lunes, 6 de noviembre de 2023

BEATO CARLO


Vaticano II
Gaudium et spes 82-83

Procuren los hombres no limitarse a confiar sólo en el esfuerzo de unos pocos, descuidando su propia actitud mental. Pues los gobernantes de los pueblos, como gerentes que son del bien común de su propia nación y promotores al mismo tiempo del bien universal, están enormemente influenciados por la opinión pública y por los sentimientos del propio ambiente. Nada podrían hacer en favor de la paz si los sentimientos de hostilidad, desprecio y desconfianza, y los odios raciales e ideologías obstinadas, dividieran y enfrentaran entre sí a los hombres. De ahí la urgentísima necesidad de una reeducación de las mentes y de una nueva orientación de la opinión pública.

 Quienes se consagran a la educación de los hombres, sobre todo de los jóvenes, o tienen por misión educar la opinión pública consideren como su mayor deber el inculcar en todas las mentes sentimientos nuevos, que llevan a la paz. Es necesario que todos convirtamos nuestro corazón y abramos nuestros ojos al mundo entero, pensando en aquello que podríamos realizar en favor del progreso del género humano si todos nos uniéramos.

 No deben engañarnos las falsas esperanzas. En efecto, mientras no desaparezcan las enemistades y los odios y no se concluyan pactos sólidos y leales para el futuro de una paz universal, la humanidad, amenazada ya hoy por graves peligros, a pesar de sus admirables progresos científicos, puede llegar a conocer una hora funesta en la que ya no podría experimentar otra paz que la paz horrenda la muerte. La Iglesia de Cristo, que participa de las angustias de nuestro tiempo, mientras denuncia estos peligros no pierde con todo la esperanza; por ello, no deja de proponer al mundo actual, una y otra vez, con oportunidad o sin ella, aquel mensaje apostólico: Ahora es tiempo favorable, para que se opere un cambio en los corazones, ahora es día de salvación.

Para construir la paz es preciso que desaparezcan primero todas las causas de discordia entre los hombres, que son las que engendran las guerras; entre estas causas deben desaparecer principalmente las injusticias. No pocas de estas injusticias tienen su origen en las excesivas desigualdades económicas y también en la lentitud con que se aplican los remedios necesarios para corregirlas. Otras injusticias provienen de la ambición de dominio, del desprecio a las personas, y, si queremos buscar sus causas más profundas, las encontraremos en la envidia, la desconfianza, el orgullo y demás pasiones egoístas. Como el hombre no puede soportar tantos desórdenes, de ahí se sigue que, aun cuando no se llegue a la guerra, el mundo se ve envuelto en contiendas y violencias.

 Además, como estos mismos males se encuentran también en las relaciones entre las diversas naciones, se hace absolutamente imprescindible que, para superar o prevenir esas discordias y para acabar con las violencias, se busque, como mejor remedio, la cooperación y coordinación entre las instituciones internacionales, y se estimule sin cesar la creación de organismos que promuevan paz.

domingo, 5 de noviembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

31º domingo de tiempo ordinario

Malaquías 1,14b-2,2b.8-10

REFLEXIÓN

¿No tenemos todos un solo padre? ¿No nos creó el mismo Señor? ¿Por qué, pues, el hombre despoja a su prójimo, profanando la alianza de nuestros padres?"

En general vemos que la corrupción vista como un tomar ventaja de cualquier oportunidad, incluso cuando es a favor de los pobres, se sigue dando por cualquier parte. Hacerse el pobre y entrar en la repartición de algo que se hace en nombre de ellos ha sido la conducta de algunos avivatos que lucran con su astucia para el engaño.

Es como una provocación a la generosidad del amor solidario, para que se contraiga y deshaga. Parece una táctica maligna, para que el Reino no crezca.

Salmo responsorial: 130

REFLEXIÓN

acallo y modero mis deseos, / como un niño en brazos de su madre.

Tener ambiciones es parte del embrujo de la vida, que mueve nuestras energías. La ambición es más bien como una actitud de inconformidad que tiende a acumular cada vez más en provecho propio exclusivamente.

Moderarlos es una resultante de la correlación entre la fe en el Señor y el amor al prójimo, para no sacar ventaja de ellos, ni enseñorearse sobre los bienes como si fuéramos los dueños.

O lograr su amor a cualquier costa, como asumiendo que le servimos, cuando en realidad nos buscamos.

1Tesalonicenses 2,7b-9.13

REFLEXIÓN

porque os habíais ganado nuestro amor

Un apóstol también se involucra en sus afectos personales cuando sirve a la Palabra de Dios, porque es una fuerza que favorece la entrega a ese servicio.

proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios

Más bien el celo de Pablo, me hace ver lo que sí es por el evangelio, comparado con lo que está mezclado de intenciones impuras.

la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes

Este es el consuelo que sólo tú nos puedes dar: que en la mezcla de lo aportado, no importa su basura vanidad incluída, tú hagas germinar tu palabra entregada por mí.

Mateo 23,1-12

REFLEXIÓN

haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.

Saber discernir el mensaje del mensajero es un don del Señor, hasta una experiencia de él mismo, por la cual no lo confundimos con cualquiera. Se entra por algo aceptable: la reprobación de malas costumbres, pero se puede terminar desacreditando sus exhortaciones.

pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar

Es chocante empero la incongruencia entre el exigir y no cumplir, por parte del que exige. Y toda posición de poder de algún tipo es vulnerable a la incongruencia.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros

Nuestras sociedades por más laicas o religiosas que sean no se escapan del consumismo de protagonismo, que aparece por doquier. Constantemente y bajo muchas formas hemos de presumir de nuestra importancia para que nos tengan en cuenta y nos respeten. Los signos de estatus son parte de ello. Y esta corriente contamina a los menos favorecidos económicamente, que aspiran a signos parecidos.Se configura así un clericalismo que también afecta a los laicos.

todos vosotros sois hermanos

La fraternidad entre humanos es el sentido de la corriente hacia la transformación del Espíritu en cuerpo de Jesús. La insistencia hasta la esquizofrenia social de las diversidades, si bien ayuda a tomar conciencia de las diferencias, obstaculiza profundizar en el lazo común que nos une al Padre.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1721133582981169456?s=20

COMPARTIR LA PALABRA



Malaquías 1,14b-2,2b.8-10

No es necesario que Dios explícitamente maldiga sus servidores desviados, sino que el mismo pueblo se encargará de menospreciarlos y dejarlos de lado, porque con su conducta se habrán hecho indignos del servicio al que se les había llamado.

Salmo responsorial: 130

Nuestra profundidad, donde gestionamos nuestra realización humana y de fe, debe orar en el sentido de una realización que no traicione la voluntad de Dios, y nos desvíe por seguir nuestra voluntad con sus pasiones y ambiciones desordenadas.

1Tesalonicenses 2,7b-9.13

Para que el creyente reciba la palabra de hombre pero de un ministro de la palabra, debe sentir que se le respeta en su dignidad de persona, y se le trata como hermano o hermana. Así le será más fácil sentir que esa palabra es Palabra de Dios, y recibirla con obediencia de fe.

Mateo 23,1-12

Jesús detecta, como otros en la gente lo hacen, las incongruencias de quienes tienen autoridad religiosa en su sociedad teocrática y patriarcal. Están muy enfocados en el honor y privilegios que se les deben y ellos pretenden. Su enseñanza como servicio a la Palabra de Dios no la respalda una vida de servicio. Es lo que hoy podríamos entender como clericalismo: la tendencia a ser servidos más que en servir. Por extensión se aplicará a toda autoridad que incurra en el mismo error. En la nueva sociedad que Jesús inicia en el Reino de Los Cielos, no hay título ni de padre ni de maestro. Todos somos hermanos.