31º domingo de tiempo ordinario
Malaquías 1,14b-2,2b.8-10
REFLEXIÓN
¿No tenemos todos un solo padre? ¿No nos creó el mismo Señor? ¿Por qué, pues, el hombre despoja a su prójimo, profanando la alianza de nuestros padres?"
En general vemos que la corrupción vista como un tomar ventaja de cualquier oportunidad, incluso cuando es a favor de los pobres, se sigue dando por cualquier parte. Hacerse el pobre y entrar en la repartición de algo que se hace en nombre de ellos ha sido la conducta de algunos avivatos que lucran con su astucia para el engaño.
Es como una provocación a la generosidad del amor solidario, para que se contraiga y deshaga. Parece una táctica maligna, para que el Reino no crezca.
Salmo responsorial: 130
REFLEXIÓN
acallo y modero mis deseos, / como un niño en brazos de su madre.
Tener ambiciones es parte del embrujo de la vida, que mueve nuestras energías. La ambición es más bien como una actitud de inconformidad que tiende a acumular cada vez más en provecho propio exclusivamente.
Moderarlos es una resultante de la correlación entre la fe en el Señor y el amor al prójimo, para no sacar ventaja de ellos, ni enseñorearse sobre los bienes como si fuéramos los dueños.
O lograr su amor a cualquier costa, como asumiendo que le servimos, cuando en realidad nos buscamos.
1Tesalonicenses 2,7b-9.13
REFLEXIÓN
porque os habíais ganado nuestro amor
Un apóstol también se involucra en sus afectos personales cuando sirve a la Palabra de Dios, porque es una fuerza que favorece la entrega a ese servicio.
proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios
Más bien el celo de Pablo, me hace ver lo que sí es por el evangelio, comparado con lo que está mezclado de intenciones impuras.
la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes
Este es el consuelo que sólo tú nos puedes dar: que en la mezcla de lo aportado, no importa su basura vanidad incluída, tú hagas germinar tu palabra entregada por mí.
Mateo 23,1-12
REFLEXIÓN
haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.
Saber discernir el mensaje del mensajero es un don del Señor, hasta una experiencia de él mismo, por la cual no lo confundimos con cualquiera. Se entra por algo aceptable: la reprobación de malas costumbres, pero se puede terminar desacreditando sus exhortaciones.
pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar
Es chocante empero la incongruencia entre el exigir y no cumplir, por parte del que exige. Y toda posición de poder de algún tipo es vulnerable a la incongruencia.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros
Nuestras sociedades por más laicas o religiosas que sean no se escapan del consumismo de protagonismo, que aparece por doquier. Constantemente y bajo muchas formas hemos de presumir de nuestra importancia para que nos tengan en cuenta y nos respeten. Los signos de estatus son parte de ello. Y esta corriente contamina a los menos favorecidos económicamente, que aspiran a signos parecidos.Se configura así un clericalismo que también afecta a los laicos.
todos vosotros sois hermanos
La fraternidad entre humanos es el sentido de la corriente hacia la transformación del Espíritu en cuerpo de Jesús. La insistencia hasta la esquizofrenia social de las diversidades, si bien ayuda a tomar conciencia de las diferencias, obstaculiza profundizar en el lazo común que nos une al Padre.
https://x.com/motivaciondehoy/status/1721133582981169456?s=20
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Malaquías 1,14b-2,2b.8-10
No es necesario que Dios explícitamente maldiga sus servidores desviados, sino que el mismo pueblo se encargará de menospreciarlos y dejarlos de lado, porque con su conducta se habrán hecho indignos del servicio al que se les había llamado.
Salmo responsorial: 130
Nuestra profundidad, donde gestionamos nuestra realización humana y de fe, debe orar en el sentido de una realización que no traicione la voluntad de Dios, y nos desvíe por seguir nuestra voluntad con sus pasiones y ambiciones desordenadas.
1Tesalonicenses 2,7b-9.13
Para que el creyente reciba la palabra de hombre pero de un ministro de la palabra, debe sentir que se le respeta en su dignidad de persona, y se le trata como hermano o hermana. Así le será más fácil sentir que esa palabra es Palabra de Dios, y recibirla con obediencia de fe.
Mateo 23,1-12
Jesús detecta, como otros en la gente lo hacen, las incongruencias de quienes tienen autoridad religiosa en su sociedad teocrática y patriarcal. Están muy enfocados en el honor y privilegios que se les deben y ellos pretenden. Su enseñanza como servicio a la Palabra de Dios no la respalda una vida de servicio. Es lo que hoy podríamos entender como clericalismo: la tendencia a ser servidos más que en servir. Por extensión se aplicará a toda autoridad que incurra en el mismo error. En la nueva sociedad que Jesús inicia en el Reino de Los Cielos, no hay título ni de padre ni de maestro. Todos somos hermanos.
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