domingo, 6 de junio de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

El santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, jueves después de la Santísima Trinidad, solemnidad

Santo Tomás de Aquino Opúsculo 57, en la fiesta del Cuerpo de Cristo 1-4

El Hijo único de Dios, queriendo hacernos partícipe de su divinidad, tomó nuestra naturaleza, a fin de que hecho hombre, divinizase a los hombres. Además, entregó por nuestra salvación todo cuan tomó de nosotros. Porque, por nuestra reconciliación ofreció, sobre el altar de la cruz, su cuerpo como víctima a Dios, su Padre, y derramó su sangre como precio de nuestra libertad y como baño sagrado que nos lava, para que fuésemos liberados de una miserable esclavitud y purificados de todos nuestros pecados. Pero, a fin de que guardásemos por siempre jamás en nosotros la memoria de tan gran beneficio, dejó a los fieles, bajo la apariencia de pan y de vino, su cuerpo, para que fuese nuestro alimento, y su sangre, para que fuese nuestra bebida

REFLEXIÓN

Aplicar la etiqueta “víctima” no es ya un título inadecuado a alguien como Jesús de Nazareth, quien se ofreció en la cruz al Padre como chivo expiatoria, siervo de Yahveh, por muchos pecadores. Las víctimas de diferentes crímenes son hoy los justos, los pobres, los oprimidos, los indignos de antaño. Su visibilidad se ha venido intensificando desde el Holocausto anti semita, el apartheid de los negros, el genocidio de los amerindios, la discriminación, los abusos y violaciones sexuales a niños y mujeres. Y la eucaristía memorial, memoria inagotable a cargo del Espíritu Santo del Señor Jesús, pondrá en estos tiempos sobre el altar los memoriales de víctimas dispersas por todo el planeta, sean pueblos o sean individuos.

 

sábado, 5 de junio de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 9 de tiempo ordinario

Año Impar

Tobías 12,1.5-15.20



REFLEXIÓN

Manifestad a todos las obras del Señor como él se merece, y no seáis negligentes en darle gracias

En nuestra generación impactan las encuestas que otorgan al ateísmo confeso un lugar progresivamente en crecimiento.

Aunque no se llegue hasta eso muchos, pero muchos, en estos tiempos de la depresión en auge, son los que miran el mundo y la realidad más como un vaso medio vacío, que a medio llenar.

La sabiduría de la Palabra, sin embargo, no invita a dar gracias al Señor, y reconocer su intervención favorable y salvífica. Porque haciendo eso, los creyentes gozamos de buena salud espiritual, manifestada en la esperanza de hacer vida la bendición inicial de la Creación: Y vio que todo era bueno.

Más hacer hacer limosnas que atesorar dinero. La limosna libra de la muerte y expía el pecado. Los que hacen limosna se saciarán de vida. Los pecadores y los malhechores son enemigos de sí mismos

Se nos da una clave para el gozo y serenidad de la conciencia: la limosna. Porque dar gracias por lo bueno conlleva compartirlo. Dar gracias y dar limosna, pertenecen a la misma dinámica de la relación con el Señor.

La limosna se ha menospreciado porque como todo lo que hacemos, es susceptible de erosión y caricatura. Así, no son pocos los que miran la misma como una droga tranquilizadora de la conciencia, ante los grandes desafíos de la iniquidad estructural.

Sin embargo, la limosna como gesto de solidaridad, no tiene porque pertenecer a esa perversión.

Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están al servicio de Dios y tienen acceso ante el Señor de la gloria

La inclusión de seres intermediarios entre la divinidad altísima y los humanos terrenales es un motivo cultural, fuera de Israel, patria de la Palabra de Dios.

Cuando ésta lo asume no implica necesariamente un intermediario. Sino que más bien purga este sentido en favor de una cercanía de la presencia amistosa y favorable del Señor innombrable.

Sin embargo son muchos los que se dedican al culto de los ángeles, y hasta se pone de moda en nuestros tiempos.

Como todo recurso de la vida espiritual, hay que someterlo al discernimiento, para que al principio, medio y fin del proceso del pensamiento, todo sea bueno, justo y con amor de ágape.

Interleccional: Tobías 13,2-8



REFLEXIÓN

Él azota y se compadece, / hunde hasta el abismo y saca de él, / y no hay quien escape de su mano

Hasta Jesús de Nazareth y sus seguidores, no se reafirma y confirma, con la vivencia de la resurrección, que el Señor Altísimo como Padre, es el único bueno pero libérrimo. De este misterio o enigma somos partícipes como hijos.

Por lo tanto no es exacto figurárselo como un caprichoso hacedor de todo, que impredeciblemente nos somete a aflicciones para luego cuando estamos a punto de desaparecer, devolvernos la alegría de la salvación.

Su testigo, Jesús de Nazareth, puso la carne en el asador de la cruz a favor del misterio de bondad del Padre.

Por lo tanto los males e injusticias en el mundo, innegables e inexcusables, no son pruebas de una deficiente divinidad, y argumentos de su negación, sino el clamor del Padre bueno, atestiguado por Jesús de Nazareth, para que no durmamos en paz si nos olvidamos de la solidaridad y la justicia.

Yo le doy gracias en mi cautiverio, / anuncio su grandeza y su poder / a un pueblo pecador

Es como parte del testimonio de Jesús de Nazareth, quien en su agonía dio gracias, no obstante su dolor.

La carta a los hebreos nos dice que aprendió obediencia en esa coyuntura, no en el sentido de quien se denigra sino como el que asume proactivamente la mente del que ordena y se goza con su visión, más allá del propio dolor.

El dolor de la pérdida y el sufrimiento pueden actuar como una invitación del Amor Increado a ascender a su comunión para participar de su Designio sobre el mundo.

Marcos 12,38-44



REFLEXIÓN

"¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa."

La utilización de la suma vulnerabilidad de la persona como es la conciencia que se entrega a alguien de confianza con la esperanza de salvación, la condena Jesús.

Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero

Jesús un hombre analítico en busca de los hechos reales que configuren la significatividad de la Palabra que revela el designio del Padre.

muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.

Pero los hechos para hacerse significativos deben analizarse con criterio, que es el aporte de la Palabra para nuestra comprensión.

Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir

Así es la limosna que no degenera en caricatura, sino que hace presente la solidaridad genuina.

Muchas veces los creyentes de una confesión religiosa hacen mofa de otros que practican el diezmo, porque se ha prestado al enriquecimiento de los dignatarios y compromete bienes que pertenecen a los herederos en las familias.

Como toda realidad histórica la práctica del diezmo puede pervertirse y ser mal usada. Pero muchos que la practican, aun fuera de la propia confesión o grupo, dan testimonio de una verdadera entrega en la limosna, porque dan de lo que necesitan para vivir.

Más bien los que no lo practicamos podemos estarnos defendiendo de la interpelación que  nos ofrece tal testimonio para urgirnos a dar limosna de corazón.

Este es el Dios juez y Padre de Jesús: el que salva el amor humano capaza de despojarse de sí mismo para darse a Él.

El pobre y la pobre amados por el Señor, en toda la gama de sus expresiones son los que viven su carencia en tal forma que ganan libertad de entrega al Señor y los hermanos.

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