sábado, 2 de diciembre de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

                                            


SÁBADO, XXXIV SEMANA

San Agustín Sermón 256,1-3

Cantemos aquí el Aleluya, aun en medio de nuestras dificultades, para que podamos luego cantarlo allá, estando ya seguros. ¿Por qué las dificultades actuales? ¿Vamos a negarlas, cuando el mismo texto sagrado nos dice: El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio? ¿Vamos a negarlas, cuando leemos también: Velad y orad, para no caer en la tentación? ¿Vamos a negarlas, cuando es tan frecuente la tentación, que el mismo Señor nos manda pedir: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores? Cada día hemos de pedir perdón, porque cada día hemos ofendido. ¿Pretenderás que estamos seguros, si cada día hemos de pedir perdón por los pecados, ayuda para los peligros? Primero decimos, en atención a los pecados pasados: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; luego añadimos, en atención a los peligros futuros: No nos dejes caer en la tentación. ¿Cómo podemos estar ya seguros en el bien, si todos juntos pedimos: Líbranos del mal? Mas con todo, hermanos, aun en medio de este mal, cantemos el Aleluya al Dios bueno que nos libra del mal. Aun aquí, rodeados de peligros y de tentaciones, no dejemos por eso de cantar todos el Aleluya. Fiel es Dios –dice el Apóstol–, y no permitirá él que la prueba supere vuestras fuerzas. Por esto, cantemos también aquí el Aleluya. El hombre es todavía pecador, pero Dios es fiel. No dice: «Y no permitirá que seáis probados», sino: No permitirá que la prueba supere vuestras fuerzas.

REFLEXIÓN

Es una frase común con la que nos animamos y animamos a otros a no detenerse ante las dificultades y conflictos, sino a superar esperando mejores días: adelante, caminemos, no nos detengamos. Pero debemos ubicarnos ante lo que pedimos en el padrenuestro: perdónanos y libéranos. Entre pasado y futuro transcurre el presente presagioso y precario en seguridad, porque nada ni nadie puede garantizar la seguridad absoluta. Ese es el lugar del Señor, y su seguridad bendita es una gracia.

viernes, 1 de diciembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 34 de tiempo ordinario

Año Impar

Daniel 7,2-14



REFLEXIÓN

Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Reino, gobierno, poder, orden, economía global, G20, FMI, Banco Mundial, Fifa...

Todas palabras de organizar, que se asume, unos organizan y otros son organizados, en jerarquía, en niveles.

En todos, la historia viene diciendo que se dan abusos, explotación, mal uso, corrupción.

Frente a todos se han dado rebeldías, revueltas, protestas, huelgas, revoluciones.

Sin embargo el ciclo no se detiene, sino que las cenizas de un orden anterior dan pie a las expectativas del orden naciente, que muchas veces nacen viejos porque son estratagemas para cambiar de manos el poder.

La historia muestra que el ejercicio del poder se ha comportado lo mismo siempre: servirse en vez de servir, pero haciendo creer que sirve, dando esperanza.

El discernimiento evangélico aconseja mirar bien la propuesta de esperanza de cualquier poder, para determinar la clase de espíritu que la convoca.

Manipulación, simulación y mentira son estrategias para mantenerse el poder en su corrupción.

Frente a esta perspectiva la Palabra promete para algún momento un Reino nuevo, que según Jesús requiere conversión, y que ya está dentro de nosotros.

No hay que buscarlo muy lejos, ni hay que anhelarlo demasiado entre los poderes que vamos conociendo.

Sólo pide que queramos servir, porque hay más felicidad en dar que en recibir.

Interleccional: Daniel 3,75-81



REFLEXIÓN

bendecid al Señor

Hemos de seguir bendiciendo al Señor en todo momento y en todo lugar, ya que el poder de su servicio de amor y justicia es el único que perdurará.

Lucas 21,29-33



REFLEXIÓN

cuando echan brotes, os basta verlos para saber que la primavera está cerca

Sólo para quienes no han perdido la habilidad de observar las señales, que  se ofrecen en todo el conjunto de la existencia.

cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios

Podríamos pensar que en vez de atisbar el cielo y la tierra por señales terribles, terroríficas y portentosas, que pueden llamar a temer por el fin del mundo como lo conocemos, las calamidades son un llamamiento a la solidaridad con las víctimas y damnificados.

Entonces vemos un reino de fraternidad servicial en funcionamiento.

De esta manera se puede entender que el Reino está a la mano en cualquier momento.

El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán

Si queremos experimentar la vigencia de la Palabra y la contundencia del Reino de los cielos, no tenemos más que abrir nuestras entrañas a la voz que clama por ayuda en la necesidad.

Las palabras de Jesús siempre resuenan para advertir en las señales, en las obras, el juicio, la cercanía del Reino.

Las señales del fin del mundo pueden perfectamente referirse al mundo decadente de la falta de solidaridad, fraternidad y sororidad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1464189938354864131?s=20

https://x.com/motivaciondehoy/status/1730542607762178049?s=20

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Daniel 7,2-14

Los poderes del mundo, representados en imperios y reinos, van cayendo después de un esplendor que no es eterno. Para abrirnos a esperar al que sí es Eterno: Dios, hombre nuevo, pueblo nuevo, cielos nuevos.

Interleccional: Daniel 3,75-81

Su aliento nos persuade a continuar bendiciendo todo como don y signo de los bueno que es para con nosotros.

Lucas 21,29-33

Jesús nos insta a creer y esperar y seguir amando lo que está en nuestras manos, pero alertas ante los que está apareciendo y da signos, visos de irse presentando: el Reinar de Dios. Somos suficientemente inteligentes para ver señales de cambio, y para aceptar en su Palabra y signos que permanecen más allá de los cambios del mundo que pasa.