jueves, 26 de noviembre de 2020

 

Jueves, XXXIV semana

San Juan Crisóstomo Homilías sobre el evangelio de san Mateo 33,1.2

Mientras somos ovejas, vencemos y superamos a los lobos, aunque nos rodeen en gran número; pero, si nos convertimos en lobos, entonces somos vencidos, porque nos vemos privados de la protección del Pastor. Este, en efecto, no pastorea lobos, sino ovejas, y, por esto, te abandona y se aparta entonces de ti, porque no le dejas mostrar su poder. Es como si dijera: «No os alteréis por el hecho de que os envío en medio de lobos y, al mismo tiempo, os mando que seáis como ovejas y como palomas. Hubiera podido hacer que fuera al revés y enviaros de modo que no tuvierais que sufrir mal alguno ni enfrentaros como ovejas ante lobos, podía haberos hecho más temibles que leones; pero eso no era lo conveniente, porque así vosotros hubierais perdido prestigio y yo la ocasión de manifestar mi poder. Es lo mismo que decía a Pablo: Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad. Así es como yo he determinado que fuera». Al decir: Os mando como ovejas, dice implícitamente: «No desmayéis: yo sé muy bien que de este modo sois invencibles». Pero, además, para que pusieran también ellos algo de su parte y no pensaran que todo había de ser pura gracia y que habían de ser coronados sin mérito propio, añade: Por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas. «Mas, ¿de qué servirá nuestra sagacidad –es como si dijesen– en medio de tantos peligros? ¿Cómo podremos ser sagaces en medio de tantos embates? Por mucha que sea la sagacidad de la oveja, ¿de qué le aprovechará cuando se halle en medio de los lobos, y en tan gran número? Por mucha que sea la sencillez de la paloma, ¿de qué le servirá, acosada por tantos gavilanes?» Ciertamente, la sagacidad y la sencillez no sirven para nada a estos animales irracionales, pero a vosotros os sirven de mucho.



REFLEXIÓN

La física cuántica ha llegado hasta el último bastión de la encriptada materia, haciendo muchos esfuerzos tecnológicos para escudriñar micro y telescópicamente, en un derroche de tenacidad e ingenio, generacionalmente. Se encuentra con un misterio, nuevamente, porque por ahora el estado elemental, es uno doble: corpúsculo y onda. Refraseo de Hamlet con sus dilema ser o no ser. Aquí más bien es ser así y así. Como un patrón, una huella del Misterio Creador que participa a sus criaturas también espirituales: si son ovejas del rebaño deberán ser sagaces y manos, como serpientes y palomas. Todavía tenemos pocos ejemplos de este tipo, incluso entre las ovejas.

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