Jueves 15 de tiempo ordinario
Isaías
26, 7-9. 12. 16-19
REFLEXIÓN
La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del
justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu
recuerdo
Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú
concebimos, nos retorcimos, dimos a luz... viento; no
trajimos salvación al país
despertarán jubilosos los que habitan en el polvo
Contigo Señor, por Jesús
tu hijo, toda muerte se transfigura en vida.
tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los
habitantes del orbe
todas nuestras empresas nos las realizas tú. Señor
despertarán jubilosos los que habitan en el polvo
No es
fácil vivir la justicia del Señor para nosotros, porque hemos de aprenderla. Y
en este proceso se toma en cuenta la experiencia que vamos haciendo de la
presencia salvadora de la Palabra y nuestra propia limitación: no somos para
tanto.
La
plenitud de su justicia para nosotros se significa en la vida que Él ofrece más
allá del polvo de muerte al que quedamos reducidos.
Salmo responsorial: 101
REFLEXIÓN
ya es hora y tiempo de misericordia
se vuelva a las súplicas de los indefensos, / y no desprecie
sus peticiones
para escuchar los gemidos de los cautivos / y librar a los
condenados a muerte.
La
justicia del Señor está acompañada de misericordia. Nuestro reloj espiritual
sabe dar la hora de anhelar esa intervención del Señor cuando llegamos al
límite de nuestras fuerzas.
Mateo
11, 28-30
REFLEXIÓN
Jesús exclamó: "Venid a mí todos los que estáis
cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi
carga ligera".
Suave y
dócil(praus kai tapeinos) indica una cualidad que aparenta debilidad pero
implica fortaleza y firmeza.
Podríamos
entenderlo como la actitud de asumir la existencia con ganas, sin rebeldía
innecesaria, excepto ante la injusticia.
Porque
la existencia con sus contingencias pone a prueba nuestra capacidad de gestión
y no ayuda a la paz y la serenidad de la misma, una conducta impaciente y
empecinada.
Se trata
de una conquista que debemos hacer de nuestras pasividades de disminución según
nos señala Teilhard de Chardin, San Juan de la Cruz, y también Ignacio en las
reglas de discermiento, cuando se extiende sobre el sentido de la desolación.
Sólo
el Espíritu puede inspirar la postura recomendable para aguantar el largo
viaje.
Sólo un
Espíritu así, como el que animó e impulsó a Jesús de Nazareth, puede inspirar
la postura viable y óptima, para perserverar
en nuestro peregrinaje.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1547546457661513729?s=20&t=9oefo-SMaI4g_K7qsety9g