Miércoles
25 de tiempo ordinario
Año
Impar
Esdras
9,5-9
REFLEXIÓN
por nuestros delitos, nosotros
con nuestros reyes y sacerdotes hemos sido entregados a reyes
extranjeros, a la espada, al destierro, al saqueo y a la ignominia,
que es la situación actual
Parece
la actitud más sana en la relación con Dios: admitir todos, tanto
la jerarquía como el pueblo, nuestra responsabilidad y no obstante
agradecer su salvación, por gratuita.
Sabemos
que no tiene por qué intervenir, excepto por su amor a nosotros y su
deseo de salvarnos.
Se
apela por tanto a la justicia de Dios como misericordia.
Lo
único que nos atenúa el dolor de la culpa, si cabe, es saber que no
sabemos lo que hacemos totalmente, pues nunca tenemos todos los hilos
en nuestras manos, y así la malicia no es consumada, ni absoluta.
Interleccional:
Tobías 13,2-8
REFLEXIÓN
Yo le doy gracias en mi
cautiverio, / anuncio su grandeza y su poder / a un pueblo pecador
El
Espíritu pone sentido en las palabras que voy leyendo: cobran
relieve y vienen a cuento.
Hacen
detenerse y meditar, o suspirar, como cuando se escucha un consejo
oportuno.
Así,
dar gracias en la prueba, es muestra de una actitud que nos libera de
culpar a Dios de nuestras fallas, para abrirnos a su misterio de
amor, en fe y esperanza.
Lucas
9,1-6
REFLEXIÓN
les dio poder y autoridad
sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades
Envía
a hacedores de bien empoderados por el Espíritu, porque el combate
es contra el anti-reino de Dios, mezcla de pecado y enfermedades.
La
unción de los enfermos, como signo de la cruzada contra el
anti-reino tiene sentido.
En
esa perspectiva nuestra fe no debe reducirse a una culpa individual,
y desligar la enfermedad del pecado.
proclamar
el reino de Dios y a curar a los enfermos
anunciando
el Evangelio y curando en todas partes
Jesús
curaba cuando se pensaba que la enfermedad no se podía desligar del
pecado: ser enfermo es ser pecador y estar condenado sin remedio, a
nivel de culpa individual o parental.
Hoy
se piensa que es una situación autónoma, que tiene sus causas
próximas, cada vez mejor conocidas.
Pero
esto descarta que también se asome en la enfermedad el pecado? Y si
es así, qué tipo de pecado?
Es
sólo cultural como mentalidad o es teológico, en el designio de la
antropología creyente?
Es
decir, si será un dominio que esclaviza como negación, impedimento
u oposición del dominio amoroso del Padre?
Occidente
está troquelado en sus categorías mentales por la libertad
individual absoluta. Pierde de vista la responsabilidad colectiva,
social, que nos compete por vivir en red social, en cuerpo.
Más
bien nuestra fe nos abre a una invasión del Espíritu del reino de
Dios
en nuestro mundo e historia, afrontando los malos espíritus que
subyacen en las anomalías de este mundo.
La
comunidad inicial de seguidores de Jesús de Nazareth asumió una
delegación de poder y autoridad.
Hasta
hoy diversas iglesias y congregaciones se disputan por ser
reconocidas como la única y verdadera delegación.
Pero
en nuestro tiempo hay mucha resistencia en reconocer a alguna tal
cosa, en parte por los escándalos. Aunque éstos han existido en
cada época, la nuestra tiene que pasar por su propia crisis sobre
esto.
Lo
que se debe enfatizar es que tal delegación de poder y autoridad se
entendió concedida para un servicio de erradicación de los males
del mundo: demonios y enfermedades. Y así proclamar el reino.
Quizá
si nos juntáramos más en este servicio, lo de las delegaciones se
resolvería con más facilidad, porque en fin de cuentas
lo
otro es una pelea por el poder dominante.
Ellos
de pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena
Noticia y curando en todas partes.
Ponerse
en camino y servir es el antídoto para no seguir profundizando
nuestra babel de delegaciones.
https://x.com/motivaciondehoy/status/1706996968591876243?s=20
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Esdras
9,5-9
Reconocer una
situación calamitosa es parte de la iluminación y conversión,
gracia del Señor. Arrepentimiento sincero y ponerse en movimiento
para cambiar también es gracia. Por todo agradecerle
Interleccional:
Tobías 13,2-8
Todo es oportuno para
alabar y suscitar alabanza, incluso la calamidad sufrida en su
nombre.
Lucas
9,1-6
Ir
a los necesitados como uno también necesitado es una señal de
credibilidad y empatía. La solidaridad no es eficaz desde la
altivez.