Números 21,4-9
REFLEXIÓN
"¿Por qué nos has sacado de Egipto para
morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin
cuerpo."
La Palabra no esconde sino que refleja los sentimientos y las
quejas de los itinerantes: cansancio, hambre, sed, hastío…
Los salvados por el Señor pueden acceder al reclamo y al
desahogo de la frustración que produce, en algunos momentos, la existencia.
Es indicio del respeto que muestra el Señor por su pueblo, y
la condescendencia de su amor.
Después de dos mil años de cristianismo, la imagen de Dios es
la del Padre de Jesucristo, que tanto amó al mundo que entregó a su hijo.
El Dios castigador, que envía serpientes contra su pueblo
murmurador, y que lo muerde y así muchos mueren, no tiene sentido, como castigo
de Dios, tal como lo hace saber el texto.
Para nosotros hoy esa es la imagen de un Dios represor,
frente al cual no se puede protestar, ni desahogar.
Más adelante en el tiempo, un libro de Job será casi un
manual de quejas, frente a un Dios silente en su majestad y autodeterminación,
que igual de rápido que lo castigó, por provocación del acusador, lo
restaurará, sin mayor explicación.
Jesús también se queja en el huerto de los Olivos: pase de mí
este cáliz… o en la cruz: por qué me has desamparado?.
Pero tal como María y su cuestionamiento al ángel de la anunciación,
en comparación al ángel que avisaba sobre Juan a Zacarías, los reclamos,
cuestionamientos y dudas que se expresan al Señor, son inspirados por diversos
espíritus.
Y así unos son aceptables y otros no.
El Espíritu es el que gime en nosotros dice Pablo, y también
gime la creación por la corrupción de los seres humanos que la tienen sujeta.
Quizás aquí es donde más cerca llegamos a esto de las quejas
ante Dios, por las calamidades que nos sobrevienen.
Hay quejas que ayudan a procesar la propia responsabilidad en
la corrupción, o la propia inocencia.
Hay otras que implican poca fe.
El Señor envió contra el pueblo serpientes
venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas
La imagen de un Dios retaliador llevó a ciertos teólogos
desde antiguo a seccionar y catalogar un Dios bueno y un Dios malo.
Una tentación que está presente siempre si no se resiste el
misterio de Dios, que lo abarca todo.
"Hemos pecado hablando contra el Señor y
contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes."
Pero si no podemos explicar ese misterio, tampoco es
transparente el de la libertad humana.
La Palabra además del reclamo y la queja del itinerante
presenta su conversión, que es como un segundo aire, una reformulación del
problema.
Es como una dialéctica en la que la queja no es sino el
inicio de un proceso de profundización de la fe ante las circunstancias
conflictivas.
quedarán sanos al mirarla
Ni siquiera hay que tocarla, que podría ser un extremo burdo
o inicial de la conversión.
Al irnos convirtiendo a la Palabra y su designio, realizamos
un tránsito de fases y etapas, las cuales no son, necesariamente, ascendentes
siempre. Es posible la regresión.
Salmo responsorial: 101
REFLEXIÓN
que mi grito llegue hasta ti
Porque gritar es lo que nos queda.
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
/ y no desprecie sus peticiones
y los que sirven al designio se deben mover en relación a las
quejas de los indefensos, sin despreciarlos.
Incluso los servidores deben convertirse y dejar sus
prejuicios y etiquetas sociológicas, sicológicas e ideológicas, para reconocer
esas quejas donde se den.
Haz mostrado en circunstancias de la vida que te vuelves, y
no eres impasible ni indiferente. No todas las peticiones hacen que te vuelvas.
Sólo las que mueve tu Espíritu Santo.
Juan 8,21-30
REFLEXIÓN
moriréis por vuestro pecado.
La casta farisea representaba una ideología de supremacía
sobre otros estratos de la población.
No se ha agotado este espíritu clasista. Se infiltra en todos
los grupos humanos hasta el presente.
En esa posición se encuentra larvado un juicio de salvación:
quien piense y sienta como ellos está salvado para siempre. Ya no corre ningún
riesgo en esa salvación.
Jesús de Nazareth, como toda la tradición profética en las
escrituras, atacó esa presunción de salvación basada en una etiqueta. Porque la
salvación es un don del Padre para beneficio de todos, sin etiquetas.
Donde yo voy no podéis venir vosotros
Tal como son o están o se encuentra al momento.
"Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de
allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os
he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy,
moriréis por vuestros pecados."
Jesús como hijo del Padre celestial representa una instancia
sobre toda instancia, que puede juzgar.
Y sin embargo no alienta el prejuicio para favorecer a unos
sobre otros, ni rechaza a unos más que a otros.
Más bien muestra una debilidad por los que están en el fondo
de esa discriminación.
Moriremos por nuestras injusticias e iniquidades, si no
creemos que Jesús es el Señor. Si no creemos vivencial y existencialmente. A lo
largo de nuestro vivir. Desde lo hondo de nuestro corazón. Desde la sintonía
con el Espíritu que nos inspira la fe.
sino que hablo como el Padre me ha enseñado
Con su misterio pascual, llegamos a entender por fe, que Jesús
es el revelador por excelencia del Padre.
yo hago siempre lo que le agrada.
Es la clave del Espíritu, por la que entendemos cómo unas
quejas y lamentos son aceptables y surten que el Señor se vuelva.
Es lo que encontramos en tantos testigos que nos han precedido.
Ellos entendieron que se trataba del agrado al Padre, en su voluntad.
muchos creyeron en él.
Porque
es la única instancia que nos hace capaz de fraternizar, confiados en la
salvación del Padre.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1640685555842273280?s=20
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Números 21,4-9
Escala la queja al mismo Dios. El
castigo más severo de la mordida de la serpiente acarrea la muerte. Nuevamente
la salvación es ofrecida en lo mismo que produjo la muerte, mediante un rito
mágico: mirar una representación de la serpiente. Puede ser un antecedente la cobra
tenida por los egipcios antiguos como portadora de muerte y vida. Mordedura y
cambio de piel.
Salmo responsorial: 101
Ora un sujeto comunitario o individuo
achicado ante Dios, y en base a su vulnerabilidad, esperando conmover a Dios.
No deja de aludir a El como causa de su infortunio, pero confía en que lo
salvará permanentemente
Juan 8,21-30
Buscar
a Jesús y sus palabras después de que haya partido, por parte de los fariseos y
autoridades, no los fundamenta en su importancia sino en la del Padre que lo
envió. Esa trascendencia es la que está en juego para los no creyentes, que
piensan que creen saber quién es Jesús.