Hebreos 3,7-14
REFLEXIÓN
Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis el corazón
Es
su gracia tener el corazón sensible para escuchar su voz, aunque no nos
convenga y nos contraríe. No debería ser, pues su voz es la del designio que
tiene sobre nosotros y nuestra salvación. Pero nos extraviamos y no podemos
decir con seguridad cuál es esa salvación. Sólo con un corazón sensible y no
endurecido, atinaremos con esa salvación y procederemos a una liberación.
a pesar de haber visto mis obras durante cuarenta años
Cada
encrucijada de la existencia es una llamada a recordar cómo el Señor ha
intervenido en nuestra existencia. Mientras más se prolonga esa vida, más
deberíamos acordarnos de todo su acompañamiento, y cómo ha estado a nuestro
lado y nos ha apoyado. Pero la frustración puede cegarnos coyunturalmente, y
borrar o hacer ineficaces esos recuerdos para una actitud de acción de gracias.
Una
actitud de acción de gracias se construye cada día con la contemplación del
Señor Jesús, nuestro paradigma. Hemos de ver cómo frecuentemente se aislaba
para orar, en medio de su misión, él que vivía una comunión suprema con su
Padre.
no han conocido mis caminos
Hay
quienes muestran no conocerlos, incluso los desprecian. Pero también, como
señales de otro mundo, algunos buscan
serles fiel. Como por ejemplo los novicios y novicias religiosos, quienes son
tiernos en la fe y en la entrega, pero muestran entusiasmo en la búsqueda.
Animan y mueven al seguimiento, porque en ellos y ellas muestras actuante la
docilidad a tu designio.
Animaos, por el contrario, los unos a los otros, día tras
día, mientras dure este "hoy", para que ninguno de vosotros se
endurezca, engañado por el pecado.
A
esta luz hace sentido el pequeño aporte que significa compartir los dones con
otros para juntos edificarnos en la fe y la esperanza.
ninguno de vosotros sea engañado(apaté:falsa
impresión elaborada por engaño, falsedad, trampa) por el pecado y su
corazón se vuelva rebelde(sklerino:endurecido,
terco, obstinado)
para tener parte con Cristo hemos de mantenernos firmes(katejo:atado, asido) hasta el fin en
la confianza(hipostasis:seguridad,
confianza,garantía) que teníamos al principio
Nuestra
fe consiste en un proceso recurrente que vive en nuestra historia. Se trata de
mantener un actitud tal que detecte las trampas que nos llevan a la
obstinación.
La
acechanza de la pecaminosidad se nutre de colocar engaños, falsedades para que
construyamos percepciones de fe falsas.
Por
nuestra parte a la vez nuestro foco consiste en una adhesión o aferramiento a
la seguridad que la Palabra nos ha concedido.
Esta
garantía no se puede mantener firme sin nuestro aferramiento, requiere nuestro
concurso, no produce un estado mágico de seguridad establecida mientras
transitemos esta existencia.
Salmo responsorial: 94
REFLEXIÓN
Postrémonos
En absoluta adoración de
su presencia en nuestras circunstancias históricas.
Bendiciendo
Por
el amor que nos muestra constantemente, inexorablemente
me tentaron, aunque habían visto mis obras
Cedieron
al engaño que los llevó a desconfiar sobre la intención de Dios porque no
encontraban agua y tenían sed.
Las
pruebas tienen su dificultad propia y se agravan cuando flaquea la confianza.
El
resentimiento de Dios, si se pude decir así, es que habían visto sus obras, y
aún así desconfiaron de su intención salvífica.
Cuando
las pruebas de la vida nos tientan de desconfianza en la salvación y amor del
Señor, son engaños del pecado y la iniquidad.
Al
anti-reino no le conviene que confiemos en el Señor, en la memoria de sus obras
salvíficas.
No
es digno de una relación de fe que desconfiemos de su intervención salvífica,
aunque no sepamos en concreto cómo se plasmará cada día.
Durante cuarenta años / aquella generación me asqueó
Incluso
debemos abrirnos a la posibilidad de una prueba, o de un ataque de regiones
tenebrosas, que puede ser extensa, por muchas razones, como nos los explica
S.Ignacio en las reglas de discernimiento cuando se refiere a la desolación.
Marcos 1,40-45
REFLEXIÓN
se acercó a Jesús un leproso
A
un líder o una superestrella hoy, difícilmente nos podríamos acercar, en una
alfombra roja. Los fans de ellos madrugan para ubicarse en las mejores
localidades tras las barreras y poder vitorear y fotografiar a los admirados.
Damos tanto por tan poco.
Jesús
es asequible: su salud como salvación integral está disponible a los
necesitados, que se acercan con la esperanza de sanar.
Los
mismos discípulos no entienden esto muchas veces, porque lo mantienen cercado,
para protegerlo del contacto con la gente.
Jesús
ha tenido que echárselos en cara, pidiendo que los dejen acercarse.
La
Iglesia Católica está preocupada por la cantidad de fieles que se hacen
evangélicos, y propone mayor cercanía: lo estará logrando? Más bien da que
pensar que al mismo tiempo se preocupe por un resto anquilosado del pasado que
busca una liturgia en latín y una celebración de espaldas al pueblo, a
contracorriente de los esfuerzos pastorales del Vaticano II.
Signos
contradictorios que expone la Jerarquía en sus decisiones pastorales.
Entretanto mira con recelo y aun sanciona las iglesias locales más populares y
liberacionistas censurando su búsqueda de liturgias más participadas.
Cómo
puede sorprendernos el silencio de Dios si nuestra conducta es incongruente y
poco cercana, como comunidad que sirve el Reino.
suplicándole de rodillas: "Si quieres, puedes
limpiarme."
En
el gesto de arrodillarse se exhibe una urgencia y el anhelo de provocar la
misericordia y la compasión.
Quizá
nos inhibe hacer ciertos gestos de petición porque asumimos que el Señor no lo
necesita.
Pero
nosotros sí necesitamos convencernos que tenemos confianza y estamos firmes en
ella cuando solicitamos una gracia y por eso ponemos ciertos gestos.
Se
dice que autocompadecernos puede ser tóxico, porque perdemos la energía que nos
lleva a la lucha por la vida.
Sí
y no. Es parte de nuestra conciencia sabernos frágiles y débiles en alguna
coyuntura. Y es parte de nuestra autenticidad humana clamar por ayuda en
nuestra postración.
Esa
transparencia de quién soy ante el Señor es el fruto más preciado de la fe que
solicita la intervención del Señor, porque mueve a una confianza firme.
Es
como si dijéramos: Señor, éste soy yo y verdaderamente te necesito. Si alguien
lo sabe soy yo.
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó
La
cercanía de Jesús llega hasta tocar la miseria, porque sus entrañas se abren a
la misericordia, que equivale a decir: tener corazón para la miseria.
Sentir
y dar lástima. No es la palabra feliz para la compasión en nuestra cultura.
Porque induce al menosprecio. Es una palabra desgastada que hay que reemplazar.
Pero no debe eliminar su verdadero sentido: “es un sentimiento de empatía
entrañable” que hace sentir el perjuicio ajeno como propio.
empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones
Después
del ajusticiamiento de Juan Bautista Jesús debió sentir que debía cuidar su
seguridad. Pero sus acciones de sanación le daban tal fama que era difícil
mantenerse en bajo perfil. Y el bien de la vida que dispensaba estaba por
encima del propio bien de conservar su vida.
Por
otro lado, el evangelista podría tener su propia catequesis con su auditorio,
buscando que entendieran el sentido propio del mesianismo y la naturaleza
auténtica del reino proclamado por Jesús. El cual no coincidía exactamente con
las expectativas de muchos sobre un futuro mesías.
se quedaba fuera, en descampado
La
actuación de Jesús no era intencionalmente estridente ni exhibicionista, como
mago de feria. Por seguridad? Como estilo de trabajo? Qué transmitía ese
estilo? Que quería asegurar? Qué equívocos pretendía evitar? Un modo silente y
tenaz de servir, orientado más por el efecto que por los medios, buscando más
al otro que a sí mismo.
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