Lunes 1 de Adviento
Isaías 2,1-5
REFLEXIÓN
Visión(חָזָה chazah)
Ver,
contemplar, mentalmente percibir la palabra(dabar).
La
mención de estos fenómenos en los textos proféticos de la Palabra se antojan
como extraordinarios y lo son, pero no en el sentido del portento espectacular,
sino en el sentido de la presencia activa del Señor en la historia cotidiana y
ordinaria, que puede ser constatada por el creyente, si se aplica.
Visión de Isaías
Se
escucha en el presente, se tiene visiones del futuro y se hace memoria del
pasado.
Es así
como vive la Palabra el pueblo de Dios.
El
pasado es para dar gracias por la intervención liberadora del Señor por medio
del memorial.
El
presente es para obedecer hoy la Palabra por medio de la fe.
El
futuro es para esperar la convivencia con la Palabra para siempre tras su
victoria final.
He aquí
el sentido de la existencia: acción de gracias, obediencia de fe y esperanza de
reinar en comunión con el Señor.
Por
Jesucristo hemos sido instalados en el inicio del la última fase: el futuro,
porque ya el reina a la derecha del Padre.
Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos
numerosos
En los
actuales tiempos que vivimos se ha popularizado el enfoque que presta a las
diferentes religiones y creencias su propia autonomía de salvación.
Según
esto todo credo aun primitivo salva, y no hay necesidad de convertirse a otra
religión.
Cae por
lo tanto la función misionera que busca predicar el mensaje único. Cae toda
pretensión mesiánica. Cae cualquier actividad proselitista.
Quizá el
enfoque judeocristiano y el pluralista puedan encontrarse al final en el monte
del señor, cuando Él reine plenamente y a la luz plena del día de la vida
permanente. Quizá entonces se descubra que la fuerza que atrajo toda creencia y
todo credo plural hacia un punto de reunión es la fueza de Jesús que ha atraído
todo hacia el Padre.
Al menos
así lo creemos los seguidores de Jesús de Nazareth.
Salmo responsorial: 121
REFLEXIÓN
Ya están pisando nuestros pies / tus umbrales, Jerusalén.
Si
queremos, nos trasladamos a un espacio en ningún lado. Más bien un
tras-no-lado.
Un viaje
a la profundidad, no necesariamente dentro de la intimidad de mi persona, pero
también en la exterioridad de ella como visión-audición alternativa.
La fe
permite el acceso a dimensiones de la realidad, que no son las comunes, usuales
y obvias.
Esta
incursión aunque suena, no es una patología mental, porque no desquicia de la
realidad corriente sino que la asume con responsabilidad.
"Vivan seguros los que te aman, / haya paz dentro de
tus muros, / seguridad en tus palacios."
Los
tesoros de la convivencia final con la Palabra serán paz y seguridad en el amor
del Señor.
Saldremos
así de la precariedad e inestabilidad presente en donde siempre nos acecha el
temor de perderlas.
Mateo 8,5-11
REFLEXIÓN
un centurión se le acercó rogándole
Un
gentil que se acerca a Jesús de Nazaret y en esta acción se puede ver el
acercamiento de los gentiles a la Casa del Señor mesiánica del profeta Isaías.
En la
cotidianidad y ordinariez de un encuentro en el que se le pide un favor a un
hombre con fama de taumaturgo, la comunidad enseñada por el Espíritu tiene la
visión que tuvo Isaías en su momento: la Casa del Señor visitada por otros
pueblos para obtener justicia.
"Señor, tengo en casa un criado que está en cama
paralítico y sufre mucho
no he encontrado en nadie tanta fe.
Esta fe
admirada por Jesús, pudo tomarla la comunidad como una muestra del desbordarse
el seguimiento de Jesús más allá de los judíos hacia los gentiles.
Pero
también pudo Jesús alabar esta fe por estar nutrida por una compasión llamativa
del centurión hacia un servidor suyo, lo cual parece una rareza cultural,
porque los siervos eran tenidos como menos que personas, objetos de los que se
disponía.
Hacerse
cargo del sufrimiento de su siervo supone una calidad humana notable para un
gentil y preocuparse encima por buscarle cura, aun con alguien de otra cultura
en cierto modo inferior, era una muestra de amor y humildad fuera de serie.
Todo un
paradigma de cristiano gentil, en quien se observa la transformación que opera
el evangelio en quien se convierte.
Además
es consolador recibir la buena nueva de Jesús en el sentido de la cercanía que
tienen a él quienes se compadecen de sus semejantes, aunque sean inferiores en
casta, y pertenezcan a otras etnias no cristianas, pero en esas entrañas
abiertas al dolor muestran una fe solidaria ya cristiana.
"Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie
tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con
Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos."
El dicho
atribuído a Jesús confluye en el sentido anterior y lo certifica: desde su
respectiva creencia y credo, toda persona es capaz de una fe salvífica, que lo
potencia para lograr un sentido de logro en la existencia.
Porlo
tanto nuestra labor misionera consiste en un testimonio de significatividad y
sentido tal, que atraiga a otros a vivir nuestro credo o revivir el suyo
propio.
Por lo
tanto la predicación sin cierta densidad en la congruencia de vida, es estéril.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1465274639282802694?s=20
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Isaías 2,1-5
La admiración de Jesús por la fe verdadera capaz de admiración en donde ella se de, es la profecía cumplida de Isaías
Salmo responsorial: 121
Desear la paz a Jerusalén o la paz de Jerusalén es la bendición incorporada a una sitio eminencial en Revelación Divina, abierta a la fe que se admira de las oportunidades inéditas de conversión, de fe en fe. Quien es capaz de ello, se sitúa como auténtico ciudadano jerosolimitano, y no un mero peregrino que sale igual que entró.
Mateo 8,5-11
Jesús se admira de la fe en él por parte del Centurión, y comunica su admiración a otros, para que se socialice su admiración, para que se aprenda una lección: mantenerse abierto a la fe que surge de quien menos se piensa porque no pertenece a la propia religión o grupo. Como una parábola en movimiento resulta la situación de la ciudad de Jerusalén, ciudad de fe o para la fe. Porque llegan peregrinos con fe de muchas partes, y en la experiencia de los lugares santos salen posiblemente con otra fe o la misma, sin ningún aprendizaje. Sin ninguna admiración. Porque también hay allí otros de otra fe y se comportan con fraternidad y abiertos a credos diferentes. Pero también hay los reacios, rebeldes e incluso agresivos. En ellos hay posibilidad de admirar la fe de los creyentes y convertirse, o lo contrario. Escandalizarse y salirse. Se trata de un ofrecimiento gratuito que requiere un reconocimiento de corazón, que supera divisiones.