viernes, 25 de septiembre de 2020

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

San Agustín Sermón sobre los pastores 46,29-30

Cristo apacienta a sus ovejas debidamente, discierne a las que son suyas de las que no lo son. Mis ovejas escuchan mi voz –dice– y me siguen. En estas palabras descubro que todos los buenos pastores se identifican con este único pastor. No es que falten buenos pastores, pero todos son como los miembros del único pastor. Si hubiera muchos pastores, habría división, y, porque aquí se recomienda la unidad, se habla de un único pastor. Si se silencian los diversos pastores y se habla de un único pastor, no es porque el Señor no encontrara a quien encomendar el cuidado de sus ovejas, pues cuando encontró a Pedro las puso bajo su cuidado. Pero incluso en el mismo Pedro el Señor recomendó la unidad. Eran muchos los apóstoles, pero sólo a Pedro se le dice: Apacienta mis ovejas. Dios no quiera que falten nunca buenos pastores, Dios no quiera que lleguemos a vernos faltos de ellos; ojalá no deje el Señor de suscitarlos y consagrarlos. Ciertamente que, si existen buenas ovejas, habrá también buenos pastores, pues de entre las buenas ovejas salen los buenos pastores. Pero hay que decir que todos los buenos pastores son, en realidad, como miembros del único pastor y forman una sola cosa con él. Cuando ellos apacientan, es Cristo quien apacienta. Los amigos del esposo no pretenden hacer oír su propia voz, sino que se complacen en que se oiga la voz del esposo. Por esto, cuando ellos apacientan, es el Señor quien apacienta; aquel Señor que puede decir por esta razón: «Yo mismo apaciento», porque la voz y la caridad de los pastores son la voz y la caridad del mismo Señor. Ésta es la razón por la que quiso que también Pedro, a quien encomendó sus propias ovejas como a un semejante, fuera una sola cosa con él: así pudo entregarle el cuidado de su propio rebaño, siendo Cristo la cabeza y Pedro como el símbolo de la Iglesia que es su cuerpo; de esta manera, fueron dos en una sola carne, a semejanza de lo que son el esposo y la esposa.

COMENTARIO

No obstante la tendencia e inclinación a la diversidad y también a la fragmentación, según muchos un atributo de la riqueza del mundo y la creación, el énfasis y la insistencia en la unidad que transmita la única voz del Pastor JesuCristo se mantiene. El carisma de Pedro es la unidad de todos los pastores en él, y con ellos sus rebaños, pero para mantener única la voz del Pastore Eterno, del Señor Dios Altísimo, del Padre de toda criatura. Es mucha la agitación que surge de los inconformes con la gestión de la unidad del carisma de Pedro, pero debe reconducirse a la unidad, no a la división

jueves, 24 de septiembre de 2020

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 25 de tiempo ordinario

Eclesiastés 1, 2-11

1Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.
2
"Vanidad de vanidades," dice el Predicador, "Vanidad de vanidades, todo es vanidad."
3
¿Qué provecho recibe el hombre de todo el trabajo Con que se afana bajo el sol?
4
Una generación va y otra generación viene, Pero la tierra permanece para siempre.
5
El sol sale y el sol se pone, A su lugar se apresura. De allí vuelve a salir.
6
Soplando hacia el sur, Y girando hacia el norte, Girando y girando va el viento; Y sobre sus giros el viento regresa.
7
Todos los ríos van hacia el mar, Pero el mar no se llena. Al lugar donde los ríos fluyen, Allí vuelven a fluir.
8
Todas las cosas son fatigosas, El hombre no puede expresarlas. No se sacia el ojo de ver, Ni se cansa el oído de oír.
9
Lo que fue, eso será, Y lo que se hizo, eso se hará; No hay nada nuevo bajo el sol.
10
¿Hay algo de que se pueda decir: "Mira, esto es nuevo?" Ya existía en los siglos Que nos precedieron.
11
No hay memoria de las cosas primeras Ni tampoco de las postreras que sucederán; No habrá memoria de ellas Entre los que vendrán después.

COMENTARIO

¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta.

Lo interesante de este discurso, de poco aprecio en nuestra cultura de mercado, competitividad y búsqueda de la realización propia a ultranza, es que haya sido asumido por el Espíritu que inspira la palabra humana para revelarse.

Nuestra amargura después de los esfuerzos empeñados en lograr nuestros sueños, ya que el logro nunca es  tan perfecto como el sueño, es asumida como una expresión de la realidad limitada del ser humano, y la condición de posibilidad del anhelo de Otro que sea un mejor y más perfecto logro.

Todos los ríos caminan al mar, y el mar no se llena; llegados al sitio adonde caminan, desde allí vuelven a caminar

Es interesante que ni el cambio climático, una de las estrellas mediáticas de nuestro tiempo, y que además es nuestra cosecha, ha podido cambiar la tendencia : que los ríos desembocan en el mar.

Por donde veamos a nuestro alrededor, la realidad nos habla de ciclos que se repiten, para volver a hacer lo mismo.

En la resurrección de Jesús se rompe este paradigma circular para abrirse a la novedad de la vida nueva, a la que nos orientamos por esperanza.

nada hay nuevo bajo el sol

Es la cantinela frecuente en nuestros mayores, que no gusta a las generaciones jóvenes, ávidas de protagonizar su propia experiencia y riesgo, pero que pasando el tiempo se acepta gradualmente.

"Mira, esto es nuevo", ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros

Sin memoria histórica individual y colectiva, actuamos como sujetos que padecen alzheimer: con olvidos que hacen peligrar la existencia.

Salmo responsorial: 89

COMENTARIO

Tú reduces el hombre a polvo

Al general romano victorioso que entraba en Roma en su marcha triunfal, un ayudante se le acercaba con un mechero en el que ardía una estopa, rápidamente reducida a cenizas, mientras se le recordaba que así de breve era la gloria del mundo.

Así es la expresión “acuérdate hombre que eres polvo” en la liturgia del miércoles de ceniza. Nos recuerda nuestra fugacidad para frenar la soberbia de nuestro existir autosuficiente.

Enséñanos a calcular nuestros años, / para que adquiramos un corazón sensato

No los años que nos faltan, para saber hasta donde seguir en placeres y ambiciones, sino la brevedad de nuestros años, no obstante que sumen decenas y hasta un centenar.

Lucas 9,7-9

7Herodes (Antipas) el tetrarca (de Galilea) se enteró de todo lo que estaba pasando, y estaba muy perplejo, porque algunos decían que Juan había resucitado de entre los muertos, 8otros, que Elías había aparecido, y otros, que algún profeta de los antiguos había resucitado. 9Entonces Herodes (Antipas) dijo: "A Juan yo lo hice decapitar; ¿quién es, entonces, Este de quien oigo tales cosas?" Y procuraba ver a Jesús.

COMENTARIO

unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas

¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?

Jesús encarnaba todo eso y más, porque en él la palabra pronunciada desde siempre cobraba vida y actuaba soberanamente.

Jesús suscitó una expectativa de la cual solo los evangelios dan testimonio.

Podría ser que en ellos se plasmara el engrandecimiento que las comunidades primeras cristianas iban haciendo de su maestro.

Y que en la realidad Jesús no hubiera tenido tanta fama real como se decía.

Sin embargo el mensaje más que hablar de la fama de Jesús nos deja ante una Palabra que aporta una novedad en la vida de los creyentes y seguidores de Jesús: es alguien trascendental, significativo, mesías.

Aunque no es el titular de los medios de comunicación de nuestro tiempo, muchos son los que van encontrando día a día esta verdad para sus existencias: Jesús es un mesías, un elegido para un designio, un plan, una novedad que el mismo llamó reino.

Cuán involucrados nos vemos en esta novedad?

Y tenía ganas de ver a Jesús.

El enigma de Jesús, paradójicamente en su indefensión como los anteriores profetas, hacía preocuparse a los poderosos, porque sus conciencias en ruina resurgían con culpas antiguas.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1309089288169160705?s=20