viernes, 29 de noviembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 


Viernes 34 de tiempo ordinario

Año Par

Apocalipsis 20, 1-4. 11-21, 2

REFLEXIÓN

Los muertos fueron juzgados según sus obras, escritas en los libros

todos fueron juzgados según sus obras

El juicio de las obras es un tema sobresaliente en el Nuevo Testamento. 

Las obras son las credenciales para la vida.

Las obras son solidarias: dar de comer, dar de beber, alojar, visitar…

Salmo responsorial: 83



REFLEXIÓN


Dichosos los que viven en tu casa

La mansión de la solidaridad es el nombre del dominio del Señor, donde todos se preocupan por todos, sin descanso y felices.

Lucas 21,29-33



REFLEXIÓN

cuando echan brotes, os basta verlos para saber que la primavera está cerca

Sólo para quienes no han perdido la habilidad de observar las señales, que  se ofrecen en todo el conjunto de la existencia.

cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios

Podríamos pensar que en vez de atisbar el cielo y la tierra por señales terribles, terroríficas y portentosas, que pueden llamar a temer por el fin del mundo como lo conocemos, las calamidades son un llamamiento a la solidaridad con las víctimas y damnificados. 

Entonces vemos un reino de fraternidad servicial en funcionamiento. 

De esta manera se puede entender que el Reino está a la mano en cualquier momento.

El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán

Si queremos experimentar la vigencia de la Palabra y la contundencia del Reino de los cielos, no tenemos más que abrir nuestras entrañas a la voz que clama por ayuda en la necesidad.

Las palabras de Jesús siempre resuenan para advertir en las señales, en las obras, el juicio, la cercanía del Reino.

Las señales del fin del mundo pueden perfectamente referirse al mundo decadente de la falta de solidaridad, fraternidad y sororidad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1596102953995489282?s=20&t=lF4s2mLP0RFkSCDWGCAOKg

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Viernes 34 de tiempo ordinario

Año Par

Apocalipsis 20, 1-4. 11-21, 2

Salmo responsorial: 83

Lucas 21,29-33

DOCTORES DE LA IGLESIA



 

Del comentario de San Cirilo de Alejandría, sobre el libro del profeta Isaías
(Lib 5, t. 1: PG 70, 1151-1155)
Ha aparecido Cristo, nuestra paz


Nosotros, que hemos sido llamados por él, hemos conocido su gloria; y no

nos acercamos a Cristo, Salvador y juez universal, como a un hombre, pues,

aunque la Palabra se hizo carne, creemos no obstante que es Dios por naturaleza y que, nacido de Dios Padre por modo misterioso, está sobre toda criatura, resplandece rutilante sobre el supremo solio, domina sobre todos y tiene una mano derecha fortísima, capaz de conservar fácilmente bajo su dominio a quienes quisiere, y nada absolutamente puede superar o elevarse, por así decirlo, sobre su poder.

Pero Israel no lo comprendió así. Convivieron con él como con cualquiera

semejante a nosotros y no como con Dios hecho hombre. Por eso le dijeron en

cierta ocasión: ¿Quién eres tú? y ¿por quién te tienes? Y también: No te

apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un

hombre, te haces Dios. En cambio —dice él— los que fueren llamados al

conocimiento de la verdad contemplarán mi gloria, pues yo, el que hablaba por

los profetas, aquí estoy.

En efecto, el Señor Dios se nos ha aparecido, como está escrito: En distintas

ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres

por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que

ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las

edades del mundo. En este texto hay que subrayar lo siguiente: que Dios Padre

esencialmente ha creado todas las cosas por medio del Hijo y por su medio nos

ha hablado a nosotros en estos últimos tiempos: pero no como si él fuese otro

hijo según la carne, nacido de una mujer, sino que el Verbo es el único Hijo

encarnado en razón de la humanidad asumida, que es además el creador de las

edades del mundo.

Pero ha aparecido Cristo, nuestra paz, que ha removido el obstáculo del

pecado y nos ha reconciliado con el Padre, uniéndonos a él: y por él

efectivamente tenemos acceso al Padre. Que es como si dijera: lo mismo que si

viniera alguien veloz y rápido con la noticia de que los enemigos han sido

cogidos prisioneros, anunciase la paz y proclamase la buena noticia, así se

presentó en el mundo encarnado el Salvador de todos, y fue constituido

mediador de paz ante Dios Padre, después de haber eliminado a Satanás y haber

quitado de en medio a todos sus satélites; y como quiera que urge el tiempo en

que todos cuantos lo desean pueden participar de todos los bienes, él está

siempre cerca de los que creyeron en él y que gustan y secundan las cosas de

Cristo, a fin de poder llegar a participar plenamente de las gracias celestiales y

ser colmados de toda buena esperanza: de hecho, el Salvador es rico en toda

clase de bienes.