lunes, 7 de agosto de 2023

PALABRA COMENTADA

 

LUNES 18 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Números 11,4b-15



REFLEXIÓN

¿De dónde sacaré pan para repartirlo a todo el pueblo?

Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas

Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas

Una de las maravillas de la Palabra es su reflejo de sentimientos y apasionamientos humanos, acogidos por el Espíritu.

Si comparamos la relación sobre los mitos griegos y los relatos bíblicos, veremos que ambas dan espacio al modo humano de sentir la existencia y la historia. Sin embargo, la mitología griega, producto de los rápsodas homéricos, resulta una mera proyección del drama de los seres humanos en sus odios y amores. La mitología bíblica, si cabe, refleja el humano en su relación con el Señor de la historia.

Moisés como un ministro y servidor siente fastidio del peso que significa hacerse cargo y solucionar la necesidad de la gente.

Sólo un político miope no se da cuenta que la autoridad no se reduce a poder ni a canonjías.

Porque se requiere mucha paciencia y aguante para soportar la impertinencia expresada en las quejas y peticiones repetidas del pobre que se aproxima.

Incluso se da una motivación diferente cuando estamos gustosamente inclinados a atender, a cuando nos sorprende e incomoda la solicitud de ayuda, porque ésta última se nos impone y arranca de nuestro egocentrismo.

El mismo Jesús sintió ese fastidio.

Un desgaste y cansancio semejantes se encuentran en servicios como la paternidad y maternidad, y los educadores.

Es importante por lo tanto llegar a la iluminación de Moisés, en el colmo de la desesperación: que todo el asunto es obra de Dios, y el Señor tiene que ver como suple nuestra limitación, para su mayor gloria.

Es lo de Ignacio: hacer como si todo dependiera de nosotros y esperar del Señor como si todo dependiera de Él.

Salmo responsorial: 80



REFLEXIÓN

Israel no quiso obedecer: / los entregué a su corazón obstinado

Porque también es posible un aprendizaje del error nuestro y la limitación de los demás. Era una reflexión de Moreno Pardo, mártir jesuita de San Salvador, cuando era maestro de novicios: los novicios también deben aprender de los yerros del maestro.

Y la pedagogía actual le da la razón, cuando contempla los errores como ocasiones de aprendizaje, dentro del currículo.

Mateo 14,13-21



REFLEXIÓN

le dio lástima y curó a los enfermos

Las entrañas que sienten el dolor de otros es más fuerte que el cansancio.

Es el don del Señor que se renueva en nosotros para completar lo que falta a su pasión, la del cuerpo.

Ellos le replicaron: Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces." Les dijo: Traédmelos

Qué hace Jesús en nuestras vidas? Ayudarnos a escrutar lo que tenemos e inspirarnos generosidad para compartirlos.

Entonces el se une a nuestro esfuerzo y colaboración para potenciar y multiplicar, más allá de lo que hubiéramos pensado.

partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente

un milagro no es tan difícil de ver si abrimos bien los ojos de la fe y observamos en nuestra vida cotidiana.

En lo que nos acontece ocurre un diálogo providencial y de cuido por nosotros.

Nos habla de ello la contemplación para alcanzar amor de los ejercicios espirituales: el amante entrega al amado, de lo que tiene y puede.

Nuestra acción de gracias es parte de esa correspondencia que agrada al Señor.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1688498099101073408?s=20

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Números 11,4b-15

El sabor de la vida cotidiana, no es tan variado como parece, porque incontables son los momentos en los que el tedio y fastidio nos sobrevienen porque todo parece igual, que no cambia, que no hay novedad, que no hay mucha variedad en el menú de lo que comemos. Junto a la percepción de que todo cambia y muy rápido, se da la del estancamiento del tiempo que parece no acaba de pasar. El o la formadora pueden entonces sentirse inútiles y perder la paciencia ante la volubilidad de los dirigidos.

Salmo responsorial: 80

En la vida del Espíritu el menú no es variado en sabores pero sí nutritivo, consistente y permanente. La saciedad se ofrece en la fidelidad amorosa. Pero si hay obstinación, que no cede a pesar de la paciencia, dejarlos a su suerte es parte de la pedagogía, rogando para que así se encuentren a sí mismos.

Mateo 14,13-21

Lo que tenían eran cinco panes y dos peces. Juntos hacían siete. Pero no completos en su especie. Pero Jesús perfecciona hasta 7 ambos, los panes y los peces. Esta simbología y cábala sencilla, implica que el milagro consiste en una cooperación, donde juntamos lo que buenamente podemos con los que Dios nos quiera aportar. El milagro está en lo bien que trabajamos juntos.

BEATO CARLO

 
De la carta llamada de Bernabé
(Cap. 2, 6-10; 3, 1. 3; 4, 10-14: Funk 1, 7-9. 13)


LA NUEVA LEY DE NUESTRO SEÑOR

Dios invalidó los sacrificios de la ley antigua, para que la nueva ley de nuestro Señor Jesucristo, que no está sometida al yugo de la necesidad, tuviera una oblación no hecha por mano de hombre. Por esto les dice también: Cuando saqué a vuestros padres de Egipto, no les ordené ni les hablé de holocaustos y sacrificios; ésta fue la orden que les di:
«Que nadie medite en su corazón daños contra el prójimo; no améis jurar en falso.»

Debemos, pues, comprender, si somos sensatos, los sentimientos de bondad de nuestro Padre; él nos habla, enseñándonos cómo debemos acercarnos a él, porque no quiere que lo busquemos por caminos desviados, como ellos. A nosotros, pues, nos dice: Sacrificio para el Señor es un espíritu quebrantado; olor de suavidad para el Señor es el corazón que glorifica al que lo ha plasmado. Por tanto, hermanos, debemos investigar diligentemente acerca de nuestra salvación, para que el maligno seductor no se introduzca furtivamente entre nosotros y nos aparte de la vida verdadera.

Les dice también, acerca de estas cosas: No ayunéis como ahora, haciendo oír en el cielo vuestras voces. ¿Es ése el ayuno que el Señor desea para el día en que el hombre se mortifica? A nosotros, en cambio, nos dice: El ayuno que yo quiero es éste —oráculo del Señor—: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo.

Evitemos, pues, toda obra vana, odiemos de corazón el camino de la iniquidad. No os repleguéis sobre vosotros mismos, no viváis para vosotros solos, pensando que ya estáis justificados, sino reuníos para indagar juntos lo que es provechoso para todos. Dice, en efecto, la Escritura: ¡Ay de los que se tienen por sabios y se creen perspicaces! Hagámonos espirituales, hagámonos un templo perfecto para Dios. En lo que dependa de nosotros, no olvidemos el temor de Dios y esforcémonos en guardar sus mandamientos, para que su voluntad sea nuestra delicia.

El Señor sin acepción de personas juzgará al mundo. Cada cual recibirá el pago de sus obras: si ha obrado bien, su justicia le precederá; si mal, el castigo de su maldad irá ante él; no nos abandonemos con la confianza de que somos de los llamados, no sea que nos durmamos en nuestros pecados, y el príncipe de maldad apoderándose de nosotros, nos aparte del reino del Señor.

Considerad aún esto, hermanos míos: pues vemos que los israelitas, a pesar de todas las señales y prodigios que Dios obró en su presencia, fueron rechazados, vigilemos para que en nosotros no se cumpla aquella sentencia evangélica: Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos