domingo, 8 de enero de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA


 
6 de enero
San León Magno Sermón en la Epifanía del Señor 3,1-3.5

La misericordiosa providencia de Dios, que ya había decidido venir en los últimos tiempos en ayuda del mundo que perecía, determinó de antemano la salvación de todos los pueblos en Cristo. De estos pueblos se trataba en la descendencia innumerable que fue en otro tiempo prometida al santo patriarca, Abrahán, descendencia que no sería engendrada por una semilla de carne, sino por la fecundidad de la fe, descendencia comparada a la multitud de las estrellas, para que de este modo el padre de todas las naciones esperara una posteridad no terrestre, sino celeste. Así pues, que todos los pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas, y que los hijos de la promesa reciban la bendición de la descendencia de Abrahán, a la cual renuncian los hijos según la carne. Que todas las naciones, en la persona de los tres Magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido, no ya solo en Judea, sino también en el mundo entero, para que por doquier sea grande su nombre en Israel. Instruidos en estos misterios de la gracia divina, queridos míos, celebremos con gozo espiritual el día que es el de nuestras primicias y aquél en que comenzó la salvación de los paganos. Demos gracias al Dios misericordioso quien, según palabras del Apóstol, nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz; el nos ha sacado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido. Porque, como profetizó Isaías, el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban en tierra de sombras, y una luz les brilló.

REFLEXIÓN

Compartir la elección y la bendición con la universalidad de los pueblos, como un buen administrador, es la consigna de la Palabra de Dios, aunque hoy se haga énfasis en la dudosa plataforma de poder en la que se sustenta la ideología de la elección y se distribuye la salvación. El terreno está minada para todo tipo de pretensiones en favor o en contra de un elegido, de un Mesías, que muchos confesamos en Jesús de Nazareth. Por eso damos gracias por el peso favorable que aporta el don de la fe, para mantenernos en la enseñanza tradicional y resistir el veneno sofista de los discípulos de la serpiente del paraíso, envidiosa del don del salvación para la humanidad.

sábado, 7 de enero de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Sábado Después de Epifanía

1Juan 5,14-21



REFLEXIÓN

si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha.

Es lo crucial:según su voluntad.

Alinearse con “hágamos tu voluntad” del Padrenuestro, que figura entre las primeras peticiones que nos recomienda Jesús al enseñar a sus discípulos a orar, parece sencillo, piadoso, normal.

Sin embargo esta alineación no siempre coincide con nosotros mismos, nuestro destino, nuestro sentido de vida, nuestras aspiraciones.

Nosotros somos para nosotros mismos nuestros propios adversarios, porque en muchas ocasiones, si lo advertimos, hemos anhelado lo que no nos convenía, y de concedérsenos nos hubiera llevado a peores momentos.

Y al contrario cantidades de veces respiramos aliviados constatando que a pesar de haber sido frustrados en nuestros deseos, la evolución de las cosas nos ha favorecido y librado.

Y se cumple aquello en que los amados del Señor de los males reciben bienes.

Esta es la magia blanca vs. La magia negra: la que consiste en la acción del Espíritu a favor de sus creyentes para protegerlos de un verdadero daño.

No se trata de la feria de los deseos irresponsables, como los cuentos de la lámpara de Aladino.

Deseamos y necesitamos que Él nos escuche, entendemos que está dispuesto a hacerlo siempre, pero nuestra actitud de fe es importante.

El proceso de oración Ignaciana, entre otros, concede enorme importancia a la colaboración humana, a la que compromete para ir purificando la intención del deseo o la necesidad, así en lo personal como en colectivo.

La purificación tiene sentido a la luz de las ciencias humanas, que nos indican la multiplicidad y polivalencia de las motivaciones de la conducta humana.

En esto cabe entonces la purificación para que avancemos más allá de nuestro propio amor, querer e interés.

Toda injusticia es pecado, pero hay pecado que no es de muerte

Hay que matizar la presencia y persistencia del pecado en nuestra existencia humana, si damos fe a la revelación bíblica.

Nuestro tiempo ha reaccionado en contra de la omnipresencia pecaminosa en el conjunto de nuestra realidad humana, la cual hacía inclinarnos a una visión pesimista y derrotista.

Pero de paso está borrando la conciencia de pecado que permitiría reconocer la injusticia propia y reparar las víctimas.

Este difuminación está en la base de la poca estima por la vida humana que se ha instalado en nuestra civilización de la muerte.

Sin embargo no debemos vivir con la condenación a flor de labios como si la injusticia no pudiera ser reparada y la conversión de las conciencias no fuera posible.

Aparece una cierta gradación o gradualidad en el camino que lleva a la perdición.

Esto implica el proceso de lucha que entraña la existencia humana, la que hace su caminar en medio de decisiones que muchas veces conllevan injusticias.

Hay que preguntarse si todo pecado no denota algún género de injusticia.

sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero

No es lo mismo que el agnosticismo exprese una desconfianza de cualquier divinidad porque tendemos a idolizar, que decir la imposibilidad humana de conocer al verdadero Dios.

Contra esto últmo nos defiende la Palabra.

estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo

Hoy no está bien desentenderse de la búsqueda humana de la verdad que salva, por apoyarnos en sentido triunfalista en nuestra fe católica en JesuCristo.

Porque está búsqueda merece respeto y comprensión, aunque sintamos que nuestra verdad es plena y no hemos de buscar más allá.

En esto hay un sentido de solidaridad que es una acción de gracias por habernos permitido encontrarlo, y un sentido de misión fraterna que promueve el encuentro plural e intercultural para que todos seamos uno.

Salmo responsorial: 149



REFLEXIÓN

un cántico nuevo

Renovado, vuelto a cantar lo que siempre cantamos con nuevo sentido.

el Señor ama a su pueblo / y adorna con la victoria a los humildes

Lo importante no es el pecado sino el amor que hace todo bien y el perdón que nos recupera para el amor, si somos lo suficientemente humildes para aceptarlo.

Juan 3,22-30



REFLEXIÓN

"Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado delante de él."

Él tiene que crecer, y yo tengo que menguar

Saber ubicarse en el plan de salvación y por ello ser feliz, es la gran sabiduría.

Permite desembarazarse de preocupaciones artificiales y artificiosas.

Da paso a una mayor concentración y eficacia.

Hace posible nuestra unificación e integración.

Repercute en comunidades fraternas de amor mutuo y solidaridad.

En un mundo como el nuestro en el que un valor supremo es el protagonismo y hacérse con el poder para dominar, incluso inconfesadamente, el testimonio vivencial y existencial de Juan Bautista es un testimonio del seguimiento de Jesús.

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