Viernes 3 de Pascua
Hechos 9,1-20
REFLEXIÓN
Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los
discípulos del Señor
En el
camino de oposición al designio del Señor que pasa por el Reino de Dios,
realizado en el misterio pascual de Jesús de Nazareth, se encuentra gente
convencida de su buena fe y del servicio a la causa de Dios que han emprendido.
Por eso
tiene sentido la oración de Jesús y luego de Esteban su seguidor: no le tengas
en cuenta ese pecado. No saben lo que están haciendo. Porque su ímpetu debía
estar mejor encaminado.
autorizándolo a traerse presos a Jerusalén a todos los que
seguían el nuevo camino, hombres y mujeres
La
complicidad de Pablo con la persecución de la comunidad era absoluta y radical.
Él pasaría por un extremista o fundamentalista, que apela a la fuerza para
retener a los que creen distinto a la ortodoxia.
Una
comunidad como la nuestra en pos de Jesús de Nazareth viviente, nunca debió
hacerse cómplice de ninguna persecución, de las que se han desarrollado a lo
largo de la historia posterior.
Ha sido
de los peores testimonios de adhesión a la fe cristiana, y ha debido producir y
multiplicar el rechazo, la denuncia y el escándalo para la fe en el Designio
del Padre en su hijo.
Así el
peligro y la acechanza para los seguidores de Jesús está servida.
Ayer y
hoy, quien emprenda el itinerario del nuevo camino será acechado, acosado,
atacado en alguna forma, con el fin de que abandone el seguimiento.
una luz celeste lo envolvió con su resplandor
Cuando
la verdad salvífica se abre paso en nuestra comprensión y captamos nuestro
error y pecado, junto a un deseo de enmienda y reparación, volviendo sobre
nuestros malos pasos, entonces estamos bajo el efecto de la luz que proviene de
los cielos.
Los
signos son extremadamente simples: luz y voz. La intervención del Señor a favor
de los miembros de su cuerpo, el cuidado que tiene de él, se va dando en forma
eficaz y no necesariamente portentosa. A veces son detalles que ni llaman la
atención, pero entorpecen y neutralizan los planes contra el Reino y la bienaventuranza
de los pobres.
Porque
son éstos los que tienen la sensibilidad suficiente para sentir esa
intervención favorable, dado que en su vida suelen confesar no tener otra
gloria sino el favor del Señor.
"¿Quién eres, Señor?"
"Soy Jesús, a quien tú persigues
“Persigues
mi pueblo”. Este encuentro es como el de Moisés con la zarza, en el que se
revela una identidad y una misión.
Conocer
al Señor en el aproximado perseguido, afligido, atribulado, excluído, oprimido,
vulnerable, herido, es un don del mismo Señor. Su gracia y no un cálculo
sociológico, aunque éste nos colabore como ciencia a la fe.
Porque
este conocer implica conversión y misión. No se contenta únicamente con
informarse.
Es un
conocer desde las entrañas, desde lo profundo, donde somos agitados y movidos
por el Espíritu de Jesús viviente.
Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía
los ojos abiertos, no veía nada; así que lo llevaron de la mano y lo
introdujeron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver y sin comer ni beber
La
conversión de Pablo consiste en partir desde las víctimas, llegando a ser
vulnerable como lo eran ellas.
Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le
impone las manos para que recobre la vista."
Pablo
como Jesús ora para que su fe se abra a los caminos concretos del designio del
Señor.
Ananías respondió:
«Señor, he oído a muchos hablar del daño que ese hombre ha hecho en Jerusalén a
los que creen en ti; y ha venido con poderes de los sumos sacerdotes, para
arrestar a todos los que invocan tu nombre».
Entre otras
cosas en este nuevo camino Pablo tendrá problemas de credibilidad para las
comunidades, pero también para sus antiguos correligionarios.
Una
situación de desquiciamiento, una purga de las alianzas humanas y su poder. La
naciente fe en Jesús deberá crecer en él para impulsarlo.
«Vete, porque éste es para mí un instrumento
elegido para anunciar mi nombre a todas las naciones, a sus gobernantes, y al
pueblo de Israel. Yo le daré a conocer cuánto tendrá que padecer por causa de mi nombre
Lo que menos puede entusiasmar, en
una misión de la existencia congruente con Jesucristo, es el padecimiento.
Pero es un colateral que viene con la
misión, por existir en profundidad para el reino. Es la cruz de Jesús, y es el
sello de aprobación del Padre, como elegidos para su designio.
En el
conjunto de la multiforme intervención del Señor a favor de sus santos se da
una misión para el perseguidor convertido. Un bien para todos.
El
perseguidor Saulo experimentará en carne propia el daño que hacía a otros. Una
empatía existencial lograda como don del Señor para bien de la comunidad.
el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el
camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo
Se levantó, y lo bautizaron
le volvieron las fuerzas
Como a
Pablo las fuerzas nos vienen por la tríada Espíritu, bautismo y comida de
acción de gracias. Es el alimento del camino.
se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es
el Hijo de Dios
El
encuentro, que se pudo tomar como la ruina de su carrera de maestro en Israel,
sirvió para convertirlo en servidor de Jesús y pasar a vivir para proclamarlo.
Salmo responsorial: 116
REFLEXIÓN
Grande es su amor por nosotros
La fe esperanza y amor vivos son los
que impulsan a reconocer el gran amor de Dios más allá de nuestro padecer por
el reino.
Toda vida corriente en la medida que
es evangélica, afán por el reino, conlleva una misión del Padre al mundo, para
su conversión.
Cuando
el Señor nos muestra su intervención, nuestra fe es llamada a confesar su
misericordia. Su gloria y prestigio radica en nuestra confesión y
reconocimiento.
Juan 6,52-59
REFLEXIÓN
"¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"
Por el enfoque puramente material
significaría un absurdo canibalismo.
También, si el sentido es la
debilidad de la carne, que hoy existe y mañana no.
El ser corriente y común de Jesús lo
despojaba del glamour y el espectáculo de una divinidad histriónica.
Dios hace su revelación en Jesús para
ver profundo en lo pequeño y despreciable.
Es una conversión de la visión y los
valores por aquellos a los que se dirige preferencialmente.
El
evangelista pone énfasis en la carne de Jesús, probablemente porque entre sus
lectores cundía un discurso diferente que hacía daño a la fe recibida: Jesús
tomado como una figura de semidios o un demiurgo.
Así la
carne que en un contexto de mentalidad judía hace alusión a la limitación,
debilidad y mortalidad humana es afirmada de Jesús de Nazareth como su sello de
autenticidad.
Este
verdadero ser humano es nuestro mesías.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene
vida eterna, y yo lo resucitaré el último día.
Comer a Jesús además de hacerlo
eucarísticamente es algo más: comerlo, asimilarlo, nutrirse de él en cuanta
realidad lo haga presente y lo transmita.
El creyente es un ser abierto al
mundo y a la realidad, para comer a Jesús dondequiera, y así vivir para
siempre.
Las
fuerzas que se recobran en el servicio a la misión muestran el vigor de la vida
nueva que late en nosotros. Se trata de un efecto pascual.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en
él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el
que me come vivirá por mí
Cohabitación,
convivencia con y en la tríada de vida eterna: Pade, Hijo, Espíritu.
el que come este pan vivirá para siempre
Su palabra
y su memorial.
Como el Padre que me envió posee la vida y yo
vivo por él, así también, el que me coma vivirá por mí
Al comer a Jesús cotidiano en el
sentido extensivo, y no privativo de lo sacramental y ritual, vivimos dentro
del círculo íntimo de Jesús y su Padre. Ingresamos en una comunidad viva y de
vida para siempre.
Los signos de los tiempos nos inducen
a una práctica sacramental de la eucaristía que tome en cuenta el registro
contextual de la sociedad en la que discurrimos.
El sacramento sin compromiso con el
entorno puede convertirse en devoción intimista e idolátrica.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1522562654157651969?s=20&t=xuQupQH6Ly6WCkEgG1fh1A