domingo, 25 de julio de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Santiago apóstol

Hechos 4,33;5,12.27-33;12,2



REFLEXIÓN

los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo

El Pueblo pobre, excluído y vulnerable es hoy la categoría preferencial para la evangelización.

Son quienes llevan una existencia prolongada de penurias: hambre, enfermedades, violencia endémica, en viviendas precarias y lugares inseguros, desempleados o subempleados, o con sueldos insuficientes para vivir dignamente y con pocas oportunidades de progresar, con poca o mala o ninguna educación.

Es decir, las antípodas del sumo bien o shalom. Más bien la maldición.

Éstos han sido muy pacientes y son parte de la creación oprimida que clama por su liberación como hijos de Dios.

Qué signos y prodigios harán creíble y aceptable la resurrección del Señor?

Sólo los que viven en medio de ellos, como ellos, haciendo comprensible una nueva vida.

Porque no se vive la vida igual lo mismo con la convicción de vida, que la de muerte.

Se requiere valor para mantenerla, porque el lenguaje de la realidad de nuestro entorno es la contingencia y la corrupción.

Y cada día debemos convencernos y convencer con nuestro estilo de vida que corrupción y muerte no son la última palabra de la realidad.

en nombre de ése?

Ése Jesús fue un nombre proscrito y en todas las épocas y en diversas regiones, las comunidades de sus seguidores han afrontado su proscripción. Como los cristianos en persecución, por ejemplo.

queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre

Esta querella llega hasta nuestros días porque hay hermanos del judaísmo ofendidos por tal alegación de responsabilidad.

Aun con los matices y la distinción de lo que es una responsabilidad de los dirigentes y la culpabilidad de todo un pueblo, se sigue dando el distanciamiento, la incomprensión y la suspicacia entre estos pueblos hermanos: cristianos y judíos.

Para lo cual solo cabe ir perdonando, pidiendo perdón y fraternizando, de modo que se pueda ver el futuro con una mirada común.

Es más pernicioso que un mundo que sufre del olvido de Dios, pierda a sus creyentes en enemistades fratricidas.

"Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres

Solo que este proceso no se debe dar traicionando la propia identidad. La de judíos y la de cristianos.

Los testigos han de testificar, como voluntad del Padre, que Él hizo justo a quien otros consideraron delincuente y pecador.

La tradición de los testigos de Jesús los involucra en un destino de defensa de las víctimas para que se reconozca su justicia.

La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados

Es un testimonio para la conversión, no para culpabilizar o fomentar venganza.

Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.

El valor que se muestra en este testimonio no es empresa humana sino de Espíritu.

Hacer la voluntad del Padre a pesar de las amenazas del poder humano, es apoyado por el mismo Señor por medio de su Espíritu Santo.

Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

Este acontecimiento ilustra uno de los primeros martirios cristianos junto al de Esteban. Uno apóstol y otro diácono.

Una incipiente jerarquía dispuesta a morir a este mundo para afirmar el reino del Padre.

En la historia sucesiva, hasta nuestros días otros jerarcas también darán testimonio con su muerte-vida como Romero y Girardi.

Estos testimonios son una ofrenda a la libertad de expresión de la propia fe.

Un valor muy apreciado hoy. Pero también adulterado porque en su nombre se cometen también abusos y crímenes.

Cosa que nos previno otro Santiago, en su carta, cuando habla de los pecados de la lengua, que siendo tan pequeña causa tan grandes males.

El martirio de sangre estará siempre presente  como posibilidad de la voluntad del Señor, para el cual también contaremos con el Espíritu, que nos apoyará con la última rúbrica para entrar en la vida.

Salmo responsorial: 66



REFLEXIÓN

ilumine su rostro sobre nosotros

Que en medio de tanta acechanza y confusión el Señor nos ilumine en nuestro discernimiento del camino de la vida.

Que canten de alegría las naciones, / porque riges el mundo con justicia

El informe anual de Transparencia Internacional no da buenas noticias, excepto para algunas sociedades.

La percepción de corrupción es cada vez peor.

Pero desde la fe la percepción debiera ser diferente.

Porque creemos que la justicia de Dios se va profundizando en la historia, y escuchamos sus clamores constantemente.

No habría clamores si hubiéramos pactado con la iniquidad.

2Corintios 4,7-15



REFLEXIÓN

 

Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro

En fragilidades de todo tipo.

para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros

Nos apietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.

Terminar la existencia es un deseo de liberación que bien pudiera postergarse y superarse con el aliento que viene del Espíritu, para sobrellevar las penurias de la existencia y el ministerio evangelizador.

La epifanía del Señor Jesús en nuestra carne se dará y se mantendrá mientras aliente en nosotros su fe, esperanza y ágape.

nosotros creemos y por eso hablamos

Aunque hablar puede ser fácil, en ciertas coyunturas se corre peligro de la vida. Así el hablar es muestra de fe si se manifiesta como confesión de Jesús, eterna víctima.

Mateo 20,20-28



REFLEXIÓN

 

Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino

La señora madre de los hijos de Zebedeo iba por un tráfico de influencias. Pero su ambición fue superada en otro sentido: por el martirio de sus hijos. Así su existencia por el evangelio fue transformada para compararse con la madre de los macabeos, que animó a sus hijos al martirio.

uno a tu derecha y el otro a tu izquierda

Como los que acompañaron a Jesús en su crucifixión

¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?

Esta es una pregunta clave para la admisión de todo creyente al reino de la vida. Es la paradoja que debemos estar dispuestos a vivir en algún modo y en algún momento: perder la vida para ganar la vida.

Para un creyente en Jesús hay vida que no merece vivirse a menos que se esté dispuesto a morir cada día.

"Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre."

La oración del apóstol incluye una petición de estar preparado para dar la vida como lo tenga reservado el Padre.

Aun así, muriendo en Jesús, la naturaleza precisa de nuestro reconocimiento y gloria no se conoce.

Es un riesgo hasta el final. Lo hace tolerable la esperanza.

No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos

El gozo del servicio fraterno es la única amortización que tenemos en esta vida del reconocimiento final del Padre.

La jerarquía eclesial es mirada hoy, más por las acciones y actitudes que contrarían este evangelio.

Pero poco se dice de las que prolongadamente son fieles, aun contra los que manifiestan criterios absolutistas, dogmáticos y demagógicos.

Por ello padecen crítica tenaz y despiadada.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1419264596783861762?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Domingo, XVII semana



San Juan Crisóstomo Homilías sobre la II Corintios 14,1-2

Nuevamente vuelve Pablo a hablar de la caridad, para atemperar la aspereza de su reprensión. Pues, después que los ha reprendido y les ha echado en cara que no lo aman como él los ama, sino que, separándose de su amor, se han juntado a otros hombres perniciosos, por segunda vez, suaviza la dureza de su reprensión, diciendo: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, esto es: «Amadnos». El favor que pide no es en manera alguna gravoso, y es un favor de más provecho para el que lo da que para el que lo recibe. Y no dice: «Amadnos», sino: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, expresión que incluye un matiz de compasión. «¿Quién –dice– nos ha echado fuera de vuestra mente? ¿Quién nos ha arrojado de ella? ¿Cuál es la causa de que nos sintamos al estrecho entre vosotros?» Antes había dicho: Vosotros estáis encogidos por dentro, y ahora aclara el sentido de esta expresión, diciendo: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, añadiendo este nuevo motivo para atraérselos. Nada hay, en efecto, que mueva tanto a amar como el pensamiento, por parte de la persona amada, de que aquel que la ama desea en gran manera verse correspondido.

REFLEXIÓN

La correspondencia radica en la matriz maternal que nutre el neonato, amamantando o nutriendo, porque su gesto de amor primo activa miríadas de asociaciones que se centran en la aceptación, la seguridad, y la espera de reciprocidad. Es ella la que junto con los cuidadores de primer momento enseñan a corresponder. Y así el humano sabe desde pronto que amar es interrelación.

Ya os tengo dicho –añade– que os llevo tan en el corazón, que estamos unidos para vida y para muerte. Muy grande es la fuerza de este amor, pues que, a pesar de sus desprecios, desea morir y vivir con ellos. «Porque os llevamos en el corazón, mas no de cualquier modo, sino del modo dicho». Porque puede darse el caso de uno que ame pero rehuya el peligro; no es éste nuestro caso. Me siento lleno de ánimos. ¿De qué ánimos? «De los que vosotros me proporcionáis: porque os habéis enmendado y me habéis consolado así con vuestras obras». Esto es propio del que ama, reprochar la falta de correspondencia a su amor, pero con el temor de excederse en sus reproches y causar tristeza. Por esto, dice: Me siento lleno de ánimos y rebosando de alegría. Es como si dijera: «Me habéis proporcionado una gran tristeza, pero me habéis proporcionado también una gran satisfacción y consuelo, ya que no sólo habéis quitado la causa de mi tristeza, sino que además me habéis llenado de una alegría mayor aún». Y, a continuación, explica cuán grande sea esta alegría, cuando, después que ha dicho: Me siento rebosando de alegría, añade también: En toda esta lucha. «Tan grande –dice– es el placer que me habéis dado, que ni estas tan graves tribulaciones han podido oscurecerlo, sino que su grandeza exuberante ha superado todos los pesares que nos invadían y ha hecho que ni los sintiéramos».

REFLEXIÓN

Y el reconocimiento a los cuidadores, en su diversidad histórica, y en el tiempo de vida, alienta a mayores entregas, que olvidan todo distanciamiento, malentendido, ofensa o rechazo. Un apóstol ama, ciertamente contando con que le amen de vuelta, pero más allá aún, aunque no le amen .