martes, 16 de agosto de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA


 

Martes, XX semana

San Bernardo Homilías sobre las excelencias de la Virgen Madre 2,1-2.4

El único nacimiento digno de Dios era el procedente de la Virgen; asimismo, la dignidad de la Virgen demandaba que quien naciere de ella no fuere otro que el mismo Dios. Por esto, el Hacedor del hombre, al hacerse hombre, naciendo de la raza humana, tuvo que elegir, mejor dicho, que formar para sí, entre todas, una madre tal cual él sabía que había de serle conveniente y agradable. Quiso, pues, nacer de una virgen inmaculada, él, el inmaculado, que venía a limpiar las máculas de todos. Quiso que su madre fuese humilde, ya que él, manso y humilde de corazón, había de dar a todos el ejemplo necesario y saludable de estas virtudes. Y el mismo que ya antes había inspirado a la Virgen el propósito de la virginidad y la había enriquecido con el don de la humildad le otorgó también el don de la maternidad divina. De otro modo, ¿cómo el ángel hubiese podido saludarla después como llena de gracia, si hubiera habido en ella algo, por poco que fuese, que no poseyera por gracia? Así, pues, la que había de concebir y dar a luz al Santo de los santos recibió el don de la virginidad para que fuese santa en el cuerpo, el don de la humildad para que fuese santa en el espíritu. Así, engalanada con las joyas de estas virtudes, resplandeciente con la doble hermosura de su alma y de su cuerpo, conocida en los cielos por su belleza y atractivo, la Virgen regia atrajo sobre sí las miradas de los que allí habitan, hasta el punto de enamorar al mismo Rey y de hacer venir al mensajero celestial. Fue enviado el ángel, dice el Evangelio, a la Virgen. Virgen en su cuerpo, virgen en su alma, virgen por su decisión, virgen, finalmente, tal cual la describe el Apóstol, santa en el cuerpo y en el alma; no hallada recientemente y por casualidad, sino elegida desde la eternidad, predestinada y preparada por el Altísimo para él mismo, guardada por los ángeles, designada anticipadamente por los padres antiguos, prometida por los profetas.

REFLEXIÓN

La devoción Mariana es pieza insustituíble de la espiritualidad bíblica por el sentido de emparejamiento que subsana la primera pareja del mundo. El adorno de esta figura fundamental por una acumulación de adjetivos y conveniencias, es un ejercicio de amor que construye un perfil adecuado y proporcionado, para que la mujer se ubique en un rol protagónico de la empresa de salvación. Este ejercicio arraiga en el afecto de multitudes en todas las latitudes, especialmente hoy , que el rescate de la importancia de la participación de la mujer en las responsabilidades del mundo, es tenazmente propuesto y defendido.

EJERCICIOS ESPIRITUALES

 


[32] EXAMEN GENERAL DE CONSCIENCIA PARA LIMPIARSE Y PARA MEJOR SE CONFESAR.

Presupongo ser tres pensamientos en mí, es a saber, uno propio mío, el qual sale de mi mera libertad y querer; y otros dos, que vienen de fuera: el uno que viene del buen espíritu y el otro del malo.

REFLEXIÓN

[32] No estamos ante cualquier enfoque antropológico, sino ante uno tradicional que afirma que somos dueñ@s de nuestros pensamientos, palabras y acciones. ¿Cuán dueñ@s? ¿Hasta dónde se extiende esta libertad? ¿Está disponible esta libertad desde nosotros, siempre, a toda hora o se reconocen disminuciones, atenuaciones, incapacidades temporales o permanentes? La psicología actual intenta, juntamente con otras ciencias ir aclarando éstas y otras interrogantes. Definitivamente el/la ejercitante debe ser alguien que tenga conciencia y conocimiento de su responsabilidad, al menos la mayor parte del tiempo. cfr. Catecismo de la Iglesia Católica #1730ss

[33] DEL PENSAMIENTO.

1ª Hay dos maneras de merescer en el mal pensamiento que viene de fuera, verbigracia, viene un pensamiento de cometer un pecado mortal, al qual pensamiento resisto impromptu y queda vencido.

[34] 2ª La 2ª manera de merescer es, quando me viene aquel mismo mal pensamiento, y yo le resisto, y tórname a venir otra y otra vez, y yo siempre resisto, hasta que el pensamiento va vencido; y esta 2ª manera es de más merescer que la primera.

[35] Venialmente se peca, quando el mismo pensamiento de pecar mortalmente viene, y el hombre le da oído, haciendo alguna mórula o rescibiendo alguna delectación sensual, o donde haya alguna negligentia en lanzar al tal pensamiento.

[36] 1ª Hay dos maneras de pecar mortalmente: la primera es, quando el hombre da consentimiento al mal pensamiento, para obrar luego, así como a consentido, o para poner en obra si pudiese.

[37] 2ª La segunda manera de pecar mortalmente es quando se pone en acto aquel pecado, y es mayor por tres razones: la primera, por mayor tiempo, la segunda por mayor intensión, la tercera por mayor daño de las dos personas.

REFLEXIÓN

[33] [34] [35] [36[37]Se nos ofrece una serie de situaciones, desde la más radical que rechaza, hasta la que pone por obra, con posiciones intermedias de mayor o menor complicidad. Lo más importante sería ir ganando en honestidad consigo mismo, hasta llegar a la plena responsabilidad sin atenuantes. Es decir cuando vamos dejando de autojustificarnos y asumiendo más plenamente nuestra libertad. Por otro lado, hemos de tener cierta claridad de lo que implica el pensar, hablar y cometer un pecado mortal, para lo cual debemos atender a la gravedad de la falta que estoy considerando, y el grado de libertad.

Hoy en día se está dando más atención a las víctimas de todo tipo de abuso, pero también a la complicidad de las mismas. Igualmente, con los/las victimari@s.