jueves, 28 de septiembre de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 



Jueves, XXV semana
San Agustín Sermón sobre los pastores 7 46,24-25.27

Las sacaré de entre los pueblos, las congregaré de los países, las traeré a su tierra, las apacentaré en los montes de Israel. Compara a los autores de las sagradas Escrituras con los montes de Israel. En ellas habéis de apacentáos para pacer con seguridad. Saboread bien cuanto en ellas oigáis; rechazad cuanto venga de fuera. Para no extraviaros en la tiniebla, escuchad la voz del pastor. Recogéos en los montes de la sagrada Escritura. En ella se encuentran las delicias de vuestro corazón, en ella no hay nada venenoso, nada extraño; son pastos ubérrimos. Lo único que tenéis que hacer, las que estáis sanas, es acudir a apacentaros en los montes de Israel. En las cañadas y en los poblados del país. Porque de los montes, de los que hemos hablado, manaron los ríos de la predicación evangélica, ya que a toda la tierra alcanza su pregón, y la tierra entera se volvió abundante fecunda para pasto de las ovejas. Las apacentaré en ricos pastizales, tendrán sus dehesas en los montes más altos de Israel, o sea, donde puedan descansar y decir: «Se está bien»; donde digan: «Es verdad, está claro, no nos han engañado.» Descansarán en la gloria de Dios, como si fueran sus dehesas. Se recostarán, es decir, descansarán, en fértiles dehesas.

REFLEXIÓN

Muchos apacentadores profesionales, no conocen propiamente a las ovejas de su rebaño, pero ni siquiera los dejan conocer a Quien de verdad los conoce y sabe lo que necesitan. En vez de asistir al verdadero encuentro de un Juicio justo, se interponen y desvían de ese encuentro. Se necesita una buena dosis de autoaprendizaje de la propia experiencia para no esperar tanto de los apacentadores, y profundizar más en la búsqueda de Quien hace justos juicios.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 25 de tiempo ordinario

Año Impar


Esdras 9,5-9



REFLEXIÓN

por nuestros delitos, nosotros con nuestros reyes y sacerdotes hemos sido entregados a reyes extranjeros, a la espada, al destierro, al saqueo y a la ignominia, que es la situación actual


Parece la actitud más sana en la relación con Dios: admitir todos, tanto la jerarquía como el pueblo, nuestra responsabilidad y no obstante agradecer su salvación, por gratuita.


Sabemos que no tiene por qué intervenir, excepto por su amor a nosotros y su deseo de salvarnos.


Se apela por tanto a la justicia de Dios como misericordia.


Lo único que nos atenúa el dolor de la culpa, si cabe, es saber que no sabemos lo que hacemos totalmente, pues nunca tenemos todos los hilos en nuestras manos, y así la malicia no es consumada, ni absoluta.


Interleccional: Tobías 13,2-8



REFLEXIÓN


Yo le doy gracias en mi cautiverio, / anuncio su grandeza y su poder / a un pueblo pecador


El Espíritu pone sentido en las palabras que voy leyendo: cobran relieve y vienen a cuento.


Hacen detenerse y meditar, o suspirar, como cuando se escucha un consejo oportuno.


Así, dar gracias en la prueba, es muestra de una actitud que nos libera de culpar a Dios de nuestras fallas, para abrirnos a su misterio de amor, en fe y esperanza.


Lucas 9,1-6



REFLEXIÓN


les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades


Envía a hacedores de bien empoderados por el Espíritu, porque el combate es contra el anti-reino de Dios, mezcla de pecado y enfermedades.


La unción de los enfermos, como signo de la cruzada contra el anti-reino tiene sentido.


En esa perspectiva nuestra fe no debe reducirse a una culpa individual, y desligar la enfermedad del pecado.


proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos


anunciando el Evangelio y curando en todas partes




Jesús curaba cuando se pensaba que la enfermedad no se podía desligar del pecado: ser enfermo es ser pecador y estar condenado sin remedio, a nivel de culpa individual o parental.


Hoy se piensa que es una situación autónoma, que tiene sus causas próximas, cada vez mejor conocidas.


Pero esto descarta que también se asome en la enfermedad el pecado? Y si es así, qué tipo de pecado?


Es sólo cultural como mentalidad o es teológico, en el designio de la antropología creyente?


Es decir, si será un dominio que esclaviza como negación, impedimento u oposición del dominio amoroso del Padre?


Occidente está troquelado en sus categorías mentales por la libertad individual absoluta. Pierde de vista la responsabilidad colectiva, social, que nos compete por vivir en red social, en cuerpo.


Más bien nuestra fe nos abre a una invasión del Espíritu del reino de

Dios en nuestro mundo e historia, afrontando los malos espíritus que subyacen en las anomalías de este mundo.


La comunidad inicial de seguidores de Jesús de Nazareth asumió una delegación de poder y autoridad.


Hasta hoy diversas iglesias y congregaciones se disputan por ser reconocidas como la única y verdadera delegación.


Pero en nuestro tiempo hay mucha resistencia en reconocer a alguna tal cosa, en parte por los escándalos. Aunque éstos han existido en cada época, la nuestra tiene que pasar por su propia crisis sobre esto.


Lo que se debe enfatizar es que tal delegación de poder y autoridad se entendió concedida para un servicio de erradicación de los males del mundo: demonios y enfermedades. Y así proclamar el reino.


Quizá si nos juntáramos más en este servicio, lo de las delegaciones se resolvería con más facilidad, porque en fin de cuentas


lo otro es una pelea por el poder dominante.


Ellos de pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.


Ponerse en camino y servir es el antídoto para no seguir profundizando nuestra babel de delegaciones.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1706996968591876243?s=20

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Esdras 9,5-9

Reconocer una situación calamitosa es parte de la iluminación y conversión, gracia del Señor. Arrepentimiento sincero y ponerse en movimiento para cambiar también es gracia. Por todo agradecerle

Interleccional: Tobías 13,2-8

Todo es oportuno para alabar y suscitar alabanza, incluso la calamidad sufrida en su nombre.

Lucas 9,1-6

Ir a los necesitados como uno también necesitado es una señal de credibilidad y empatía. La solidaridad no es eficaz desde la altivez.