domingo, 27 de octubre de 2024

SAN CARLO DE JESUS ACUTIS DE ASIS

BEATO CARLO

La creacion es un don acompañada por la sabiduria para administrarla
 

De la Exhortación a los paganos de san Clemente de Alejandría obispo
(Cap 11: PG 8, 230-234)
Acojamos la luz y hagámonos discípulos del Señor

La norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. Recibe a Cristo, recibe la

facultad de ver, recibe la luz, para que conozcas a fondo a Dios y al hombre. El

Verbo, por el que hemos sido iluminados, es más precioso que el oro, más que

el oro fino; más dulce que la miel de un panal que destila. Y ¿cómo no va a ser

deseable el que ha iluminado la mente envuelta en tinieblas y ha agudizado los

ojos del alma portadores de luz?

Lo mismo que sin el sol, los demás astros dejarían al mundo sumido en la

noche, así también, si no hubiésemos conocido al Verbo y no hubiéramos sido

iluminados por él, en nada nos diferenciaríamos de los volátiles, que son

engordados en la oscuridad y destinados a la matanza. Acojamos, pues, la luz,

para poder dar acogida también a Dios. Acojamos la luz y hagámonos discípulos

del Señor. Pues él ha hecho esta promesa al Padre: Contaré tu fama a mis

hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Alábalo, por favor, y cuéntame

la fama de tu Padre. Tus palabras me traen la salud. Tu cántico me instruirá.

Hasta el presente he andado a la deriva en mi búsqueda de Dios; pero si eres tú,

Señor, el que me iluminas y por tu medio encuentro a Dios y gracias a ti recibo

al Padre, me convierto en tu coheredero, pues no te avergüenzas de llamarme

hermano tuyo.

Pongamos, pues, fin, pongamos fin al olvido de la verdad; despojémonos de

la ignorancia y de la oscuridad que, cual nube, ofuscan nuestros ojos, y

contemplemos al que es realmente Dios, después de haber previamente hecho

subir hasta él esta exclamación: «Salve, oh luz». Una luz del cielo ha brillado

ante nosotros, que antes vivíamos como encerrados y sepultados en la tiniebla y

sombra de muerte; una luz más clara que el sol y más agradable que la misma

vida. Esta luz es la vida eterna y los que de ella participan tienen vida

abundante. La noche huye ante esta luz y, como escondiéndose medrosa, cede

ante el día del Señor. Esta luz ilumina el universo entero y nada ni nadie puede

apagarla; el occidente tenebroso cree en esta luz que llega de oriente.

Es esto lo que nos trae y revela la nueva creación: el Sol de justicia se levanta

ahora sobre el universo entero, ilumina por igual a todo el género humano,

haciendo que el rocío de la verdad descienda sobre todos, imitando con ello a su

Padre, que hace salir el sol sobre todos los hombres. Este Sol de justicia traslada

el tenebroso occidente llevándolo a la claridad del oriente, clava a la muerte en

la cruz y la convierte en vida; arrancando al hombre de la corrupción lo

encumbra hasta el cielo; él cambia la corrupción en incorrupción, y transforma

la tierra en cielo, él el labrador de Dios, portador de signos favorables, que incita a los pueblos al bien y les recuerda las normas para vivir según la verdad; él nos ha gratificado con una herencia realmente magnífica, divina, inamisible; él diviniza al hombre mediante una doctrina celestial, metiendo su ley en su pecho y escribiéndola en su corazón. ¿De qué leyes se trata?, porque todos conocerán a Dios, desde el pequeño al grande; les seré propicio —dice Dios—, y no recordaré sus pecados.

Recibamos las leyes de vida; obedezcamos la exhortación de Dios.

Aprendamos a conocerle, para que nos sea propicio. Ofrezcámosle, aunque no lo necesita, el salario de nuestro reconocimiento, de nuestra docilidad, cual si se

tratara del alquiler debido a Dios por nuestra morada aquí en la tierra.


sábado, 26 de octubre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 29 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 4, 7-16



REFLEXIÓN

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia

El acompañamiento de Jesús está dado, donado. No se parte de la desconfianza sino de la entrega. 

Es nuestra correspondencia la que está en veremos, nuestra libertad, que hay que potenciar para responder adecuadamente.

para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud

Sí hay un crecimiento que desarrollar, incluso más allá de la muerte individual, porque la edificación es hasta la plenitud del cuerpo de Cristo.

hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo

Una de las expresiones actuales más utilizada tiene que ver con crecer, como un compendio de todo lo positivo y dinámico que una persona puede aspirar en su existencia.

Solo se crece cuando se está en el camino correcto, con las oportunidades correctas, en el tiempo correcto, con la actitud correcta.

Podemos juntar la fuerza significativa de nuestra mentalidad al mensaje de la Palabra y lograr una convergencia admirable: por la fe en Cristo, se desarrolla en mi ser un proceso de crecimiento en todas las cosas hasta lograr la estatura de la cabeza: Cristo.

Así la Palabra nos mantiene agraciados con el don de una visión positiva sobre el mundo y el designio sobre él, hasta que se haga el reino.

Lo más fuerte y lo más eficaz: es el amor concebido en Cristo.

Salmo responsorial: 121



REFLEXIÓN

Ya están pisando nuestros pies / tus umbrales, Jerusalén

Huyamos el esfuerzo sicológico que procura hacer sentir los niveles de crecimiento del reino en y a través de nosotros.

En los ejercicios ignacianos hay en la primera semana una meditación en la que se recomienda este esfuerzo para sentir la identificación con Cristo y el dolor de nuestros pecados.

Son rezagos de la primera época ermitaña y purgativa para romper la coraza de insensibilidad que se nos crea en nuestra rutina mundana.

Pero el don que permanece en la fe es un sentido sobre el vigor que vamos cobrando en nuestro peregrinaje. Nos sentimos más fuertes, nos palpamos más fuertes, acometemos la vida más fuertes espiritualmente.

Falta un poquito para estar dentro. Pero en la puerta del horno se quema el pan, dice un refrán popular, desconfiando de los triunfalismos.

Lucas 13,1-9



REFLEXIÓN

lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Los romanos eran un ejército de ocupación, bárbaro y despiadado. 

Antes y ahora, como por ejemplo, las torturas de ejércitos actuales contra los poblaciones civiles desarmadas.

Un contexto de violencia absurda y desmedida, para aplacar cualquier rebelión o protesta.

¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?

Se podría concluir que una desgracia así era un signo de rechazo de Dios en el Templo a sus sacrificios, por ser los galileos sinónimo de gente revoltosa a quien los romanos de Poncio Pilato habían sofocado.

Y de eso concluir también que no era bueno manifestar la rebeldía y aceptar la intimidación romana.

Pero en general sin llegar a esas sociologías político-religiosas, los seres humanos son presagiosos respecto de lo sacro y asumen como señales de rechazo de Dios situaciones trágicas. Y no hay tal rechazo.

El pensamiento común era descalificador para esas víctimas, teniéndolas por pecadoras. 

Porque una vida plácida, sin tragedias, era el epítome de la bendición del Señor. Pero la cruz de Jesús de Nazareth trastocó esa perspectiva que mutó en ideología religiosa.

si no os convertís, todos pereceréis lo mismo

Pero se impone, más bien, un sentido de conversión de mentalidad: la que juzga pecadores, indignos de salvación o castigados por su culpa, a personas asesinadas por un poder político, por un accidente trágico o ultimados como ajuste de cuentas. 

Un llamado ineludible para todos, que controvierte esa creencia como necesaria, ya que todos somos pecadores y culpables, aun los que juzgamos.

Ese llamado nos es útil en la actualidad frente al influjo de los medios que plantan juicios innobles sobre personas que perecen en circunstancias dudosas.

Y la exigencia de conversión es absoluta porque ahí sí, el fin será aciago. 

Lo que realmente hace perecer es juzgarnos libres de culpa a diferencia de los demás.

Jesús confronta al pueblo con su dureza de corazón para con la alianza, como causa de los males que le sobrevienen.

Si bien exculpa a los galileos como pecadores, Jesús no se ubica en el nivel político como significación primaria para su mensaje de fondo.

Jesús emite un juicio profético como los clásicos de antaño: perece una sociedad injusta porque se vulnera desde dentro por corrupción. 

Ya podemos tener todas las defensas y armamentos para defendernos de los de fuera, que si la corrupción avanza dentro, el fin estará próximo. 

La Palabra encarnada en Jesús de Nazareth siempre aporta una rendija de la dimensión del Espíritu.

Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera".

Si hemos de perecer mejor hacerlo convertidos y así aseguramos una vida sin fin.

"Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro.

Tiempo que lleva Jesús evangelizando sin lograr conversión? Cúmulo simbólico de un tiempo cumplido, para que se hubiera dado un fruto que valiera la pena?

"Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas.""

Su misión no es cortar, aunque aún no dé fruto.

Todo está dicho por Jesús para suscitar el despertar de la conversión. 

Porque Él es magnánimo y paciente en la espera del fruto, para el que podamos crecer y madurar.

Su evangelio es el de la oportunidad, aunque no se sabe hasta cuándo. La conversión es para asumir con seriedad esa oportunidad.

El ruego pertenece a la tradición de la paciencia y la tolerancia, desde Abraham y Moisés, que confronta la impaciencia de los dioses por castigar a los hombres, pero abre a una revelación novedosa del Dios misericordioso, más allá de nuestros esquemas rígidos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1583790453744287746?s=20&t=as6QBUkP942lSIk4MwMpbw

motivaciondehoy


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Sábado 29 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 4, 7-16

Salmo responsorial: 121

Lucas 13,1-9