jueves, 26 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

JUEVES 21 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

 

1Tesalonicenses 3,7-13



REFLEXIÓN

 

vosotros, con vuestra fe, nos animáis;

 

Sucede con la gente que vemos creer en privado y en público. Nos edifican, nos reconstruyen. Nos animan. Es respetable la fe de las muchedumbres que vitorean el Papa, a pesar de las críticas de dentro y de fuera.

 

nos allanen el camino para ir a veros

 

En la oración apostólica y cualquier otra, se aguza la visión de las circunstancias para hallar

 

43


al Señor providente, allanando las vías y proceder adelante en su nombre.

 

Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos.

 

Un amor genuino lleva a compartir, no a dividir, ni a preferir a unos sobre otros.

 

Salmo responsorial: 89



REFLEXIÓN

 

Mil años en tu presencia / son un ayer, que pasó; / una vela nocturna

 

Nuestra medida del tiempo no tiene que ver con la eternidad. Pero se siente muy lenta, a veces, en la espera.

 

Mateo 24,42-51



REFLEXIÓN

 

Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor

 

Es una recomendación para nuestro itinerario: permanecer velando, mantenerse alerta, no dormirse.

 

Un sentido de esta buscada ignorancia puede ser la sinceridad del buen obrar.

 

El Señor nos pide que actuemos de corazón, no con fingimiento.

 

 

 

 

44


Si supiéramos cuándo viene el Señor no seríamos todo lo honestos que debemos para hacer el bien, porque calcularíamos la bondad según que el Señor nos vea o no.

 

Por eso nuestra vida consiste en llevarlo en lo profundo, considerando por fe que siempre estamos en su presencia, y que seguimos su voluntad por Él, no por premios o castigos.

 

Obremos lo contrario de los empleados visitados por usuarios, que ocultamente son inspectores, para sorprender cualquier falla en su ejecución o atención a los demás usuarios. Ellos se "portan bien” por si acaso son vigilados.

 

Una sociedad configurada por la falta de credibilidad en la honradez de sus miembros, multiplica los medios de vigilancia, humanos e instrumentales, pero con ese método no asegura su buena voluntad.

 

si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa

 

Es correcto. Aun a pesar de nuestros modernos sistemas de vigilancia y seguridad, no sabemos

 

45


el día y la hora en que nos puede sorprender un ladrón.

 

Aunque monitoreemos satelitalmente la tromba marina que se transforma en huracán, no sabemos a ciencia cierta el lugar exacto en el que tocará tierra, para prevenir mejor el daño.

 

Todavía hay eventos que escapan a nuestra predicción y localización y nos mantienen vigilantes para no dejarnos sorprender.

 

Es una actitud, la de la fe, que se yergue como centinela haciendo vela, para detectar al enemigo.

 

Porque éste no descansa: ni el interno ni el externo.

 

Ignacio fue el maestro del discernimiento, del examen, del alerta que escruta la construcción de la fe, para que no sea saboteada, ni erosionada por falta de vigilancia.

 

estad también vosotros preparados

 

La madurez de la fe consiste en la autonomía moral. Para los creyentes no se trata de un absoluto de la

 

46


norma o de la ley o del orden, o de la autoridad introyectada. Esto acaba por no funcionar, porque el miedo y la culpa no sirven para siempre.

 

Se trata del amor agradecido y cooperador del creyente, que hace todo en nombre de una amistad eterna, que nunca terminará, y que es progresiva, en el absoluto de su unión.

 

a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre

 

Lo cual puede significar en este dicho de Jesús: el que les habla, o el juez del último día.

 

Un dicho que alimentó la vigilancia ansiosa y expectante de las primeras generaciones de comunidades cristianas. Sólo que con el pasar del tiempo la vigilancia en algunos se descuidó.

 

Quizás porque esa venida está siendo todos los días, como un proceso hasta que se cierre finalmente la historia. Si es que algún día se cierra.

 

 

 

 

47


¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichosos ese criado si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así.

 

Un criado que sirve hasta el final es el paradigma de un fiel vigilante. Porque la alerta se debe dar como fidelidad en el servicio. No se alaba el vigilante refugiado en un templo, en adoración perpetua. Sino en servicio constante.

 

Porque en eso consistirá nuestro mérito para el juicio: en nuestro servicio de salvación.

 

La educación en todas sus manifestaciones y ámbitos se esfuerza, de acuerdo a su visión de extraer lo mejor de todos y todas, por constituir sujetos autónomos, responsables, involucrados y comprometidos con el buen obrar en alerta para no sucumbir.

 

Es una competencia genérica: la capacidad de comportarse como vigilantes de los procesos que forman personas de calidad.

 

Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes

 

 

48


Quien es así de responsable, será capaz de recibir misiones más complejas.

 

como se merecen los hipócritas

 

Servirse y maltratar en vez de servir, porque nadie nos hace nada ni se da cuenta es hipocresía.

 

Hacer de nuestra capa un sayo, sin cuidar la fraternidad porque no se nos vigila es hipocresía.

 

La convicción en el servicio que brota de dentro es lo que se aprecia.

 

Los que no están a la altura de su misión, debieron servir con un estilo propio y defraudaron.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1430855958159364099?s=20

BEATO CARLO

BEATO CARLO


Le hacen nuevos estudios y al día siguiente cuando vamos a retirarlos sale la médica con una sonrisa y nos dice que es un milagro porque era como si nunca hubiera tenido la enfermedad. Hoy vinimos a dar gracias por esa intercesión porque mi hijo tiene que hacer una vida normal como cualquier chico con los cuidados necesarios"
, agregó Carlos
 
De las instrucciones de san Columbano, abad
(Instrucción 13, Sobre Cristo, fuente de vida, 2-3: Opera, Dublín 1957, pp. 118-120)

TÚ, SEÑOR, ERES TODO LO NUESTRO

Hermanos, seamos fieles a nuestra vocación. A través de ella nos llama a la fuente de
la vida aquel que es la vida misma, que es fuente de agua viva y fuente de vida eterna,
fuente de luz y fuente de resplandor, ya que de él procede todo esto: sabiduría y vida, luz
eterna. El autor de la vida es fuente de vida, el creador de la luz es fuente de resplandor.
Por eso, dejando a un lado lo visible y prescindiendo de las cosas de este mundo,
busquemos en lo más alto del cielo la fuente de la luz, la fuente de la vida, la fuente de
agua viva, como si fuéramos peces inteligentes y que saben discurrir; allí podremos beber
el agua viva que salta hasta la vida eterna.
Dios misericordioso, piadoso Señor, haznos dignos de llegar a esa fuente. En ella podré
beber también yo, con los que tienen sed de ti, un caudal vivo de la fuente viva de agua
viva. Si llegara a deleitarme con la abundancia de su dulzura, lograría levantar siempre mi
espíritu para agarrarme a ella y podría decir: "¡Qué grata resulta una fuente de agua viva
de la que siempre mana agua que salta hasta la vida eterna!"
Señor, tú mismo eres esa fuente que hemos de anhelar cada vez más, aunque no
cesemos de beber de ella. Cristo Señor, danos siempre esa agua, para que haya también
en nosotros un surtidor de agua viva que salta hasta la vida eterna. Es verdad que pido
grandes cosas, ¿quién lo puede ignorar? Pero tú eres el rey de la gloria y sabes dar cosas
excelentes, y tus promesas son magníficas. No hay ser que te aventaje. Y te diste a
nosotros. Y te diste por nosotros.
Por eso, te pedimos que vayamos ahondando en el conocimiento de lo que tiene que
constituir nuestro amor. No pedimos que nos des cosa distinta de ti. Porque tú eres todo lo
nuestro: nuestra vida, nuestra luz, nuestra salvación, nuestro alimento, nuestra bebida,
nuestro Dios. Infunde en nuestros corazones, Jesús querido, el soplo de tu Espíritu e
inflama nuestras almas en tu amor, de modo que cada uno de nosotros pueda decir con
verdad: "Muéstrame al amado de mi alma, porque estoy herido de amor".
Que no falten en mí esas heridas, Señor. Dichosa el alma que está así herida de amor.
Ésa va en busca de la fuente. Ésa va a beber. Y, por más que bebe, siempre tiene sed.
Siempre sorbe con ansia, porque siempre bebe con sed. Y, así, siempre va buscando con
amor, porque halla la salud en las mismas heridas. Que se digne dejar impresas en lo más
íntimo de nuestras almas esas saludables heridas el compasivo y bienhechor médico de
nuestras almas, nuestro Dios y Señor Jesucristo, que es uno con el Padre y el Espíritu
Santo por los siglos de los siglos. Amén.