lunes, 24 de mayo de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Lunes, VIII semana
San Gregorio Magno Tratados morales sobre Job 3,15-16



 El apóstol Pablo, considerando en sí mismo las riquezas de la sabiduría interior y viendo al mismo tiempo que en lo exterior no es más que un cuerpo corruptible, dice: Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro. En el bienaventurado Job, la vasija de barro experimenta exteriormente las desgarraduras de sus úlceras, pero el tesoro interior permanece intacto. En lo exterior crujen sus heridas, pero del tesoro de sabiduría que nace sin cesar en su interior emanan estas palabras llenas de santas enseñanzas: Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males? Entendiendo por bienes los dones de Dios, tanto temporales como eternos, y por males las calamidades presentes acerca de las cuales dice el Señor por boca del profeta: Yo soy el Señor, y no hay otro; artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz, creador de la desgracia. Artífice de la luz, creador de las tinieblas, porque, cuando por las calamidades exteriores son creadas las tinieblas del sufrimiento, en lo interior se enciende la luz del conocimiento espiritual. Autor de la paz, creador de la desgracia, porque precisamente entonces se nos devuelve la paz con Dios, cuando las cosas creadas, que son buenas en sí, pero que no siempre son rectamente deseadas, se nos convierten en calamidades y causa de desgracia.

REFLEXIÓN

Digamos que es una forma de consolarse, pensar así, pero no deja de ser una especulación de buena fe, para aplacar nuestro derrotismo y depresión, por la frustración que nos acarrean las cosas que nos salen mal. No parece conveniente endilgar a Dios los efectos de un purgante que nos libera de las toxinas, pero sabe mal.

Las cosas salen mal, y a veces se acumulan dolorosa y trágicamente. Dios no las instituye ni promueve. Hay cantidad de efectos secundarios en las redes de vida en las que estamos enlazados, y no es raro afectarse por algo que sale mal en base a la decisión propio o de otros, aun sin mala voluntad.

Eso sí, Job nos enseña a leer humildemente desde la providencia de Dios, para acatar el misterio de su libertad y la nuestra. Pero con dignidad de hijos, no como esclavos o irracionales. Lo que no deviene mal puede ser el bien de otros, que lo deseaban con justicia retardada.

No sabemos cómo y a quién favorece que yo me duela hoy, como voluntad de hacer crecer hacia él, de parte del Señor.

Por el pecado perdemos la unión con Dios; es justo, por tanto, que volvamos a la paz con él a través de las calamidades; de este modo, cuando cualquier cosa creada, buena en sí misma, se nos convierte en causa de sufrimiento, ello nos sirve de corrección, para que volvamos humildemente al autor de la paz.

REFLEXIÓN

Mas bien, el deseo indeclinable de estar bien, nos urge a partir de la desgracia hacia Él, único bueno, para reconciliarnos con su bondad, más allá de cualquier distorsión en nuestra comunicación.

Pero, en estas palabras de Job, con las que responde a las imprecaciones de su esposa, debemos considerar principalmente lo llenas que están de buen sentido. Dice, en efecto: Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males? Es un gran consuelo en medio de la tribulación acordarnos, cuando llega la adversidad, de los dones recibidos de nuestro Creador. Si acude en seguida a nuestra mente el recuerdo reconfortante de los dones divinos, no nos dejaremos doblegar por el dolor. Por esto, dice la Escritura: En el día dichoso no te olvides de la desgracia, en el día desgraciado no te olvides de la dicha. En efecto, aquel que en el tiempo de los favores se olvida del temor de la calamidad cae en la arrogancia por su actual satisfacción. Y el que en el tiempo de la calamidad no se consuela con el recuerdo de los favores recibidos es llevado a la más completa desesperación por su estado mental. Hay que juntar, pues, lo uno y lo otro, para que se apoyen mutuamente; así, el recuerdo de los favores templará el sufrimiento de la calamidad, y la previsión y temor de la calamidad moderará la alegría de los favores. Por esto, aquel santo varón, en medio de los sufrimientos causados por sus calamidades, calmaba su mente angustiada por tantas heridas con el recuerdo de los favores pasados, diciendo: Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?

REFLEXIÓN

Esta postura y actitud espiritual desanima la depresión que nos inunda en malos momentos, hasta la memoria agradecida de los bienes recibidos. Ellos son los garantes y testigos innumerables en su número, que testimonian que hemos sido amados y bendecidos, y lo seguimos siendo, no obstante la oscuridad presente

domingo, 23 de mayo de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Pentecostés

Hechos de los apóstoles 2,1-11



REFLEXIÓN

cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua

Se inaugura la nueva creación haciendo la unidad de la diversidad en Dios.

Los proyectos humanos de unidad chocan frecuente y constantemente con la división y la incomunicación.

No es señal para abandonar el esfuerzo, pero es señal de hacerle espacio al Espíritu Santo, para que nuestros esfuerzos por la unidad den frutos que permanezcan.

El esfuerzo por la unidad debe darse en todo ámbito humano, entre ellos las religiones y creencias.

Pero sin el aporte que cada familia ofrezca, en tolerancia y comprensión de la diversidad, el crecimiento en la dirección de la unidad, por parte del mundo, se dificultará.

Porque la unidad y la paz que nos dona el Señor con su Espíritu es don y tarea.

En el contexto de la fiesta judía de Pentecostés que entraña varios significados: primicias de la cosecha, conmemoración de la alianza, libertad de la esclavitud y deudas, ocurre la celebración de los seguidores de Jesús.

En ella según Lucas son reforzados, confirmados y pasan del miedo a la misión.

En ella también esa misión se expresa para muchos más allá de Jerusalén y en lenguas varias, que permiten adherirse al gozo del Señor y dar gracias por sus maravillas.

Las lenguas no son como ahora en ciertos grupos carismáticos, expresión exótica de la posesión del Espíritu, lo cual da que pensar más bien en un dudoso egocentrismo y vanagloria.

Sino una expresión comprensible por las gentes del universo, que invita a la alabanza del Señor Padre de Jesucristo.

Salmo responsorial: 103



REFLEXIÓN

 

¡Dios mío, qué grande eres!

La vivencia del Espíritu resuena en la conciencia como un grito que expresa un descubrimiento: el Señor es Grande.

Él es lo más grande de lo más grande. Es su Trascendencia: el totalmente otro, el magis o más ignaciano que moviliza nuestra energía creativa para colaborarle en la construcción del reino.

Oportunamente confirmas la esperanza que has hecho nacer en nosotros sobre tu intervención portentosa. Porque de lo sencillo y humilde haces brotar la salvación.

envías tu aliento, y los creas, y repueblas la faz de la tierra

Hemos de reconocer que necesitamos el aliento creativo constante del Señor para  seguir construyendo una ciudad nueva, un nuevo cielo y una nueva tierra, que serán tu don más allá de nuestros esfuerzos, pero con nuestros esfuerzos.

1Corintios 12,3b-7.12-13



REFLEXIÓN

 

Nadie puede decir "Jesús es Señor", si no es bajo la acción del Espíritu Santo

La Palabra en Pablo afirma la dominancia absoluta del Espíritu en nuestra identidad cristiana, no obstante nuestra experiencia de autonomía.

La dificultad para concebir esta relación depende del modelo que se elija para entenderla.

Un modelo apto es la sinergia de las fuerzas provenientes de origen diverso, que tampoco es nuestro caso. Porque el origen de la fuerza espiritual que pasa por nosotros es el mismo Dios que envía su Espíritu-fuerza.

Sólo que ambas se dan a niveles e intensidades asimétricas.

En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común

Por tanto resulta destructivo, para nuestra obra de asociación con el Espíritu, alzarnos posesivamente con los dones y carismas que se nos han delegado, para bien de los hermanos y hermanas.

Los dones del Espíritu, por glamorosos que se vean, son para construir fraternidad y sororidad.

judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todo hemos bebido de un solo Espíritu

Nuestra eucaristía en nombre de Jesús de Nazareth es la oportunidad de beber la copa de su Espíritu Santo y prolongar la unidad en la Babel del mundo.

Juan 20,19-23



REFLEXIÓN

 

con las puertas cerradas por miedo a los judíos

Nuestro proceso de liberación inicia con el reconocimiento de nuestro miedo irracional y hasta racional a las fuerzas del anti-reino.

Es importante reconocer el miedo que nos penetra antes los males y el sitio del maligno.

entró Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros."

La experiencia espiritual integral que nos trae el Espíritu de Jesús de Nazareth resucitado es la Paz, la pacificación.

No elimina el miedo sino que ayuda a enfrentarlo

les enseñó las manos y el costado

Se establece una comunicación simbiótica entre la cruz de Jesús y la nuestra, para que no quede duda de nuestra verdadera necesidad de salvación.

Les comunicó su identidad. Por eso dice Pablo que él predica solamente a Jesús crucificado resucitado.

se llenaron de alegría al ver al Señor

Y se comienzan a dar los signos que nos van convenciendo que nuestro caminar es el del Espíritu del Señor Jesús.

Ya no estaban solos ni al garete. Tenían de nuevo a su protector.

Como el Padre me ha enviado, así también os envió yo

El proceso no ha terminado. Hay una misión, un envío, una alegría de salvación y liberación que debe ser comunicada.

exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos."

Esta misión es de perdón de los pecados para pacificar y unir la babel del anti-reino.

No se trata de un perdón restringido y tacaño disponible sólo desde confesionarios o con penitencia tarifada.

Es un perdón democrático, al alcance de todos y todas sin distinción, porque la nueva humanidad posee el don de la regeneración, de unos y unas, con otros y otras.

Jesús resucitado comunica el Espíritu como la hace el Padre, porque ambos son uno.

Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos

Es su don, su legado, su herencia, la actividad que mostrará su presencia: la comunidad apostólica queda en posesión del perdón de los pecados.

Quien dice perdón dice regeneración, nueva creación, volver a confiar entre nosotros, más allá del daño que hacemos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1396426627798683649?s=20