Si nos ponemos a buscar quién empezó primero, y de quién es la culpa, no terminaríamos de discutir el origen histórico.

Entre las culpas los católicos y cristianos no están libres, porque también hemos sido irrespetuosos de otras confesiones.

Pero el presente puede edificar una convivencia diferente si nos empeñamos.

Es una obligación moral evitar guerras de religión por causa de la intolerancia y la insensibilidad.

tu reino se ha dividido y se lo entregan a medos y persas

Según los estudiosos Daniel fue escrito mucho después del reinado persa.

Tendríamos entonces aquí una profecía después del hecho, lo cual se puede considerar un fiasco, como adivinación, pero nos ayuda a profundizar el sentido del profetizar en Israel y en Jesús.

Se trata de leer el sentido teológico de los eventos acaecidos para impulsarse en la esperanza frente a los sucesos presentes.

Es como decir: “así como el Señor intervino en este acontecimiento de todos conocidos, así sigue interviniendo hoy”.

La lectura de fe es propia de la fe activa en constante relación con los hechos, a los que otorga un sentido desde la voluntad del Señor.

Vale para el creyente, que según él, es el sentido más real, consistente y profundo de la historia.

Otras mentalidades y otras creencias de otro tipo no aprecian ni utilizan esta clave y más bien la miran con prejuicio.

Un prejuicio contrario es que, una lectura de fe que considera posible y positiva la intervención de Dios, quita al ser humano la dignidad de ser el artífice de su propio destino.

Es una alienación y una irresponsabilidad respecto de su misión humana. Es un buen argumento.

Hay que vivir la experiencia de la fe como lectura teológica de la historia para llegar  al inteligencia de una posible colaboración entre un Señor y una criatura asociados en la responsabilidad de los hechos y en el sentido de la vida.

Interleccional: Daniel 3,62-67



REFLEXIÓN

bendecid al Señor       

Se puede bendecir al Señor, pero seguir atendiendo responsablemente su creación.

Lucas 21, 12-19



REFLEXIÓN

Os echarán mano, os perseguirán, estregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre

Se trata del tumulto externo y superficial. El eco de la tribulación de la comunidad por causa de su fe después de Jesús es animada por una profecía, que puede ser después del hecho, como venida del mismo Jesús, dicha no se sabe en qué momento, para dar coraje, firmeza, constancia y esperanza.

Para acercar al Señor del Cielo glorificado el caminar de la comunidad que lucha por serle fiel.

así tendréis ocasión de dar testimonio

Es la misión en medio de la historia

Haced propósito de no preparar vuestra defensa

Tenemos la disposición adecuada si no ansiamos defendernos,

yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Pero sí actuar con poder de la fuerza y la arbitrariedad. No necesariamente el Espíritu nos librará de la fuerza, pero sí de las acusaciones infundadas. Sino que la defensa se construye en las mociones de su Palabra

Él será nuestra primera línea de defensa. Pero la estrategia no ha cambiado.

Su propia defensa fue su Padre, y sus palabras ante los jueces y verdugos fueron la sabiduría del Espíritu.

Empero fue condenado a muerte. A lo cual no hemos de temer, porque la condena no significa que la defensa no ha dado resultado, sino que se hace y ejecuta el Reino del Padre.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía

Lo nunca esperado, ni pensado, ni soñado, que nuestra carne nos repudie.

Estamos avisados y no debemos sorprendernos por la traición que nos puede venir en el ejercicio del testimonio

Estas palabras que el evangelista atribuye a Jesús y como tal son recibidas por la comunidad creyente o orante, se muestran vividas de antemano por el propio Señor. No pide nada que él no haya superado.

ni un cabello de vuestra cabeza perecerá

Lo fundamental estará asegurado.

Nuestra valentía y mar de fondo no es nuestro, sino el don de su apoyo y compañía en nuestro caminar de fe.

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Miércoles 34 de tiempo ordinario

Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28

La fantasía apologética nos puede conducir a ver un arrebato culposo y tembloroso en aquellos que se jactan de sus logros y fuerzas, y ni se les ocurre pensar en la presencia del Misterio de Amar en la creación y la historia. No siempre será así y moriremos quizás sin ver ese espectáculo de resarcimiento y sabor de la venganza cumplida. Pero es el mensaje que no dudemos que Él está ahí.

Interleccional: Daniel 3,62-67

Bendecir parece un simple y fácil decir, pero el contexto puede ser difícil para explicitar una bendición, y una acción de gracias, porque vivimoes en una secularización en la que el Misterio está arrinconado.

Lucas 21, 12-19

La comunidad recuerda palabras de Jesús para tiempos de tribulación y persecución, por su nombre, que es además de su persona, su evangelio, su verdad completa. Y se pasa por esto porque es un modo de dar fe de que no es por interés personal de ganancia alguna que la fe nos mete en el testimonio del evangelio, sino por un movimiento de amar incoado desde el Espíritu de Jesús, como si nosotros nos convirtiéramos en zarza ardiente, en cuyo fuego también somos afectados, pero con su ayuda tenemos la esperanza de poder testimoniar.

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS


                                         

AGRADAR A DIOS AL SERVIR LOS DEMÁS
 

De las Homilías atribuidas a san Macario, obispo
(Homilía 28: PG 34, 710-711)

¡AY DEL ALMA EN LA QUE NO HABITA CRISTO!

Así como en otro tiempo Dios, irritado contra los judíos, entregó a Jerusalén a la afrenta de sus enemigos, y sus adversarios los sometieron, de modo que ya no quedaron en ella ni fiestas ni sacrificios, así también ahora, airado contra el alma que quebranta sus mandatos, la entrega en poder de los mismos enemigos que la han seducido hasta afearla.

Y del mismo modo que una casa, si no habita en ella su dueño, se cubre de tinieblas, de ignominia y de afrenta, y se llena de suciedad y de inmundicia, así también el alma, privada de su Señor y de la presencia gozosa de sus ángeles, se llena de las tinieblas del pecado, de la fealdad de las pasiones y de toda clase de ignominia.

¡Ay del camino por el que nadie transita y en el que no se oye ninguna voz humana!, porque se convierte en asilo de animales. ¡Ay del alma por la que no transita el Señor ni ahuyenta de ella con su voz a las bestias espirituales de la maldad! ¡Ay de la casa en la que no habita su dueño! ¡Ay de la tierra privada de colono que la cultive! ¡Ay de la nave privada de piloto!, porque, embestida por las olas y tempestades del mar, acaba por naufragar. ¡Ay del alma que no lleva en sí al verdadero piloto, Cristo!, porque, puesta en un despiadado mar de tinieblas, sacudida por las olas de sus pasiones y embestida por los espíritus malignos como por una tempestad invernal, terminará en el naufragio.

¡Ay del alma privada del cultivo diligente de Cristo, que es quien le hace producir los buenos frutos del Espíritu!, porque, hallándose abandonada, llena de espinos y de abrojos, en vez de producir fruto acaba en la hoguera. ¡Ay del alma en la que no habita Cristo, su Señor!, porque, al hallarse abandonada y llena de la fetidez de sus pasiones, se convierte en hospedaje de todos los vicios.

Del mismo modo que el colono, cuando se dispone a cultivar la tierra, necesita los instrumentos y vestiduras apropiadas, así también Cristo, el rey celestial y verdadero agricultor, al venir a la humanidad desolada por el pecado, habiéndose revestido de un cuerpo humano y llevando como instrumento la cruz, cultivó el alma abandonada, arrancó de ella los espinos y abrojos de los malos espíritus, quitó la cizaña del pecado y arrojó al fuego toda la hierba mala; y, habiéndola así trabajado incansablemente con el madero de la cruz, plantó en ella el huerto hermosísimo del Espíritu, huerto que produce para Dios, su Señor, un fruto suavísimo y gratísimo