lunes, 9 de septiembre de 2024

SAN CARLO ACUTIS DE ASIS



LUNES, XXIII SEMANA

SAN PEDRO CLAVERPRESBÍTERO

Pedro Claver nació en Verdún (España) en 1580. A partir de 1596, estudió humanidades y retórica en la universidad de Barcelona, e ingresó en la Compañía de Jesús en 1602. Siguió su vocación misionera hacia el nuevo mundo, impulsado por la voz de un santo: san Alonso Rodríguez, portero del colegio de los Jesuitas en Montesión, en Palma de Mallorca. En 1616 fue ordenado de sacerdote en Cartagena, misión colombiana, y en esa ciudad, puerto negrero, vivió hasta su muerte, el 8 de septiembre de 1654, consagrando su trabajo a los más miserables de su época: los esclavos negros. El día de su profesión religiosa escribió con su sangre unas palabras que serán el lema de su vida: «Pedro Claver, esclavo de los esclavos negros para siempre.» Fue canonizado por León XIII, en 1888, y proclamado por el mismo pontífice, en 1896, Patrono universal de las misiones entre los negros.

De las cartas de San Pedro Claver, presbítero.

(Epist. diei 31 maii 1627 ad Superiorem suum data; Edit (in lingua hispanica) A. Valtierra, S.L., San Pedro Claver, Cartagena, 1964, pp. 140-141)

Enviado para dar la Buena Noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos.

Ayer, 30 de mayo de este año de 1627, día de la Santísima Trinidad, saltó en tierra un grandísimo navío de negros de los Ríos. Fuimos allí cargados con dos espuertas de naranjas, limones, bizcochuelos y otras cosas. Entramos en sus casas, que parecía otra Guinea. Fuimos rompiendo por medio de la mucha gente hasta llegar a los enfermos, de que había una gran manada echados en el suelo muy húmedo y anegadizo, por lo cual estaba terraplenado de agudos pedazos de tejas y ladrillos, y esta era su cama, con estar en carnes sin un hilo de ropa.

Echamos manteos fuera y fuimos a traer de otra bodega tablas, y entablamos aquel lugar, y trajimos en brazos los muy enfermos, rompiendo por los demás. Juntamos los enfermos en dos ruedas; la una tomó mi compañero con el intérprete, apartados de la otra que yo tomé. Entre ellos había dos muriéndose, ya fríos y sin pulso. Tomamos una teja de brasas y puesta en medio de la rueda junto a los que estaban muriendo, y sacando varios olores de que llevábamos dos bolsas llenas, que se gastaron en esta ocasión y dímosles un sahumerio, poniéndole encima de ellos nuestros manteos, que otra cosa ni la tienen encima, ni hay que perder el tiempo en pedirles a los amos, cobraron calor y nuevos espíritus vitales, el rostro muy alegre, los ojos abiertos y mirándonos.

De esta manera les estuvimos hablando, no con lengua sino con manos y obras, que, como vienen tan persuadidos de que los traen para comerlos, hablarles de otra manera fue con provecho. Asentámonos después o arrodillámonos junto a ellos, y les lavamos los rostros y vientres con vino, y alegrándolos y acariciando mi compañero a los suyos y yo a los míos, les comenzamos a poner delante cuantos motivos naturales hay para alegrar un enfermo.

Hecho esto, entramos en el catecismo del santo bautismo y sus grandiosos efectos en el cuerpo y en el alma, y hechos capaces de ello y respondiéndonos a las preguntas hechas sobre lo enseñado, pasamos al catecismo grande: Uno, remunerador, castigador, etc. Luego les pedimos afectos de dolor, aborrecimiento de sus pecados, etc. Estando ya capaces, les declaramos los misterios de la Santísima Trinidad, Encarnación y Pasión, y poniéndoles delante una imagen de Cristo Señor Nuestro en la Cruz, que se levanta de una pila bautismal y de sus sacratísimas llagas caen en ella arroyos de sangre, les rezamos, en su lengua, el acto de contricción.

https://ec.aciprensa.com/wiki/San_Pedro_Claver


domingo, 8 de septiembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 23 de tiempo ordinario

Isaías 35, 4-7ª



REFLEXIÓN

Mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará

La Palabra busca convencernos, persuadirnos, que con ella, en ella, por ella somos verdaderamente dignos y colmados de grandeza.

No se trata de un enfoque de vida lastimera y sufriente, para satisfacción de una divinidad celosa y arbitraria.

Se trata de la visión de una existencia que se empodera con la compañía de un Dios potenciador, promotor, solidario.

Nuestra desolación y pequeñez de nuestra mano viene, incluso lo que individualmente no nos buscamos, porque dependió de una cadena de circunstancias que nos precedieron y ubicaron.

El desquite de su parte es el ofrecimiento de colmar nuestro anhelo. Nuestro sueño, como dice la etiqueta actual. Pero eso sí: no lo hará sin nuestra libertad.

han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco un manantial

La Palabra investida en lengua humana nos surte de imágenes contradictorias para golpear nuestra lógica cerrada sobre las realidades de este mundo, como si fueran las únicas. La Palabra lleva el lenguaje hasta extremos que nos hacen dudar si lo que esperamos es un sueño o un absurdo.

Salmo responsorial: 145



REFLEXIÓN

El Señor reina eternamente

Un reinado es un dominio efectivo, absoluto pero benéfico. Un orden de cosas y circunstancias que favorecen valores éticos de fraternidad.

Santiago 2. 1-5



REFLEXIÓN

¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman?

Es la base que nos ofrece la Palabra para asumir con prioridad de aprecio y acción al pobre: él es la dramatización viviente de nuestra auténtica condición humana. Porque ante el Señor todos somos pobres y Él nos enriquece.

En la sociedad fraterna que estamos llamados a construir, un criterio privilegiado es el de la equidad de trato y por eso la Palabra en Santiago nos previene contra el favoritismo hacia el rico y poderoso en detrimento del pobre e indefenso.

Marcos 7, 31-37



REFLEXIÓN

le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua

Podemos abrir nuestra mente y figurarnos la progresivamente avanzada tecnología médica como los gestos de Jesús de Nazaret haciendo contacto con nuestras dolencias y enfermedades. 

Porque estas son límites y barreras del anti-reino que el empoderamiento del Espíritu en nosotros quiere superar.

Las lecturas hallan un común denominador en el oprimido que será liberado. Tal esperanza debe justificar: configurar una fe fuerte, un suspiro profundo, una práctica equitativa, y un mundo nuevo.

Ni el AT ni el NT en estos textos precisan la justificación en una espiritualización dicotómica, sino en bienes concretos cuya fuente es el Padre.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1434482213006024704?s=20

motivaciondehoy


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Domingo 23 de tiempo ordinario

Isaías 35, 4-7ª

Salmo responsorial: 145

Santiago 2. 1-5

Marcos 7, 31-37