domingo, 22 de septiembre de 2024

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS



De los sermones de san Máximo de Turín
(Sermón 48, 1-2: CCL 23, 187-188)
Por la humildad se llega al reino; por la sencillez se entra en el cielo

Si habéis escuchado con atención la lectura evangélica habréis podido
comprender el respeto que se debe a los ministros y sacerdotes de Dios y la
humildad con que los mismos clérigos deben prevenirse unos a otros. En efecto,
preguntado el Señor por sus discípulos quién de ellos sería el más grande en el
reino de los cielos, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: El
que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los
cielos. De donde deducimo
s que por la humildad se llega al reino, por la sencillez se entra en el cielo.

Por tanto, quien desee escalar la cima de la divinidad esfuércese por conseguir los abismos de la humildad; quien desee preceder a su hermano en el reino debe antes anticipársele en el amor, como dice el Apóstol: Estimando a los demás más que a uno mismo. Supérele en obsequiosidad, para poder vencerle en santidad. Pues si el hermano no te ha ofendido es acreedor al don de tu amor; y si te hubiere tal vez ofendido, es mayormente acreedor al regalo de tu superación. Esta es efectivamente la quintaesencia del cristianismo: devolver amor por amor y responder con la paciencia a quien nos ofende.

Así pues, quien más paciente fuere en soportar las injurias, más potente será
en el reino. Porque
al imperio de los cielos no se llega mediante una brillante
ejecutoria avalada por la fastuosidad de las riquezas, sino mediante la humildad,
la pobreza, la mansedumbre
. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el
camino que lleva a la vida! En consecuencia, quien estuviere hinchado de
honores y cargado de oro, cual jumento sobrecargado, no conseguirá pasar por
el angosto camino del reino. Y en el preciso momento en que crea haber llegado,
la puerta estrecha, al no dar cabida a su carga, le impedirá entrar y le obligará a
retroceder.
La puerta del cielo le resulta al rico tan angosta como estrecha le es
al camello el ojo de una aguja. Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de
una aguja que a un rico entrar en el reino de los cielos.

sábado, 21 de septiembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

San Mateo apóstol

Efesios 4,1-7.11-13



REFLEXIÓN

el prisionero por el Señor

Pablo reconoce su condición:es prisionero. Reconoce la causa:por el Señor, por seguirlo y anunciarlo. 

Reconoce su motivación:por el Señor, por compartir su suerte, por asemejársele, por ser elegido para estar cerca de Él.

Más adelante en la historia irán surgiendo muchos otros animados y motivados por tal semejanza, como si fuera una gloria, una condecoración, un renombre.

Gente así construye el reino.

andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados

Andar se trata de conducir la vida en sentido ético, tomando decisiones correctas, buenas y felices en consecuencias para todos.

humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Esta es una contribución a la paz, a la ciudadanía democrática, pluralista, equitativa e inclusiva.

esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz

Diligente y fervorosamente promoviendo fraternidad. 

Con una identidad cercana y clara que aproxima a los miembros.

Podríamos reconocer un estilo de vida con estos valores en muchos que hoy promueven la paz, tolerancia, inclusión, derechos humanos.

Sería más constructivo si en su activismo se reconociera y explicitara con más énfasis aún este sentido de fraternidad, en tolerancia, en unidad. 

Para que podamos superar el sentido de desquite, de justicia vengativa, insaciable en sus demandas de ojo por ojo.

Es decir que la nueva evangelización, la evangelización en la cultura, quiere mostrar un paradigma de estilo de vida alternativo a la cultura de muerte y violencia. 

Pero también, como Palabra de Dios, que corta por ambos lados de la daga, sensibiliza a una autocrítica purificadora de motivaciones revanchistas y fariseas.

Procura la paz con esfuerzo, nuestra vocación y nuestra congruencia, porque trata de luchar por el entendimiento y no la guerra.

Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo

Se trata de la experiencia del Dios inefable

Descubrimos desde esta experiencia que aguardar a que se cumpla su voluntad desde la fe y esperanza para que incluya nuestra voluntad, significa una depuración, purificación, un fuego cernidor que transforma en la medida de nuestra buena disposición. 

Los motivos económicos, materiales, psicológicos, de aferramiento a lo material y su seguridad, estarán siendo puestos a prueba, para transformarse en total entrega a la confianza en su designio.

Es la experiencia subjetiva que se objetiviza en una cosmovisión: un Dios Padre que ama salvando el mundo en su Hijo Jesús de Nazareth. 

No está al alcance del esfuerzo del ateo y anti-teo, porque es un don. 

Pero es una posibilidad también para ellos, escondida en el misterioso designio del Señor, que late en la voz de sus conciencias.

para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud

Los diferentes ministerios o servicios en el pueblo de Dios no son para lucrar, sino para edificar. 

Son medios para luchar por la unidad de la paz.

De eso se trata en el entramado de lo profundo.

Revisemos si por egoìsmo y aferramiento no hemos edificado como debíamos. 

En familia, en amistad, en profesión, en vocación y servicio. 

Más de lo que quisiéramos hemos estado por debajo de la raya.

Salmo responsorial: 18



REFLEXIÓN

sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón

Una vez terminó Jesús de hablar en su ministerio, calló y murió. 

El Dios Padre que en él hablaba calló y vivió con voz de Espíritu, que sin hablar resuena en las palabras de los enviados, para alcanzar toda la tierra, y las tierras si hay más vida fuera de ésta.

Debemos considerar que no somos los creyentes los únicos mediante los cuales la Palabra edifica el Reino. 

Otros lo hacen también, aun sin advertirlo, para confluir en un Cristo total, que en su momento se dará a conocer plenamente.

Mateo 9,9-13



REFLEXIÓN

vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme."

Estaba este publicano haciendo lo que podía, mas no lo que debía.

Tal como estaba, cobrando impuestos le llegó el llamado. 

Pero para seguirlo tuvo que levantarse de su puesto de opresión. 

No debía continuar cobrando impuestos. No era congruente. 

No era así como iba a evangelizar y promover la fraternidad.

Mateo como Pablo y otros apóstoles hacía lo suyo en el momento que la Palabra impactó en su vida y trastornó su existencia.

Trastornar nuestra vida en su derrotero insignificante para tornarlo significativo y enriquecido constituye la misión de la Palabra.

El llamamiento del Señor que nos desubica no se dará sin nosotros, porque es una invitación, no una imposición.

Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos.

Eran las amistades y conocidos de Mateo, de su misma calaña probablemente. Los malos amigos, la gente perdida, los contaminados contaminantes, quienes debían ser puestos aparte para no dañar al resto.

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: "¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?"

Hoy diríamos que bebe, rumbea, hace vida común y amistosa con gente de mala nota.

Una cosa es sentarse y comer con ellos y otra llamarlos para seguirlos. Otra además, es prescindir de los criticones.

Unos para sanar, otros para evangelizar,y otros para dejar que se cuezan en su propia salsa de malidicencia.

No todos los sanados están en condiciones de seguir a Jesús en su ministerio. Hay quienes siguen más de cerca. Tal selección es un misterio.

Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."

Son los que descubren y aceptan gustosos el aporte que Jesús puede hacer a sus vidas.

Pecadores con inquietud de justos, no justos con actitudes de pecadores, de las que no se quieren dar cuenta. 

Éstos arrojan su maldad en otros como si fuera un conjuro de liberación.

Jesús lanza una proclama semejante a la del evangelio de Juan en el caso de la adúltera : quien se vea sin pecado que tire la primera piedra.

La llamada general para pecadores es redentora, porque pretende sanarnos, y nos conovoca además a sanar otros y otras.

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San Mateo apóstol

Efesios 4,1-7.11-13

Salmo responsorial: 18

Mateo 9,9-13