lunes, 15 de mayo de 2023

BEATO CARLO


 

Del Tratado de Dídimo de Alejandría, Sobre la Santísima Trinidad
(Libro 2, 12: PG 39, 667-674)
 
EL ESPÍRITU SANTO NOS RENUEVA EN EL BAUTISMO

 

El Espíritu Santo, en cuanto que es Dios, junto con el Padre y el Hijo, nos renueva en el bautismo y nos retorna de nuestro estado deforme a nuestra primitiva hermosura, llenándonos de su gracia, de manera que ya nada nos queda por desear; nos libra del pecado y de la muerte; nos convierte de terrenales, esto es, salidos de la tierra y del polvo, en espirituales; nos hace partícipes de la gloria divina, hijos y herederos de Dios Padre, conformes a la imagen del Hijo, coherederos y hermanos de éste para ser glorificados y reinar con él; en vez de la tierra nos da el cielo y nos abre generosamente las puertas del paraíso, honrándonos más que a los mismos ángeles; y con las aguas sagradas de la piscina bautismal apaga el gran fuego inextinguible del infierno.

 Hay en el hombre un doble nacimiento, uno natural, otro del Espíritu divino. Acerca de uno y otro escribieron los autores sagrados. Yo voy a citar el nombre de cada uno de ellos, así como su doctrina.

 Juan: A cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, dio poder de llegar a ser hijos de Dios, los cuales traen su origen no de la sangre ni del deseo carnal ni de la voluntad del hombre, sino del mismo Dios. Todos los que creen en Cristo, afirma, han recibido el poder de llegar a ser hijos de Dios, esto es, del Espíritu Santo, y de llegar a ser del mismo linaje de Dios. Y, para demostrar que este Dios que nos engendra es el Espíritu Santo, añade estas palabras de Cristo en persona: Te aseguro que el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.

 La piscina bautismal, en efecto, da a luz de manera visible al cuerpo visible de la Iglesia, por el ministerio de los sacerdotes; pero el Espíritu de Dios, invisible a todo ser racional, bautiza espiritualmente en sí mismo y regenera, por ministerio de los ángeles, nuestro cuerpo y nuestra alma.

 Juan el Bautista, en relación con aquella expresión: De agua y de Espíritu, dice, refiriéndose a Cristo: Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Ya que nosotros somos como una vasija de barro, por eso necesitamos en primer lugar ser purificados por el agua, después ser fortalecidos y perfeccionados por el fuego espiritual (Dios, en efecto, es un fuego devorador); y, así, necesitamos del Espíritu Santo para nuestra perfección y renovación, ya que este fuego espiritual es también capaz de regar, y esta agua espiritual es capaz de fundir como el fuego.

domingo, 14 de mayo de 2023

PALABRA COMENTADA

 Domingo 6 de Pascua

Hechos de los apóstoles 8,5-8.14-17



REFLEXIÓN

En aquellos días, Felipe bajo a la ciudad de Samaría y predicaba allí a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacia, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se lleno de alegría.

Un signo de Jesús y sus seguidores: recuperar, recobrar la salud, sanar.

Y en una cultura donde enfermedad y pecado andaban juntos y vinculados, y pecado era distanciamiento de Dios y su santidad, la enfermedad o dolencia de cuanlquier tipo era muy triste, era un estigma, una falla grave de ciudadanía en la teocracia de Israel.

La salud es el bienestar del cuerpo y el alma, la alegría de vivir, trabajar y amar sin cortapisas. Es una existencia abierta y confiada, sin sombras en el horizonte.

La salud que ofrece el Reino proclamado por Jesús y los suyos no era una desmaterialización o espiritualización. Sino una concreta sanidad en este mundo para gustar de él y alabar a Dios, como el anticipo de la gloria del Padre.

Así el Reino no se ofrecía como una puerta de salida sino de entrada en la vida a todo pulmón. Una vida satisfactoria y satisfaciente.

Eso sí: se planteaba como Reino de Dios, dominio de Dios, Dios con nosotros, en nuestro alegre vivir. Él como el centro de nuestro gozo y alegría.

Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo

Algunos movimientos religiosos antiguos y nuevos se esfuerzan por mostrar el avivamiento del Espíritu Santo en la rutina diaria de nuestras vidas.

Muchas veces se quedan en el espectáculo, con más trazas de de autosugestión que otra cosa.

Incurren en la suspicacia de los observadores externos, para quienes debe haber en la vida una mayor consistencia y coherencia en quienes alardean de la posesión del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo no debe ser solo una jerigonza en su nombre y una coreografía cuando se canta en la liturgia.

La plenitud del Espíritu Santo en Jesús de Nazaret significó mucho, mucho más en favor de sus hermanos en el Reino de Dios.

Salmo responsorial: 65



REFLEXIÓN

Venid a ver las obras de Dios

Sobre todo cuando la salud la recupera un enfermo que no tenía esperanza de curación, porque era algo terminal, porque no tenía los medios para lograrlo y así.

1Pedro 3,15-18



REFLEXIÓN

estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere; pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia

Porque no se trata de una competencia para vencer con lógica y derrotar los argumentos del contrario.

Se trata de un testimonio que se acredita por credibilidad y congruencia.

Se trata de una obra del Espíritu, quien persuade los corazones si se le deja.

Se trata de un servicio a la verdad salvífica que habla a la fe, un conocimiento de gracia.

mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal

Porque será así un bien que se hace alejado uno del propio amor, querer e interés.

Padecer en la vida humana no es un absoluto. Está supeditado a la voluntad de Dios. Porque no todo padecimiento es su voluntad, sino una secuela de nuestras decisiones erróneas.

Juan 14,15-21



REFLEXIÓN

Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad

Como el mismo Jesús, que defendía a los suyos de las acechanzas de los adversarios.

Pero su defensa era cualitativamente diferente al Go´El nómadada, sanguinario y vengativo.

Fue un defensor de justicia y paz, sin componendas con la iniquidad.

lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros.

Porque el conocimiento del Señor Jesús viene de dentro, del corazón creyente, acostumbrado a discernir sus caminos.

vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo

Solo el Espíritu Santo es quien puede en las actuales circunstancia, en el nombre del Padre, hacer viviente a Jesús de Nazareth, crucificado y resucitado.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1657707965808254978?s=20

COMPARTIR LA PALABRA

Hechos de los apóstoles 8,5-8.14-17

Felipe el diácono, predica y cura como los apóstoles, pero a los samaritanos, la disidencia de los judíos más antigua porque se origina en la desaparición del Reino del norte, invadido por Asiria hacia el siglo VII a.C. Con todo se requirió la preencia de los apóstoles para confirmar con el Espíritu Santo la iniciación de esos fieles samaritanos.

Salmo responsorial: 65

Un Dios que transforma lo que sea para mostrar su amar a quienes esperan de El: el agua en tierra firme, la muerte en vida perdurable. Esta realidad profunda del amar de Dios arranca nuestra alabanza y acción de gracias, de nuestros corazones.

1Pedro 3,15-18

Padecer por hacer el bien es escandaloso, y hace tropezar la fe. Sin embargo sacude motivaciones menos puras cuando se favorece el necesitado, y ayuda a perseverar en el bien hacer por el amor al seguimiento de Jesús y su Reinado. Inspira una confesión de esperanza que alienta a otros que pueden desfallecer

Juan 14,15-21

Jesús vive entre nosotros su vida Glorificada pero escondida. Esta certeza corre a cargo de su Espíritu Santo que nos defiende, acompaña para no vernos huérfanos, anima a la proyección incansable de su verdadera vida y salvación. Todo depende de la aceptación de su evangelio, de sus mandatos.